miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿CUANTO LE COSTAMOS A JESUS?

Frecuentemente se oyen comentarios de cristianos y gente en general acerca de la intolerancia de Dios respecto a nuestros pecados, errores o fallas. Estando recién convertido, la imagen de Dios era de alguien que estaba pendiente de mis pecados para descalificarme y castigarme. Si bien es cierto Dios no tolera el pecado, no debemos olvidar que hay alguien que está entre Dios y nosotros y ese es Jesucristo, es El Señor quien hace la diferencia. Isaías 53. Describe el sufrimiento de Cristo de manera extremadamente grafica, pienso con la intención de que aquellos que no lo vimos con nuestros ojos podamos hacernos una idea de lo que al Señor le costamos. El nos compro a precio de sangre y nada más, y el Señor Jesús nos da atraves de su sacrificio la Salvación, la Salud y la paz con Dios. La Biblia dice que somos sus ovejas y que nadie nos arrebatara de su mano. Para que compartir todo esto. Simplemente porque muchas veces somos implacables los unos con los otros y aun nosotros con nosotros mismos. Cuando pecamos, cuando le fallamos a Dios la tendencia es a autoflagelarnos, a señalarnos como si no hubiera solución. “Hermanos si alguno hubiere pecado abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo el Justo, y el no es solamente la propiciación por nuestros pecados si por los de toda la humanidad”. Tenemos acceso además al trono de la gracia: “Acerquémonos pues confiadamente al Trono de la Gracia para hallar gracia y el oportuno socorro”. “Hermanos si algún hermano ha sido sorprendido en alguna falta vosotros que sois espirituales restauradle con espíritu de mansedumbre”. Alguien dijo que la Iglesia es el único ejército que mata a sus heridos. Estamos en la Gracia (Lo cual no nos da licencia para pecar deliberadamente), si pecamos tenemos la opción de ir a Jesús, su sangre aun está disponible. “Si confesamos nuestros pecados su sangre nos limpia de toda maldad”. No tenemos que autocastigarnos, tenemos que ir a Jesús.

¿Ud cree que con el precio que Jesús pago por nosotros en la cruz El va a renunciar a nosotros tan fácil?. El es mi socorro, mi pronto auxilio. Si hemos fallado vayamos ante El arrepentidos, caigamos de rodillas ante su presencia y démosle gracias por que El aun está disponible para nosotros. Si hemos criticado, juzgado o aislado a algún hermano por su pecado pidamos perdón a Dios y ayudemos a levantar al caído. “Misericordia quiero y no sacrificio”, dice el Señor.

Dios les bendiga

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