Hebreos 1:1-2: “Dios habiendo hablado en otro tiempo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su hijo a quien constituyo heredero de todo, y por medio de quien a si mismo, hizo el universo”
El profetismo fue una de las actividades principales en el antiguo testamento en los esfuerzos de Dios para hablarle a su pueblo. Los profetas hacían parte de la representación trivial que Dios mismo había instituido en Israel juntamente con el rey y el sacerdote. Su función era principalmente hablar de parte y en nombre de Dios. Su mensaje era plenipotenciario por gozar de la exclusividad de la presencia de Dios o el Espíritu Santo que en el tiempo del antiguo testamento estaba ausente en el resto del pueblo.
A diferencia del sacerdote y el rey que pertenecían a un linaje específico o casa de donde heredaban su oficio, el profeta no tenía una inscripción especial con ninguna descendencia que le hiciera heredar su oficio. Eran hombres ocasionalmente llamados por Dios para hablar a su pueblo, su actividad parecía más de estilo laico, algunos fueron tomados de sus oficios materiales y traídos para hablar al pueblo en nombre de Dios. Generalmente los grandes profetas de la Biblia nunca pertenecieron a una escuela específica de profetas.
Utilizaron diferentes maneras para recibir y comunicar su mensaje, visiones, sueños, encuentros directos con Dios, revelaciones, eventos concretos, señales, discursos, situaciones y el drama de sus propias vidas.
El propósito que tenían era declarar la voluntad de Dios al pueblo. Aunque su mensaje muchas veces tenía una aplicación futura también buscaba resolver situaciones inmediatas que el pueblo tenia. El mensaje de los profetas no era historia escrita antes de los eventos porque no daban un cuadro completo como un historiador, pero llegaba a tener aspecto progresivo más amplio en significado con el recorrer de la historia. Por pertenecer a una comunidad teocrática esta misma comunidad era quien le daba validez y autoridad a su mensaje.
Los profetas llegaron a tener gran influencia en la vida espiritual y política de Israel. Sin duda los profetas fueron el conducto mas claro de comunicación de Dios en el antiguo testamento para conocerle y comunicarse con su pueblo.
Pero Hebreos 1: 2 insinúa que el profetismo al estilo del antiguo testamento perdió su vigencia con la venida de Cristo. Si el profeta representaba a Dios en medio del pueblo y hablaba en nombre de Dios para darlo a conocer y revelar su voluntad entonces, siendo Cristo el mismo Dios entre nosotros ya no es necesario la presencia de esta figura en medio del pueblo, por lo que Dios mismo se ha revelado en Jesús (Juan: 1: 18).
Cristo es la traducción humana del Dios invisible y soberano.
Podemos decir con toda libertad que el papel que hacia el profeta del antiguo testamento ha pasado a ser en el nuevo testamento el oficio del predicador que expone con certeza la palabra de Dios a su pueblo para que se ajuste su voluntad.
Para aquellos que somos pentecostales estamos persuadidos que la iglesia como resultado del derramamiento del Espíritu Santo tiene en su seno el don de la profecía como parte de los dones, pero sabemos que esta profecía no es al estilo del antiguo testamento ya que la comunidad cristiana esta bautizada toda con el Espíritu Santo. La profecía hoy en la iglesia es como dijo el apóstol Pablo: Para consolar, exhortar y edificar (1 Cor. 14: 13), a la vez para animar al cristiano a la obediencia a lo que ya esta escrito sin que esta profecía haga parte del canon. Ninguno que profetiza hoy puede tomar el lugar de ungido especial en medio de la iglesia porque el Espíritu Santo esta presente como Dios en cada cristiano.
El profetismo fue una de las actividades principales en el antiguo testamento en los esfuerzos de Dios para hablarle a su pueblo. Los profetas hacían parte de la representación trivial que Dios mismo había instituido en Israel juntamente con el rey y el sacerdote. Su función era principalmente hablar de parte y en nombre de Dios. Su mensaje era plenipotenciario por gozar de la exclusividad de la presencia de Dios o el Espíritu Santo que en el tiempo del antiguo testamento estaba ausente en el resto del pueblo.
A diferencia del sacerdote y el rey que pertenecían a un linaje específico o casa de donde heredaban su oficio, el profeta no tenía una inscripción especial con ninguna descendencia que le hiciera heredar su oficio. Eran hombres ocasionalmente llamados por Dios para hablar a su pueblo, su actividad parecía más de estilo laico, algunos fueron tomados de sus oficios materiales y traídos para hablar al pueblo en nombre de Dios. Generalmente los grandes profetas de la Biblia nunca pertenecieron a una escuela específica de profetas.
Utilizaron diferentes maneras para recibir y comunicar su mensaje, visiones, sueños, encuentros directos con Dios, revelaciones, eventos concretos, señales, discursos, situaciones y el drama de sus propias vidas.
El propósito que tenían era declarar la voluntad de Dios al pueblo. Aunque su mensaje muchas veces tenía una aplicación futura también buscaba resolver situaciones inmediatas que el pueblo tenia. El mensaje de los profetas no era historia escrita antes de los eventos porque no daban un cuadro completo como un historiador, pero llegaba a tener aspecto progresivo más amplio en significado con el recorrer de la historia. Por pertenecer a una comunidad teocrática esta misma comunidad era quien le daba validez y autoridad a su mensaje.
Los profetas llegaron a tener gran influencia en la vida espiritual y política de Israel. Sin duda los profetas fueron el conducto mas claro de comunicación de Dios en el antiguo testamento para conocerle y comunicarse con su pueblo.
Pero Hebreos 1: 2 insinúa que el profetismo al estilo del antiguo testamento perdió su vigencia con la venida de Cristo. Si el profeta representaba a Dios en medio del pueblo y hablaba en nombre de Dios para darlo a conocer y revelar su voluntad entonces, siendo Cristo el mismo Dios entre nosotros ya no es necesario la presencia de esta figura en medio del pueblo, por lo que Dios mismo se ha revelado en Jesús (Juan: 1: 18).
Cristo es la traducción humana del Dios invisible y soberano.
Podemos decir con toda libertad que el papel que hacia el profeta del antiguo testamento ha pasado a ser en el nuevo testamento el oficio del predicador que expone con certeza la palabra de Dios a su pueblo para que se ajuste su voluntad.
Para aquellos que somos pentecostales estamos persuadidos que la iglesia como resultado del derramamiento del Espíritu Santo tiene en su seno el don de la profecía como parte de los dones, pero sabemos que esta profecía no es al estilo del antiguo testamento ya que la comunidad cristiana esta bautizada toda con el Espíritu Santo. La profecía hoy en la iglesia es como dijo el apóstol Pablo: Para consolar, exhortar y edificar (1 Cor. 14: 13), a la vez para animar al cristiano a la obediencia a lo que ya esta escrito sin que esta profecía haga parte del canon. Ninguno que profetiza hoy puede tomar el lugar de ungido especial en medio de la iglesia porque el Espíritu Santo esta presente como Dios en cada cristiano.
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