La metodología divina es dar antes que demandar. Adán – le creó todo y lo colocó a vivir en un confort y le pidió labrar la tierra y no comer del árbol prohibido.
Con Abraham, Isaac, Jacob, y su pueblo, siempre les hablo de bendición, que les iría bien, antes de demandarles.
En esta conferencia vamos a ver en qué consiste la oferta divina y que les dio para que la disfrutaran.
1. QUE LES VAYA BIEN.
a. Es un anhelo divino.
- Lo vemos desde la creación- nunca ha querido que al hombre la vaya mal
- Dios da provisiones a sus hijos y a los hombres.
- Prometió una tierra que fluye leche y miel- dos elementos que son prototipos de gozo y satisfacción.
En la escritura no se encuentra que Dios quiere el mal para su pueblo, sino el bien
Josué 1:8
Salmos 1: 1-4
Jeremías 29: 11
Pero si ustedes notan todo el bienestar está asociado con su ley o palabra.
b. Es un anhelo del hombre.
¿Quiénes de los que están aquí les gustaría vivir mal?
Por instinto queremos estar bien
Nadie quiere fracasar
Si Dios quiere mí bien, yo lo quiero ¿Por qué a algunos cristianos no les va bien? Diga, porque no guardo su palabra.
2. QUE SEAN DE LARGA VIDA 5:33
En los planes de Dios también cuenta la larga vida
Siempre habla “que veas a los hijos de tus hijos” Deut.6:2
El salmos 128 es un ejemplo del querer de Dios
Abraham, Isaac y Jacob – vivieron largos años y vieron el favor del Señor.
Existen dos maneras de tener larga vida
a. Una física, que es tener longevidad, largos años
b. Una intangible y trascendente.
Donde tú marcas a tus futuras generaciones, pasas por la vida dejando huella. No dejes que la vida pase por ti.
Tú puedes afectar positivamente a tus hijos, nietos y biznietos si te lo propones.
Tienes la oportunidad de que tu vida se prolongue por muchos años. Tienes la opción que hablen bien de ti por muchos años. Ej. De David, el rey.
3. LAS PROVISIONES DEL BIENESTAR 6:1
Noten que el texto habla de estatutos y decretos (Palabra) y alguien que los enseñase (Moisés), un buen predicador.
Dios les dio dos cosas a Israel para que les fuera bien: La ley (la palabra de Dios) y un buen predicador (Moisés)
a. La palabra: Deuteronomio 4: 6-8
- Nos hace inteligentes y sabios
- Los extraños lo reconocen – Lo que dicen los Salgados de mi
- Nos hace únicos
- La ley no fue dada a Israel para obtener la tierra prometida, sino para que les fuera bien en ella.
- No les fue dada para que fueran el pueblo de Dios, sino para que se comportaran como el pueblo de DIOS; La responsabilidad de el pueblo de Dios es oír la voz de Dios: Deuteronomio 6: 5- oye Israel.
- El problema de un cristiano empieza cuando deja de oír la voz de Dios.
- Dios te puede dar abundancia, pero si dejas de oír a Dios, la tierra fértil se te vuelva árida, la abundancia en escases.
- La voz de Dios es lo que le da norte y sentido a la vida.
b. Un predicador: 4:5 y 6:1
- se caracteriza no porque hable bonito, tampoco porque impresione con su falsa unción.
- Sino que enseña lo que habla el señor.
- ¿Qué fue lo que enseñó Moisés?
Los preceptos y normas que ordenó el Señor, “estos son los preceptos y normas que el señor mandó que se enseñaran”.
Es un reto para nosotros predicar hoy la palabra de Dios- no lo que a la gente le gustaría escuchar.
Hoy los predicadores se han acomodado a predicar mensajes editados, donde no comprometen a la gente con Dios, le dicen a la gente lo que quieren escuchar, es lo que se ha llamado el evangelio liviano o el supermercado religioso.
- Otros sacan provecho de las predicciones y manipulan a la congregación.
Si ustedes quieren que les vaya bien oren para que haya una buena palabra y buenos predicadores – conviértete en uno de ellos.
Dios quiere que haya hombres que prediquen con fidelidad su palabra Jer.23:28
CONCLUSIÓN
Si es un anhelo de Dios que nos vaya bien y seamos de larga vida sobre la tierra y si nos da la provisión para disfrutarlo, si tu lo anhelas, la invitación es que oigas la voz de Dios y la guardes en tu corazón y la vivas.
¿Cómo te está yendo hoy? Si hoy no te está yendo bien revisa tu vida, a la luz de las escrituras. Pide a Dios que te de un oído atento a su palabra y que haya cada día mejores predicadores –como Moisés. AMEN
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