Otra parábola les dijo: El reino
de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres
medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Introducción:
Las parábolas tienen tres
distintivos: En primer lugar, un pretexto, una razón. Todas las parábolas
tienen una razón. A veces ese pretexto está escondido y hay que escarbar un
poco. En segundo lugar todas las parábolas son historias. (Con elementos
conocidos, elementos de la cotidianidad). En su mayoría cortas. Historias que
tenían argumentos. Toda parábola tenía un efecto sorpresa. Chirriaban los
dientes, quedaban perplejos, la aceptaban o la rechazaban. Jesús uso las
parábolas para predicarles a corazones duros.
Cuál es el pretexto de esta
parábola: Enseñar sobre el Reino de Dios. La historia: Una mujer haciendo pan.
Elementos de la cotidianidad: Levadura y harina. El argumento: El efecto de la
levadura sobre la harina. El efecto sorpresa: Utilizar a una mujer y a la
levadura para ilustrar cómo funcionan las cosas en el Reino de Dios.
I.
INSIGNIFICANTE.
Lo insignificante lo encontramos
en el uso de la mujer para hacer una ilustración sobre el Reino de Dios.
La mujer en los tiempos de Jesús:
En las ciudades.
-
Era despreciada
-
Sujeta a normas: Tenía que salir con el rostro
cubierto. Si no lo hacia el marido podía llegar hasta el divorcio sin estar
obligado a darle pensión.
-
En público debían pasar inadvertidas. No era
recomendable hablar con las mujeres en público.
-
Tener una cita no era permitido. Una mujer no
podía sentarse en la puerta de la casa ni estar hablando con los que pasaban
por ella. Era prohibido mirar una mujer casada o saludarla.
En el campo.
Era más
flexible en razón a que la mujer ayudaba al hombre en el trabajo y por razón
del clima podían descubrirse el rostro.
En todo caso
el hombre estaba por encima de la mujer y aun debía cederle los primeros
puestos.
No tenía
acceso a enseñanza religiosa. No se les permitía orar por la comida. Se
celebraba el nacimiento de un hijo y se lamentaba el nacimiento de una niña.
El mensaje
para los judíos era: Ustedes quieren un Reino Terrenal pero yo les ofrezco algo
mucho mejor: Un Reino Espiritual. El contexto en el que Jesús pronuncia esta
parábola es el de la extensión del Reino de Dios atraves de la predicación. En
vez de procurar un reino terrenal hay una opción mucho mejor: El Reino de Dios.
En vez de buscar un cambio político y social, se necesita un cambio en el
corazón. Los judíos querían cambiar el comportamiento de las personas sin
cambiar su corazón. Hay dos significados principales para los judíos: El
primero. Dios ha escogido lo insignificante para comunicar su mensaje. Ustedes
sacerdotes, levitas, fariseos, saduceos, creen que tienen la exclusividad de
Dios. Sin embargo, a ustedes se les predica y no oyen, no entienden, no ven,
tienen el corazón endurecido. (Mateo 13:13-15). Entonces como ustedes no
quieren el mensaje y lo rechazan, yo buscare pescadores, cobradores de impuestos,
prostitutas arrepentidas, es decir, lo que ustedes desechan para que comuniquen
mi mensaje. En otras palabras: Lo que ustedes consideran insignificante es lo
importante en el Reino de Dios. La importancia de lo insignificante.
En resumen: El
Reino de Dios está en las cosas pequeñas. (Semilla de Mostaza). El Reino de
Dios es invisible.
Resonancia:
En primer
lugar hagámonos dos preguntas: ¿Quiénes somos nosotros? ¿De qué está llena la
Iglesia? Nosotros somos pecadores arrepentidos. Esos insignificantes que escogió
Dios para que comunicáramos su mensaje. La Iglesia está llena de pecadores
arrepentidos. Algunos de nosotros teníamos pecados más visibles y escandalosos,
otros teníamos pecados no visibles, sin embargo entramos en la misma categoría:
Insignificantes arrepentidos. Luego de dejar claro esto hagamos otra pregunta:
¿De dónde salió la idea de estratificar la Iglesia? ¿Por qué, aunque no esté
establecido así, hay estratos en la Iglesia? De nuestra ambición desmedida por
alcanzar logros terrenales. Esa ambición nos hace perder de vista el Reino de
Dios y se convierte en un gran obstáculo para pertenecer al Reino. Podemos
alcanzar logros terrenales pero sin nunca perder de vista lo que somos. Los que
hemos tenido oportunidad de estudiar, de progresar de adquirir cosas es gracias
a la misericordia que Dios tuvo de nosotros. Yo no estuviera aquí de no haber
sido por ella. A Dios le gusta estar entre las cosas insignificantes. Cuan
equivocados estamos cuando creemos que los logros terrenales son sinónimo de
espiritualidad y fe. El mismo Jesús lo dice: Bienaventurados los
insignificantes porque de ellos es el Reino de Dios. Gracias a Dios por
escogernos a nosotros los insignificantes para predicar su palabra. Voy a dejar
esto por aquí:
¿Cómo miramos a los insignificantes?.
II.
IMPACTANTE
El uso de la levadura. La
levadura es un elemento negativo en la cultura. Se usaba comúnmente en relación
con la el pecado que había en el corazón del pueblo.
Levadura: Se menciona 27 veces en
el AT y 17 veces en el NT.
En el AT está asociada con el
pecado del pueblo.
En el NT Jesús la uso en los
siguientes contextos:
En Mateo 16:6-12: La compara con
la falsa enseñanza
En Mateo 4:1-12: La compara con
la inmoralidad. (Herodes)
En Lucas 12:1: La compara con la Hipocresía.
1 De Corintios 5: Pablo en
relación con un miembro de la Iglesia que estaba dando mal ejemplo.
En el versículo que nos ocupa
como un elemento que impacta la masa y produce un efecto en ella de manera oculta.
Jesús les quiere comunicar que
hay una buena levadura. Una que no corrompe el corazón sino que lo cambia y son
los Principios del Reino de Dios. Los principios que ellos están rechazando.
¿Cuáles son? Los resumo en tres:
El principio de la dependencia
total: Dependencia de Dios. Jn. 15:1-6; Mr. 10:13-15.
El principio de la autoridad (Soberanía):
Someterse a sus leyes y preceptos. Mt. 8:5-10.
El principio de la paternidad:
Ninguno que no sea hijo puede entrar. Jn. 1:12.
Hay una levadura buena. Esa levadura
son los principios que impactan el corazón. Llama la atención que es un poco de
levadura. Un poco de Dios puede transformar un corazón.
Dejar que Dios y los principios
del reino vayan tomando poco a poco la vida va a resultar en la transformación
total del ser. Solo basta un poquito. Un poco de levadura para 40 kilos de
harina.
Romanos 12:1-2: Es un culto
racional. Es practicar unos principios que van a transformar la vida.
Resonancia:
Le estamos permitiendo a Dios que
tome nuestra vida siquiera un poquito. Un poquito de Dios basta para cambiar mi
corazón.
La pregunta es: ¿Dónde está ese
poquito de Dios? ¿Dónde están las vidas transformadas?
Si no se ven las vidas
transformadas es porque en la práctica hemos rechazado el Reino de Dios y sus
principios al igual que el pueblo judío de la época de Jesús.
¿Dónde está la dependencia?
Muchos la reducimos a lo económico. Es en todo.
¿Dónde está el sometimiento a su
autoridad, la reverencia y el respeto por su soberanía?
¿Dónde están los hijos que se
comportan como es digno de su Padre?
Solo un poquito. Dios solo un
poquito. Con Dios menos es más.
¿Cómo podemos entenderlo? Señor
quiero ese poquito tuyo para que mi vida sea transformada.
III.
INFLUYENTE
Leuda:
Con tres medidas de harina se
podía alimentar una centuria o sea 100 hombres. Un poco de levadura alcanzaba
para hacer pan para 100 hombres.
Dios escoge a los insignificantes
de la época para transformarlos y atraves de ellos transformar a todas las
ciudades, a todos los pueblos, a todas las naciones.
Eso significa leudar toda la
masa.
La historia dice que los
discípulos encabezados por los apóstoles pusieron de cabeza el mundo antiguo.
Hombres y mujeres fueron transformados y fueron el medio para transformar a
todas las naciones de la época.
Que los caracterizaba:
Su adoración: En la cárcel, en la
escasez y en la abundancia, en la persecución.
Su entrega: Dispuestos a morir
por Jesús.
Su generosidad.
Su sacrificio social y personal:
Se tuvieron que aislar por la persecución. Muchos hombres y mujeres renunciaron
a casarse para servir de tiempo completo y toda su vida al Señor.
Y vaya que fueron influyentes. Su
influencia consistía en una vida que podían mostrar. Su influencia consistía en
un ejemplo que podían dar.
No se trataba de ser transformado
para ser mejor que los demás, para figurar, se trataba de ser transformado para
amar, para acoger, para ayudar, para dar, para ser refugio a los
insignificantes.
Y el evangelio fue predicado a
todas las naciones.
Resonancia:
¿Qué nos caracteriza a nosotros?
¿Qué caracteriza a la Iglesia de Hoy? ¿Ha puesto la Iglesia de Hoy el mundo de
cabeza?
¿Si no es así, entonces que hace
falta?
Permitir que el reino de Dios
leude todo nuestro ser. Permitir que un poco de Dios transforme nuestra vida.
Entonces nuestra adoración será
un verdadero sacrificio de alabanza, entonces nuestra entrega será total y
abundaremos en generosidad.
Y cuando el mundo vea eso quedara
patas arriba.
Cuando el mundo vea verdaderos
discípulos entonces caerá a los pies de Jesús.
Conclusión:
Hay una solo categoría en el
Reino de Dios: Pecadores arrepentidos. Hay una sola cosa que nos identifica:
Dios nos escogió por insignificantes. ¿Quién era cuando Dios me miro? ¿Cómo
miramos a los demás? ¿Cómo miro a mis hermanos en la Iglesia? ¿Cómo miro al
pobre, al indigente, al desamparado? Dios no me escogió para acumular éxitos
terrenales, Dios me escogió para predicar de su Reino.
¿Cuál ha sido el impacto del Reino
de Dios en mi vida? ¿Se ve ese poquito de Dios en mi dependencia, entrega y
generosidad a Él?
¿Tengo una vida que mostrar?
¿Tengo un ejemplo que dar? ¿Qué tan influyente es mi vida para el Reino de Dios?
La primera predicación es la de una vida transformada.
La invitación es a permitir que
Dios nos cambie, que el Reino de Dios invisible se haga visible en mi vida y de
esa manera todos los que me rodean puedan ser también transformados.