INTRODUCCION:
Cuando comencé a escribir este mensaje vino a mi mente esta pequeña frase hecha famosa por uno de los grandes futbolistas que ha tenido Colombia, Carlos el Pibe Valderrama. Con ella siempre ha querido expresar la normalidad de las cosas y la actitud de confianza frente a las adversidades. Tomo pues esta corta frase, agregándole el verbo estar para darle titulo a esta reflexión. En este pasaje, Marcos sigue respondiendo la pregunta: ¿Quién es Jesús?. Durante los primeros tres capítulos y parte del cuarto, ya ha mostrado a Jesús de diferentes formas y haciendo diferentes tipos de milagros. Encontramos ahora a Jesús y los discípulos en medio de una gran tempestad. Tempestad en medio de la cual los discípulos no saben qué hacer. La naturaleza amenaza sus vidas y ellos sienten temor. ¿No es esta la situación de mucha gente hoy en día?. ¿No es el miedo uno de los mayores problemas de nuestra sociedad actual?. ¿No es el miedo el que nos deprime, aísla y anula?. En este caso es la naturaleza, que en el pasaje simboliza las adversidades de la vida. ¿Es posible que muchos de nosotros hoy estemos muertos de miedo?. Que nos dice el pasaje. ¿Qué hace Jesús en medio de unos discípulos temerosos?.
I. Estoy.
Marcos nos relata y nos pinta el cuadro. Salen en una barca de un lado a otro en compañía de otras barcas que les acompañaban. Viene una gran tormenta, la barca comienza a inundarse y mientras tanto Jesús descansaba. Ellos, angustiados y con miedo gritan y despiertan a Jesús y le dice: ¿Señor no te importa lo que nos está pasando?. Estamos a punto de morir y tu tan tranquilo. El Señor se levanta y calma la tempestad y todo vuelve a la normalidad.
Resonancia:
Grandes lecciones nos deja este pasaje a nosotros hoy. Nos hemos acostumbrado a un pentecostalismo y neo pentecostalismo extremo (Aclaro yo soy pentecostal pero moderado), en donde la manifestación es el principal alimento de la fe. Creo que para los discípulos no era nada diferente. Ya habían visto a Jesús sanar a la suegra de Pedro, levantar un paralitico y echar fuera demonios. Ahora y frente a una tempestad, Jesús yace acostado durmiendo y permanece pasivo ante la situación luego de semejante despliegue de señales y maravillas. Muy seguramente para los discípulos esto era un contraste muy fuerte. Del Jesús muy activo frente a la situación de la gente en general a un Jesús pasivo frente a la situación en la que se encontraban sus discípulos, sus más cercanos y quienes posiblemente se creían con mucho mas derecho de reclamar su favor. De ahí su reclamo. ¿No tienes cuidado?. ¿No te importa lo que nos está pasando?. Pregunto: ¿No es este el grito desesperado de mucha gente hoy?. ¿Cuántos de los que estamos aquí estamos gritando lo mismo en nuestro corazón?. Llenos de miedo y de incertidumbre esperamos la manifestación del poder de Dios antes que el sosiego para nuestra alma. El Señor, se levanta y ordena a la tempestad cesar. Pregunto: ¿No estaba Jesús con ellos?. Si. El problema es que ellos no sabían con quien estaban. “El hecho de que aparentemente Dios se muestre pasivo ante nuestra situación no quiere decir que nos ha abandonado, El está con nosotros y tiene el control de todas las cosas, El sabe cómo y cuándo actuar”. El temor es evidencia de que no le conocemos bien, de que no sabemos quién es El que está con nosotros”. Señor ayúdanos a conocerte de tal manera que desaparezcan nuestros miedos y angustias.
“Todo está bien por que Jesús esta aquí”.
II. Están.
Hay un hecho curioso y Marcos lo escribe creo yo con cierta intencionalidad. En el verso 36b, dice: “También lo acompañaban otras barcas”. Lo anterior nos dice que los discípulos no fueron solitarios aventureros en medio del mar. Tenían compañía. Tuvieron gente que compartió con ellos el mismo temor y los mismos miedos. Lo que paso no solo fue una lección para ellos sino también para aquellos que los acompañaban.
Resonancia:
En primer lugar tenemos la tendencia a creer que nuestro sufrimiento es el más grande. Que no hay nadie que sufra más que yo. De que si hubiera un premio al que más sufre, yo sería el ganador. ¿Y los que están a nuestro alrededor qué?. Mucha gente sufre, es más, están muy cerca de nosotros. Nos encerramos tanto en nuestra propia situación que no vemos lo que pasa a nuestro alrededor. Es posible que nuestro sufrimiento o situación sea insignificante frente a situaciones que viven vecinos, compañeros de trabajo o familiares y en las que nosotros podríamos hacer algo para ayudarlos. En segundo lugar, Los discípulos al igual que nosotros no miraron a los que estaban en igual situación que ellos y mostrando algo de egoísmo solo pidieron porque sus vidas fueran salvadas, ignorando a los que con ellos estaban cruzando el mar en otras barcas. En otras palabras, no nos interesa que los demás están mal si nosotros estamos bien. En tercer lugar, somos los únicos que merecemos el favor de Dios, y por eso le reclamamos a Dios que haga algo. Noten: Cuando Jesús calma la tempestad no solo se salvan los discípulos, se salvan todos los que iban con ellos en otras barcas. No sabemos si eran discípulos, seguidores o simpatizantes pero también fueron salvados. El Señor tiene el control de todo y aunque parezca que no hace nada El está presente y no solo eso hay una comunidad que está con nosotros y quiere compartir nuestras cargas. Pregunto: ¿Compartimos nuestras cargas con los demás?. “Sobrellevad los unos las cargas de los otros y compartid así la ley de Cristo”. Gálatas 6:2. No somos los únicos que experimentamos temor, ni es pecado sentirlo. Nuestra preocupación debe ser conocer a Jesús a tal punto que nada nos de miedo y si somos débiles en algún momento de la vida El no nos va a desechar por eso.
Todo está bien porque tenemos una comunidad que nos acompaña en medio de las situaciones difíciles de la vida y a la que debemos ayudar por amor en las suyas.
III. Este.
Luego de que Jesús calma la tempestad y disipa el miedo de los discípulos, se dirige a ellos y a todos los que estaban en las demás barcas, esto denota la universalidad de la obra de Cristo, El vino a disipar las tormentas de la humanidad entera. Les pregunta en primer lugar ¿Por qué tienen miedo?. Como ya lo mencione antes, el miedo era producto de no saber con quién estaban. Para Jesús, los discípulos debían saber a estas alturas, quien era El. Y es que no había justificación. El Mesías prometido, El Mesías tan profundamente anhelado y deseado por ellos, El Mesías de quien todos los profetas habían hablado, estaba frente a ellos y no sabían quién era. Luego les dice: ¿Todavía no tienen fe?, en otras palabras, no ha sido suficiente con lo que han visto y oído. Espantados, los discípulos se preguntan: ¿Quién es este?.
Resonancia:
La misma pregunta es para nosotros: ¿Por qué tenemos miedo?, ¿Qué es lo que nos da miedo?, ¿Todavía después de tantos años no tenemos fe?.
Algunas razones para esto: Primero, hoy en día se nos han presentado varias versiones de Jesús. Un Jesús que solo está interesado en prosperarme, un Jesús que negocia conmigo milagros, un Jesús al que solo le interesa bendecirme, un Jesús que no le importa como viva, un Jesús astral, un Jesús de la nueva era y muchas más. Mientras se persista en mostrar y enseñar versiones de Jesús que no son las correctas la humanidad seguirá con miedos, los creyentes seguirán con miedos, la gente no podrá confiar en Jesús. En cambio si enseñamos al Jesús de las Escrituras, al Hijo de Dios tal y como es sin distorsiones ni versiones convenientes la humanidad estará segura y confiada y tendremos una Iglesia libre de temores. Ellos tenían miedo por que no sabían con quien estaban. ¿Sera que tenemos miedo porque no sabemos quién es Jesús en realidad?.
En segundo lugar lo que se enseña de Dios es errado. Se presenta a Dios de manera distorsionada. Un Dios que se asemeja a lo humano, que se asemeja a los intereses mezquinos del hombre no es para nada confiable. ¿Cómo voy a confiar en un Dios que se parece a mí?. Por eso es que cuando todo está bien somos unos gigantes en fe pero cuando las cosas comienzan a ir mal nos sentimos perdidos. ¿Quién es este?. ¿Sabemos quién es El que está con nosotros?.
Todo está bien si conocemos a Jesús. Si sabemos con quien estamos estaremos libre de miedos y temores.
CONCLUSION:
¿Quien es este?. El que está aquí contigo y conmigo, El que hoy tiene una comunidad para que nos acompañe y el que nunca nos deja. ¿Quién es este?. El que lo controla todo, El que tiene mi vida bajo su total control. ¿Quién es este?. El que nos quita el temor. ¿Quién es este?. El que nos salva de la tempestad. Si preguntara hoy: ¿Cuántos sabemos quien es este?. Que responderíamos. Conocer a Jesús me da la seguridad y la confianza necesarias para enfrentar la vida. ¿Cuál es mi meta desde hoy?. Conocerle todos los días mas y mas hasta que me sumerja en El y todo se me olvide, y eso incluye mis miedos y temores.
Todo está bien si sabemos QUIEN ES EL.
Dios les bendiga
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