En estos días, mi corazón ha sido inquietado fuertemente sobre el tema de la Iglesia y me he preguntado varias veces lo siguiente: ¿Por qué cada Iglesia Local se encierra en sus propias actividades?, ¿Por qué nos hemos aislado unos de los otros?, ¿Por qué ignoramos o menospreciamos los dones y talentos que otras Iglesias tienen? Y algo más que está sucediendo es que ese aislamiento no solo se nota a nivel de las Iglesias locales sino también en los miembros. A veces nos encontramos con hermanos en la calle o en algún sitio y hay una barrera, una especie de ego que no sé de dónde ha salido y al parecer la razón es que de alguna manera tenemos en la cabeza que “nuestra Iglesia” o la Iglesia a la que asistimos o de la que somos pastores, ancianos o lideres es la mejor. No soy amigo de estar metiendo al Diablo en todo, pero si hay algo diabólico es esto. Aislarnos de las demás Iglesias, aislarnos de los demás hermanos por que asisten a otra denominación, es funesto para el cuerpo de Cristo. En Romanos 12, encontramos como el apóstol Pablo enseña sobre la necesidad que tenemos los unos de los otros y aquí se refiere a la Iglesia local. En mi experiencia como cristiano de más de 24 años, una y otra vez he podido notar que en cada Iglesia Local, hay un ministerio o don que resalta, es decir, la Iglesia tiene un área ministerial fuerte, en donde se destaca y de la misma manera, en las Iglesias locales tenernos áreas débiles y dones que son escasos. Es así como en el caso particular de la Iglesia de la que soy miembro, hemos reconocido esto y organizamos eventos con aquellas iglesias o hermanos que pueden ayudarnos y enseñarnos a superar nuestras debilidades. Precisamente, pensar que como Iglesia tenemos todo y que no necesitamos nada es el inicio de un camino que puede conducir a la soberbia y a la arrogancia (Y el diablo se ríe), de tal manera que no aceptamos la exhortación, corrección o consejo de nadie incluyendo a Dios. El resultado es una Iglesia que comienza a decaer y a estancarse. En estos años hemos sido testigo de varios movimientos que se han dado en iglesias locales que asumieron una posición soberbia e inclusive se atrevieron a decir que todas las demás iglesias tenían que acoger su visión so pena de estancarse. Hoy en día, de estas iglesias solo queda aproximadamente un 20% de lo que llegaron a ser un día. Y es que lo que no se entiende es que todos estos movimientos son modas (Ver: Las modas en la Iglesia, http://bereano-devociondiaria.blogspot.com/2011/07/las-modas-en-la-iglesia.html), y que pasan algún día. El mandamiento bíblico es a funcionar como cuerpo. Recordemos que las Iglesias del siglo I eran una por ciudad (Esto se daba por el número reducido de habitantes), hoy en día esto no es posible, pero esto no nos impide apreciar y amar a los hermanos de otras Iglesias diferentes a la mía. Es cierto que hay cosas que podemos esgrimir como razones para aislarnos, sin embargo, es más lo que nos une que lo que nos separa y en muchas cosas son aspectos de forma y no de fondo. Mi oración es que las barreras sean quitadas, que podamos compartir con los hermanos con toda libertad, que dejemos de lado lo que nos separa y que antepongamos el amor a todo lo demás y sobretodo que volvamos a la actitud humilde, dejemos la soberbia y podamos apreciar lo que Dios le ha dado a otras Iglesias, a otros hermanos.
1 de Pedro 4:10-11
Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
Ver además: Romanos 12:4-5 y 1 De Corintios 12
Dios les bendiga
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