En el capítulo 1 de Eclesiastés Salomón se presenta como el maestro, como aquel que puede enseñar a otros. Su autoridad como tal esta respaldada por su conocimiento y experiencia y afirma, que es absurdo:
1. Que el hombre se afane porque no hay ningún resultado.
2. Que el hombre se afane sin lograr que nada cambie.
3. Que el hombre se afane todos los días por lo mismo.
4. Que el hombre se afane porque su vida siempre es igual (Rutina, cotidianidad).
5. Que el hombre se afane por que no ocurra nada nuevo en su vida.
Salomón, parece estar diciendo la misma cosa de cinco formas diferentes. Su énfasis está en que la vida como tal siempre va a girar en torno a lo mismo y que el hombre se afana por que no puede salir de este círculo vicioso.
Lo cierto es que el afán sea cual sea la razón no cambia nada, no produce nada, por el contrario le da un tinte de desespero a la vida. Absurdo es afanarse. La vida es la misma. Generación va generación viene y todos pasamos por lo mismo.
Salomón concluye con lo siguiente: Después de observar y analizar llegue a la conclusión que todo es absurdo. El hombre se pasa toda la vida buscando lo que no le satisface de verdad, corriendo tras el viento. Se pone de ejemplo asimismo y dice: Soy sabio, soy rey, lo comprendo todo y aun conozco la necedad y la insensatez, pero de que me sirven, sigo corriendo tras el viento, nada me satisface.
Comentario: Cuantos de nosotros gastamos nuestra vida buscando la satisfacción en el lugar equivocado. Muchos corremos detrás del éxito, de la educación especializada, de la fortuna y el dinero, del poder, del prestigio que infle nuestro ego, del reconocimiento que nos haga sentir superiores a los demás (Nada de esto es malo, lo malo es nuestra creencia de que en ello encontraremos la satisfacción para nuestra alma), pero nada satisface nuestra alma. Nos afanamos todos los días y la recompensa es el cansancio sin fruto. Que Dios nos ayude a dirigir y enfocar nuestros esfuerzos a encontrar nuestra satisfacción en El. Lo contrarios es correr detrás del viento.
Dios les bendiga
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