Introducción:
Hoy quiero tomarme una licencia y salirme un poco de la ortodoxia. Quiero conversar con la Iglesia. Aclaro que tampoco quiero establecer una teología sobre el sufrimiento sino disertar o hablar un poco sobre como aliviar el dolor que produce.
Comencemos por preguntar: ¿A quién le gusta sufrir?. A nadie
Este es un tema que es extraño que se toque en las Iglesias. Algunos dirán o pensaran que habiendo tanto tema en la Biblia se hable del sufrimiento. Saben una cosa: Lo podemos ignorar pero estamos rodeados de él y algunos lo estamos viviendo.
Pablo escribe esta carta desde la cárcel en Roma y a pesar de las circunstancias que estaba viviendo que eran las mismas de la Iglesia de Filipos, la carta está llena de invitaciones a tener gozo.
El gozo se define aquí como la alegría por sufrir por la causa del Señor. Los cristianos del siglo I sufrían persecución y violencia. Aun así ellos se consideraban indignos del martirio.
La humanidad siempre le ha huido al sufrimiento.
En Colombia mucha gente sufre violencia por zonas. En cambio países como México viven una violencia generalizada. Oremos por ellos.
Nosotros no experimentamos este tipo de sufrimientos, sin embargo sufrimos por otras cosas y nos cuestiona.
¿Por qué pasamos por tal o cual situación si estamos con Dios?. Buscamos explicaciones lógicas y razonables y no las encontramos. Cuando nuestra mente no entiende es donde comienza la fe.
Debemos entender que el evangelio no es la vía de escape al sufrimiento. El evangelio más bien nos prepara y capacita para pasar y salir victoriosos permaneciendo firmes en el Señor. Pablo refiriéndose al caso específico de la economía lo expresa claramente en Fil 4:12-13.
En el maravilloso libro: “Jesús responde a Job” del escritor inglés Campbell Morgan, el muestra como todos los interrogantes de Job encuentran respuesta en Jesús. Miremos uno solo. En Job 9:33 Job pide un árbitro. En 1 de Tim 2:5 encontramos a Jesús como respuesta. Job no tenía a Jesús nosotros sí. En Jesús esta toda la suficiencia de Dios. En El están todas las respuestas.
Uno de los problemas de hoy radica en el tipo de mensajes que escuchamos. Hace unos 15 años se vienen predicando mensajes que no preparan al creyente para el camino de la fe, sino mensajes superficiales que nada tiene que ver con el evangelio de Cristo.
Tres aspectos para tener en cuenta en medio del sufrimiento y que traerán gozo al corazón además de un profundo alivio.
I. Cuando en cualquier circunstancia nos comportamos de una manera digna del evangelio de Cristo. Fil 1:27
En otras palabras cuando nuestra vida cristiana, cuando nuestra conducta, cunado nuestra vida devocional, cunado nuestra vida en comunidad no depende de las circunstancias que nos rodean sean estas buenas o malas. Somos los mismos en cualquier circunstancia.
El sufrimiento se hace más ligero, más liviano si estamos viviendo de acuerdo a los principios de Dios.
Reflexionemos por un momento:
Si a nuestro sufrimiento le añadimos una vida que no está caminando bien con Dios, el sufrimiento se multiplica. Y eso es lo que nos pasa muchas veces.
Ahora no ubiquemos el sufrimiento en sus formas más extremas.
Hay muchos tipos de sufrimiento. Para algunos situaciones serán más graves que otras, o al contario lo que para nosotros no es grave para otros si lo es.
Esto tiene que ver con el carácter de cada cual.
Hay dos formas de enfrentar el sufrimiento:
Caminando bien con el Señor, teniendo una buena vida devocional y viviendo de acuerdo al evangelio o alejados de su presencia, añadiendo a nuestro sufrimiento la lucha con el pecado y la tentación. De hecho estar alejado de Dios ya trae sufrimiento.
Si nos enfrentamos al sufrimiento andando como es digno del evangelio de Cristo entonces habrá gozo y descanso en nuestro corazón. Fil 4:4-7.
Ahora: El problema es que muchas veces enfrentamos el sufrimiento alejados de Dios porque e alejarnos de Él es nuestra forma de protestarle a Dios por nuestro sufrimiento y lo que hacemos es empeorar la situación. Lo anterior no es correcto.
“Cuando estamos caminando bien con el Señor es más fácil pasar por el sufrimiento”.
II. Cuando contamos con una comunidad firme, unida y combativa. Fil 1:27
Una Iglesia es firme cuando permanece en la fe. Una Iglesia es firme cuando todos jalan para el mismo lado, una iglesia es firme cuando todos sus integrantes tienen los mismos objetivos, una Iglesia es firme cuando hay identidad de pensamiento. Lo anterior produce solidaridad en los miembros.
Muchas veces ni nos enteramos del sufrimiento de los hermanos por andar buscando nuestros propios objetivos. Tratamos de que la Iglesia camine por donde nosotros queremos y perdemos el sentido de comunidad.
Por otra parte estamos los que no compartimos nuestro sufrimiento porque no nos sentimos identificados con la comunidad en la que estamos.
Responda estas preguntas en su corazón con toda honestidad. ¿Se siente usted miembro de esta comunidad?. ¿Se comporta Ud como un miembro de esta comunidad?. ¿Se siente con toda libertad de compartir lo que le está sucediendo con los hermanos?, o nunca ha tenido la oportunidad de hablar con alguien y está pidiendo gritos que alguien le preste su hombro para llorar. ¿Qué tal usted sufriendo, pasando por una situación difícil en medio de una comunidad de la que no se siente miembro?.
Una forma de saber si se siente miembro de esta comunidad es su actitud hacia el liderazgo y los hermanos. Si es una actitud de constante crítica, no solo se siente mejor que sus hermanos sino que también no se siente parte de ellos.
Una Iglesia es unida cuando en el corazón hay sinceridad, transparencia y honestidad para con mis hermanos. Hay una unidad desde lo profundo del alma que nos permite caminar juntos. Cuando esto sucede no tengo miedo de expresar mi sufrimiento porque sé que no voy a ser cuestionado sino ayudado.
Una iglesia es combativa cuando sabe trabajar en equipo. Cuando sabe ser un ejército. Un buen soldado nunca deja a su compañero herido en combate, lo busca y lo carga. Lo agarra y lo levanta. ¿Cuántos heridos en el camino?. Pregunto: ¿A cuántos hemos ayudado?. Es ayuda sin condiciones. No rematemos a nuestros heridos.
Cuando hacemos parte de una comunidad firme, unida y combativa, encontramos fuerzas, encontramos coraje, encontramos el gozo de pertenecer a una comunidad que va para el mismo lado.
¿Cuántos estamos como el llanero solitario?. Con dudas, con tormentas en nuestra mente, enredados con tanta filosofía barata, con tanto humanismo, manejados y manipulados por la propaganda, enredados en nuestros problemas. ¿Por qué no acudimos a nadie?. Por temor a decir las cosas, por la falta de confidencialidad, por la soberbia de los hermanos, por la religiosidad de los hermanos.
Aprendamos a ser una comunidad firme, unida y combativa.
“Cuando en medio del sufrimiento contamos con una Iglesia que nos respalda hay gozo en el corazón”. Fil 1:3-4. La iglesia de Filipos apoyo a Pablo con lo poco que podía y eso un fue motivo de mayor alegría.
III. Cuando no vemos el sufrimiento como una catástrofe sino como un privilegio. Fil 1:29.
Para Pablo la forma en que los cristianos enfrentan el sufrimiento es testimonio para los enemigos de la fe. Si se enfrenta con valentía, con gozo, con decisión es testimonio en contra de ellos y les está mostrando su fin. Nada de intimidación. Y aquí el riesgo era el de morir.
Pablo le dice a la Iglesia de Filipos: “Por qué a ustedes se les ha concedido el privilegio de sufrir”.
1 de Pedro 4:12-19
No se sorprendan por la prueba, por el sufrimiento.
Más bien alégrense.
“Si tú que eres Justo sufres lo único que puedes hacer es entregar la situación en manos de Dios y dejar tu destino bajo el designio de su voluntad”.
“El sufrimiento es usado por Dios para formar el carácter”. Es una herramienta pedagógica que Dios aprovecha.
Pero que Dios tan malo. “Dios no lo envía, lo permite”. Pero eso es peor. El caso de la muerte de la niña de 10 años.
A Job el sufrimiento le sirvió para conocer a Dios. Job 42:1-5
A Pablo igual: Fil 3:8-10
1 de Pedro 1:3-9
El sufrir por la fe es un privilegio porque me acerca más a Él. A conocerlo mejor, me permite crecer y desarrollar mi fe.
De hecho seguir a Cristo ya es sufrir una perdida: La de mi vida y tomar una decisión que también conlleva sufrir: Tomar la Cruz.
Conclusión:
Como es que hallamos gozo y descanso en medio del sufrimiento:
1. Caminando como es digno del evangelio.
2. Con el respaldo de una comunidad firme, unida y combativa
3. Ver el sufrimiento como un privilegio.
La otra opción es alejarnos de Dios, de la Iglesia y deprimirnos.
Dios les bendiga
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