INTRODUCCION:
Esta parábola es la continuación
del discurso que Jesús viene desarrollando en el Capítulo 17. El Señor describe
el contexto en el que los cristianos iban a esperar su segunda venida. Mientras
yo vengo les dice Jesús ustedes van a estar en medio de:
1. Un
mundo donde la falsedad y el engaño religioso llegaran a su máxima expresión.
2. Un mundo apático a obedecer a Dios.
3. Un
mundo inmoral y libertino.
En resumen un mundo lleno de
injusticia.
En ese contexto se va a dar la
segunda venida del Señor. Vendrá para hacer justicia cuando el mundo menos lo
espera.
¿No es ese el mundo de hoy? Basta
solo con ver los noticieros. Mujeres asesinadas, niños violados, muerte de
inocentes, hambre, maltrato y mucho más.
El Señor, entonces nos enseña cómo
es que hay que esperar su segunda venida en medio de un mundo lleno de
injusticia: “Dios es fiel para actuar en nombre de su pueblo y defenderlo hoy y
especialmente en el día del juicio”. Para eso: “Perseverar en la oración,
persistir en la oración y no desmayar”.
I.
La Situación: 1-5
Exegesis:
De nuevo Jesús utiliza figuras
propias de la cultura para decir su mensaje. Los jueces bajo la ley, debían
temer a Dios y por tanto defender a los oprimidos. Los jueces injustos eran
severamente sancionados. En la historia, la viuda es el ejemplo máximo de una
persona oprimida debido a que no tenía ningún tipo de sostén. No tenía como
pagar al secretario del juzgado para que su caso fuera puesto de primero.
Evidentemente la viuda tenía una demanda que ella consideraba injusta. (Deudas,
lio de tierras o herencia probablemente). La estrategia de la mujer entonces
fue la de ir una y otra vez hasta que el juez se cansó de ella y le hizo
justicia.
Resonancia:
¿Qué nos dice a nosotros esta
historia?
Para poder responder esa
pregunta, primero observemos algo: Nótese que la parábola comienza con una
viuda (singular) y Jesús la aplica a los escogidos (plural). Lo anterior quiere
decir que no es una enseñanza solo para un individuo sino también para una
comunidad. Durante mucho tiempo hemos aplicado esta parábola al tema de la
oración personal y no es así.
Lo que el texto nos grita hoy es
que la Iglesia debe ser una comunidad que pide justicia, que ora por un mundo
justo, que le duele la injusticia.
Jesús es el defensor de los
oprimidos, por tanto la Iglesia debe ser la defensora de los oprimidos. La
Iglesia debe insistir en que haya justicia y actuar de acuerdo a ello.
La Iglesia de hoy debe alzar su
voz en contra de la injusticia.
La pregunta es: ¿Tiene la Iglesia
de hoy la autoridad para pedir justicia?
La autoridad la da la práctica
diaria de la justicia. Todos los días.
Si no somos una comunidad que actúa
en justicia no podemos clamar por que se haga justicia.
Somos injustos:
·
Cuando vemos la necesidad del prójimo y teniendo
no ayudamos.
·
Cuando no pagamos las deudas en el tiempo que
fijamos.
·
Cuando discriminamos por razones económicas, de
raza, de apellido, incluso de creencias.
·
Cuando no denunciamos la corrupción.
·
Cuando no hacemos el bien que sabemos hacer.
La Iglesia de hoy no clama por la
justicia porque esta luchando con su propia injusticia.
II.
La Esperanza: 6-7
Exegesis:
El Señor es claro en el mensaje.
En primer lugar despeja las
dudas. “Acaso”. En otras palabras: “No hay lugar para dudar, no hay lugar para
no creer”.
“Yo estoy con ustedes todos los
días hasta el fin del mundo”.
Yo guardo a mis escogidos de. La falsedad, de un mundo
apático, de un mundo inmoral y de un mundo injusto.
Yo los elegí para que
permanecieran.
Yo los elegí para guardarlos de
la injusticia.
Yo los elegí para que practicaran
la justicia. Mateo 5:13-48
Yo los elegí para que luchen
contra la injusticia de afuera y la del corazón.
En el mundo van a tener aflicción
pero confíen YO he vencido al mundo.
No hay lugar para el miedo. Son
mis elegidos.
Mis respuestas pueden no ser
inmediatas pero son oportunas. Van a llegar.
Resonancia:
Muchos de nosotros nos pasamos la
vida pensando si Dios nos oye o no nos oye. Claro que el oye. Lo que nos debe
preocupar es si llevamos una vida ajustada a los principios del Reino. Las
dudas acerca si Dios nos oye o nos oye se originan en las dudas acerca de
nuestra propia vida.
¿Somos elegidos que permanecemos
en el camino?
¿Somos elegidos que practicamos
la justicia?
Nos hemos guardado de la
falsedad, de la apatía hacia Dios, de la inmoralidad y de la injusticia o por
el contrario estamos llenos de todo eso.
Estamos luchando contra nuestra
propia injusticia.
¿Nos desanimamos cuando no
tenemos respuestas inmediatas (Express)?.
El problema es que no hemos
entendido el principio de Mateo 6:33. El desánimo viene cuando no obtenemos
respuesta sobre peticiones que tienen que ver con el bienestar.
III.
La Pregunta: 8
Exegesis:
¿Cuándo el
hijo del hombre venga, hallara fe en la tierra?
En últimas
dice el Señor: El problema no son mis respuestas a sus oraciones. El problema
es si cuando yo regrese voy a encontrar aun discípulos.
Aquí es donde
entra la oración.
¿Cómo son esos
discípulos que va a encontrar Jesús cuando venga?
Aquellos que
han entendido:
·
Que la oración en primer lugar ha de estar de
acuerdo con la voluntad de Dios. Que la oración es con el alma. Con todo el
corazón, con todo el ser. Que la oración es para permanecer pegado al Señor,
agarrado, sumergido.
·
Que la oración es nuestra defensa contra la
falsedad.
·
Que la oración es nuestra defensa contra la
apatía.
·
Que la oración es la defensa contra la
inmoralidad.
·
Que la oración es nuestra arma contra la
injusticia propia y la del mundo.
·
Que la oración es el remedio para eliminar las dificultades
de este mundo. (La persecución y el sitio de Jerusalén para ellos).
La oración no
es para obtener es para permanecer.
Es la oración
de alguien que no desfallece. En otras palabras dejen de orar cuando el corazón
deje de latir. No estoy hablando de tiempo. Estoy hablando de actitud.
·
La viuda representa a los discípulos, la oración
es el medio de sostén y consuelo.
·
El pueblo nunca debe dejar de buscar al igual
que la viuda de la parábola.
·
En ultimas, le fe ha de ser el resultado de una íntima
relación con Dios. (En sus términos).
Resonancia:
Hay una pregunta con puntos
suspensivos y sin signo de interrogación para completar. Y al final…
Lamentablemente nuestras
oraciones no son las correctas. Pedimos bienestar, bienestar, bienestar.
Todo
lo que tiene que ver con lo temporal. No pedimos nada que tenga que ver con lo
eterno.
Suplicamos por el presente, por
la necesidad de hoy no por nuestro futuro eterno.
Nos pegamos a Dios en la
necesidad y nos despegamos de El en la abundancia. Nuestra oración es
interesada mas no fundada en la esperanza.
La oración es pegarse a Dios,
sumergirse en Dios en primer lugar para permanecer fieles a Dios hasta el
final.
No oramos para que Dios nos
proteja de la falsedad sino que la aceptamos cuando suena bien. No oramos
contra la apatía, más bien nos quedamos en ella cuando todo anda bien, no oramos
contra la inmoralidad sino que coqueteamos con ella, no oramos contra la
injusticia sino que somos injustos cuando nos conviene.
¿Qué espera Jesús encontrar?
Discípulos que permanezcan
pegados a Él para practicar la justicia, para ser fieles. Discípulos que dejen
de orar solo cuando su corazón deje de latir. Un pueblo que se agarre de el
para alcanzar la recompensa, la eternidad confiado en que él lo guarda, lo
protege y está con ellos todo el tiempo hasta el final.
¿Hacemos parte de ese grupo de
discípulos?
CONCLUSION:
Hemos oído el mensaje. Creo que
pudiéramos irnos con la seguridad de que Dios nos habló. Solo termino con una
frase y dos preguntas.
Mientras caminamos por este mundo
podemos tener la seguridad, que en cualquier circunstancia o situación Dios nos
guarda y protege y su respuesta llegara de manera oportuna. Podemos confiar en
que Él nos defenderá hoy y estará con nosotros en el día final. Esa es nuestra
esperanza.
Ahora hagámonos esta pregunta:
¿Qué estoy haciendo hoy para que al final el Señor encuentre que he permanecido?
¿O la hacemos así? ¿Al final hallare Dios fe en mí? ¿Cuál es mi agenda a partir
de hoy?
Dios les sostenga.
1 comentario:
Muchas gracias amados, muy edificantes, Dios les de mas de su gracia, un abrazo fraterno.
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