sábado, 28 de noviembre de 2009
Agradecimientos
lunes, 23 de noviembre de 2009
El Cantar De Los Cantares Parte 4: Los Argumentos Del Seductor y Las Respuestas De La Mujer
En Cantares, se encuentran cuatro intentos de Salomón para conquistar a la Sulamita. Lo primero que hace Salomón es alabar su belleza al compararla con una yegua de los carros de faraón (Halago propio de la época 1:9), en el 10 elogia su rostro. En el versículo 11, le promete joyas que adornaran su rostro hermoso. El rey sigue insistiendo pero nada consigue. En el pasaje del 3:6-11, Salomón llega con una procesión real con la cual trata de impresionar a la joven, con su pomposidad y poder al mostrarle todos los súbditos que le acompañaban para servirle. En el capítulo 4, el deseo de Salomón por la mujer se torna más intenso. En el capítulo 6, Salomón es más directo y le insinúa su deseo de estar con ella, es posible que haciendo algo de alarde en cuanto a su experiencia y habilidad para hacerle el amor a las mujeres. En los versos 8 al 10, Salomón llega a ofrecerle lo más alto, lo que desearía toda mujer de su época, le dice que ella es más hermosa que todas las concubinas que tiene en su harem y pone a su disposición ser la reina con aparente exclusividad de sus sentimientos. En el capítulo 7, Salomón (aparentemente) se siente tentado a tomarla por la fuerza pero al final se da por vencido. Ahora veamos las respuestas. Siguiendo el orden, la primera respuesta que da la Mujer es que las atenciones de Salomón en primer lugar no son bienvenidas y en segundo lugar que ella estaba comprometida con otro hombre, amaba a otro hombre. Nada de lo que hizo Salomón logro impresionarla, el ambiente del campo al lado de su amado pastor era suficiente para ella. Lujos, castillos, joyas, nada de eso era más importante como serle fiel al hombre que amaba y que la amaba. Ante el alarde de Salomón de su sabiduría en las artes del amor, ella describe con amplitud como disfruta de la intimidad con su esposo. Para ella era suficiente y no necesitaba estar con otro hombre. Ante la oferta de ser la reina, la Sulamita le recuerda a Salomón que está allí en contra de su voluntad (6:11-12). Ante la firme lealtad de la joven la deja en libertad. Que lección de fidelidad tan grande. Ella no cedió ni a los halagos, ni a las joyas, ni a la oferta de poder y de buen sexo. Para ella los halagos de su pastor, de su campesino eran suficientes, lo que él le podía ofrecer para ella era suficiente, el poder para ella era tener la libertad de gozar de su amor con él y para ella la intimidad con el no se comparaba con la que hubiera podido tener con el hombre que se suponía más sabio en el sexo en su época. Que pertinencia de este libro para hoy. Cuantas mujeres traicionan su amor verdadero por un plato de lentejas. Cuantos hombres traicionan su amor verdadero por un cuerpo de guitarra. Cuantos sucumben ante la oferta de dinero, poder y buen sexo. Algo que llama la atención es que la mujer nunca menciono los puntos débiles de su marido, nunca busco excusas para ceder (seguro que el pastor no era perfecto), siempre lo puso por encima del rey cortejante. Cuando alabamos lo bueno de nuestros conyugues el amor y la fidelidad encuentran un apoyo muy fuerte. Problemas entre ellos. Claro, solo que ellos se amaban, se apoyaban y superaban las dificultades juntos. Ella se mantuvo fiel, exalto el compromiso que tenia y no cedió. Que lección para nosotros. Hoy cedemos tan fácil, caemos tan fáciles, el mundo actual y su propaganda nos ha llevado a actuar por instinto (como los animales), actuamos sin pensar y luego el daño está hecho. Permanezcamos fieles a nuestros conyugues, lavemos la ropa sucia en casa y hagamos que el amor triunfe.
Dios les bendiga
viernes, 20 de noviembre de 2009
Como En Los Dias De Noe - Adrian Rogers
Parte 1
miércoles, 18 de noviembre de 2009
El Cantar De Los Cantares Parte 3: La Presión Social
El libro comienza con la llegada de la sulamita a la casa de verano del rey. No sabemos cómo llego allí. Hay dos opiniones al respecto, pero al tener en cuenta el desarrollo del cantar, lo más probable es que Salomón se la haya llevado a la fuerza. A la sulamita la reciben las doncellas (Mujeres del harem de Salomón), quienes al parecer ven la extrañeza y su negativa de estar en ese lugar, entonces le dicen que es tal su belleza que su futuro lo puede asegurar con ella. En otras palabras si tú quieres podrás conseguir todo en la vida porque eres bella, hermosa y si el rey te ha traído aquí tú serás la reina. (En efecto más adelante Salomón le ofrece ser su reina). En el versículo 7, ella rechaza las insinuaciones de las doncellas y les habla de su amado, en el 8 replican las doncellas y sarcásticamente le dicen que no es posible comparar lo que ella puede conseguir y tener al lado de Salomón que estando con un simple pastor. La historia se repite en los versículos de 6:13 al 7:5. La sulamita rechaza a Salomón y las doncellas intervienen para convencerla de que lo acepte pero ella no cede. Al ver todo este panorama de cantares, me vienen a la mente dos cosas: 1. La situación que aquí ocurre se da en todas las épocas. 2. Aunque la inclusión en el canon, de cantares fue bastante discutida, ningún libro de la Biblia habla tan claro sobre el tema. Hoy en día ocurre exactamente igual. Se colocan las conveniencias económicas y sociales por encima del amor. Se le dice hombres como a mujeres que vendiendo su belleza lo pueden conseguir todo y la misma industria sea de la belleza, el cine, la televisión y demás, transmiten lo mismo. Hoy se ha ramificado y diversificado el negocio, se le dio elite a la prostitución y ahora se llama servicio prepago, o gigolós, los mismos padres empujan muchas veces a sus hijos o hijas a matrimonios condenados al fracaso. Conozco muchos casos. Nadie discute que el aspecto económico es importante en un matrimonio, la educación y otros aspectos. Aquí lo que se desaprueba es cambiar el amor por la conveniencia. Vender la belleza para obtener status. Dios nos libre a nosotros como cristianos de aconsejar mal a nuestros hijos o de asumir actitudes parecidas.
Viernes 20 de Noviembre 4 Parte.
viernes, 13 de noviembre de 2009
El Cantar De Los Cantares Parte 2: Sexo vs Espiritualidad
Además de dejar clara la postura hermenéutica (Interpretación), con la cual me identifico, también debo dejar claro, el lugar que tenia la sexualidad en la cultura oriental y su relación con la espiritualidad. En primer lugar la Biblia muestra el sexo como un regalo de Dios para el disfrute de los conyugues (Mi amado es mío y yo suya 2:16). El sexo es una alegría, un gozo y los hijos una bendición. Para los orientales del mundo del antiguo testamento, el sexo era algo natural, alejado y separado de la parte espiritual. No había relación entre las dos cosas, de tal manera que la sexualidad se practicaba dejando de lado cualquier prejuicio religioso. El Cantar de los Cantares, deja bien claro además como se dan las relaciones intimas entre conyugues que se aman profundamente. El arraigo emocional y sentimental de estos esposos es ideal. Podríamos decir entonces que el libro muestra como disfruta una pareja de esposos su sexualidad cuando el amor es profundo y con raíces solidas, muestra lo hermoso del sexo con amor, como se anhela sexualmente una pareja que se ama, como se extrañan, como desean estar juntos y como no permiten que nadie se interponga entre ellos (El caso de la Sulamita que no permite que Salomón la seduzca) y permanecen fiel el uno al otro a pesar del acoso, lo que denota su sentido de la exclusividad, es decir ella era de su marido y ni siquiera consideraba la posibilidad ni había el mas mínimo pensamiento de ser de otro, el igual. Es sexo al natural, sin malicia ni perversidad, tal como debe ser. El otro aspecto que muestra cantares es como los esposos disfrutan de su intimidad sin afanes, no corren para consumarla, se recrean el uno con el otro, se admiran, se contemplan. Hoy en día tenemos un problema, el mundo en que vivimos ha pervertido el ejercicio de la sexualidad hasta tal punto que los cristianos hemos tomado esa imagen y catalogado al sexo como algo pecaminoso, y de esta manera hemos cometido el error de asociar sexo con espiritualidad, el resultado es un concepto negativo del sexo que al final lleva a que la sexualidad dentro del matrimonio se vea afectada. Durante todos estos años he visto como matrimonios se han acabado por esto, matrimonios en crisis por esto, problemas conyugales por esto. Existen una serie de conceptos errados que a veces hasta resultan inverosímiles y difíciles de creer. El pastor o líder que piensa que no puede tener sexo con su esposa un sábado por la noche por qué no va a llegar puro el domingo a predicar el sermón, la mujer que no se deja ver desnuda del esposo, hombres y mujeres que consideran que el sexo es tan malo que solo se puede permitir una vez por mes y dejan a su conyugue esperando todo ese tiempo, parejas que se limitan en la relación a ciertas caricias y muchas veces las mujeres no llegan al clímax, conocí una pareja que después de 10 años de casados la esposa se vino a enterar que existía un clímax para la mujer (Muchas de las esposas de cristianos han nacido en hogares cristianos y no tienen educación alguna sobre el tema como es el caso que cito, parece mentira pero sucede en pleno siglo XXI debido a que estos temas casi que ni se tocan en las Iglesias). Estaba en extremo insatisfecha con la relación y no sabía porque. Así tenemos a muchos esposos hoy en día. Por otro lado la cultura y la falta de educación sexual hace que los hombres no manejemos adecuadamente la relación y por ello la mujer no queda plenamente realizada. Como hombres debemos asegurarnos que nuestras esposas disfruten de la relación sexual al máximo. Debemos dejar de lado los afanes por llegar al final, aprendamos a ir suave y despacio para que ambos puedan disfrutar de su sexualidad. La sexualidad en un ambiente lleno de amor, interés mutuo, fidelidad y exclusividad es algo hermoso, es un regalo de Dios, si el mundo la ha pervertido a nosotros no debe afectarnos. Nosotros hemos sido lavados con la sangre de Cristo, nuestro corazón ha sido cambiado, somos nuevas criaturas, disfrutemos con toda libertad y naturalidad de nuestra sexualidad, que bendición será para tu esposo o esposa. Separemos sexo de espiritualidad.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Convocatoria (www.bereano-devociondiara.blogspot.com)
Hay muchos hermanos, que tienen un hermoso talento para escribir y si a eso le añaden una experiencia personal con Dios y un conocimiento recto de las escrituras puede resultar en textos de edificación para todos. Por eso estoy haciendo esta convocatoria que consiste en que ustedes escriban devocionales y los envíen a mi correo electrónico: domefi@gmail.com. Los escritos serán revisados antes de publicarlos, bajo los siguientes parámetros:
1. Deben ser historias o escritos basados en la historia bíblica, la doctrina bíblica, las enseñanzas de Jesús o experiencias personales, y en su aplicación deben tener un texto bíblico adecuado. Debe ser escrito por quien lo envía.
2. No deben contener ideas de motivación o auto superación.
3. No deben comunicar o apoyar doctrinas no bíblicas.
De ser necesaria alguna corrección, esta le será enviada al autor para que con su autorización se haga y luego se publique. Los autores aparecerán con nombre y país, así que escriba en el correo sus nombres completos y la ciudad y país de origen.
Espero mis amados hermanos que escriban y envíen. Todos los correos serán leídos y les expresare mi opinión sean o no publicados.
Escribir no es tarea fácil, necesitamos comenzar y con el tiempo se ira perfeccionando el talento que Dios nos dio.
Les animo a hacerlo y que Dios les bendiga.
martes, 10 de noviembre de 2009
¿PUEDE JESÚS SER TU SALVADOR SIN SER TU SEÑOR? Por A.W Tozer
UN CRISTO DIVIDIDO, UNA HEREJÍA EVANGÉLICA
Las Escrituras en ninguna parte enseñan que la persona de Jesucristo o ninguna de sus funciones u oficios importantes los cuales Dios le dio, puedan ser divididos o ignorados.
Pero ha entrado una herejía muy perniciosa a través de todos nuestros círculos evangélicos cristianos. Es un concepto ampliamente aceptado de que nosotros como humanos podemos escoger aceptar a Cristo únicamente porque lo necesitamos como nuestro Salvador, y que tenemos el derecho de posponer nuestra obediencia a Él como nuestro Señor, por todo el tiempo que queramos.
Este concepto ha brotado naturalmente de un mal entendido de lo que la Biblia dice en realidad acerca del discipulado cristiano y la obediencia. Confieso que yo estaba entre aquellos que lo predicaban, antes de que empezara a orar a conciencia, a estudiar diligentemente, y a meditar con angustia sobre todo este asunto.
Creo que lo siguiente es una declaración semejante a lo que a mí se me enseñó en mi primera experiencia cristiana: “Nosotros somos salvos recibiendo a Cristo como nuestro Salvador y somos santificados recibiendo a Cristo como nuestro Señor. Y es posible que hagamos lo primero sin hacer lo segundo”. Ciertamente este concepto requiere de una profunda modificación en las mentes y que muchos la corrijan para guardarnos del error.
La verdad es que la salvaciÓn separada de la obediencia no existe en las Escrituras. Pedro hace ver muy claro que nosotros somos “elegidos según la presciencia (conocimiento anticipado) de Dios el Padre, a través de la santificación del Espíritu para obediencia” (1a de Pedro 1:2, paráfrasis del autor).
Que tragedia es que en nuestros días, oímos muy seguido que el evangelio se predica sobre estas bases: “¡Ven a Jesús! No tienes que dejar nada, no tienes que cambiar nada, no tienes que entregar nada, no tienes que dar nada a cambio, únicamente ven a Él y cree en Él como tu Salvador”.
Así que la gente viene y cree en el Salvador. Más tarde en una reunión o en una conferencia ellos oirán otro llamado: “Ahora que tú ya has recibido al Señor como tu Salvador, lo tomarás o lo recibirás como tu Señor?”.
El hecho de que esto se oiga en todas partes no lo hace correcto. Insistirle a la persona que crea en un Cristo dividido es una enseñanza incorrecta. ¡Nadie puede recibir la mitad de Cristo, o la tercera parte de Cristo, o una cuarta parte de la persona de Cristo!
He oído a siervos de Dios decir con buena intención: “Ven y cree en la obra terminada (ya todo está hecho)”. Esta obra no te va a salvar. La Biblia no nos dice que creamos en una función o en una obra. Más bien dice que creamos en el Señor Jesucristo, la persona que ha hecho esta obra y que tiene todas esas funciones.
Me parece sumamente importante que Pedro hable de sus compañeros cristianos de aquel tiempo como “niños obedientes” (Ver 1a de Pedro 1:14). Él no les estaba dando una orden o una exhortación a ser obedientes. En realidad él dijo: “Supongo que ustedes son creyentes, por eso también creo que son obedientes. Así que ahora, como niños obedientes, hagan esto y esto”.
La obediencia se enseña a través de toda la Biblia y la verdadera obediencia es uno de los requerimientos más difíciles en la vida cristiana. Separada de la obediencia no puede haber salvación, la salvación sin obediencia no es posible porque es contraria a lo que está escrito en la palabra de Dios.
La esencia del pecado es la rebelión en contra de la autoridad divina
Dios dijo a Adán y a Eva: “No comerás de este árbol, porque en el día que tú comieres ciertamente morirás” (Ver Génesis 2:16-17). Esta es una orden divina que requería obediencia de parte de aquellos que tenían voluntad propia y el poder de escoger.
A pesar de la advertencia tan fuerte que se les dio, Adán y Eva extendieron la mano y comieron de la fruta, y así desobedecieron y se rebelaron, trayendo el pecado y la condenación sobre sí mismos.
Pablo escribe clara y directamente en el libro de Romanos acerca de “la desobediencia del hombre”. Lo que escribió el apóstol es una palabra dura dada por el Espíritu Santo: “Por medio de la desobediencia de un hombre vino la caída de la raza humana” (Ver Romanos 5:12-21).
En el evangelio de Juan está muy claro que el pecado es desobediencia a la ley de Dios.
El cuadro de los pecadores que Pablo describe en el libro a los Efesios concluye que la gente del mundo son “los hijos de desobediencia”. Pablo quiere decir que la desobediencia los caracteriza, que constituye su condición, que los moldea. Que la desobediencia se ha convertido en una parte de su naturaleza.
Todo esto nos da un antecedente para la gran pregunta que siempre ha surgido ante la raza humana: ¿quién es el jefe? Esto se convierte en una serie de tres preguntas: ¿a quién pertenezco?, ¿a quién le debo lealtad?, ¿quién tiene autoridad para requerirme obediencia?
Yo supongo que de toda la gente del mundo, son los americanos los que tienen mayor problema para obedecer a alguien o a algo. Eso es, porque se supone que los americanos son los hijos de la libertad. Son el resultado de una revuelta. Produjeron una revolución cuando tiraron las pacas de té al mar desde el barco en el puerto de Boston. Hubo discursos y dijeron: “El sonido de las armas será llevado por el viento que sopla desde la comunidad de Boston”, y también, “¡Dame la libertad o dame la muerte!”. Esto está en la sangre americana, y cuando alguien dice, “tú le debes obediencia a tal o a cual”, inmediatamente se erizan. En realidad, no nos agrada la indicación de someternos en obediencia a nadie.
Igualmente, la gente de este mundo tiene una contestación lista y rápida a las preguntas de dominio y obediencia. Dirían, “yo me pertenezco a mí mismo, nadie tiene autoridad para requerirme obediencia”.
Nuestra generación hace gran alarde de esto; le damos el nombre de “individualismo” (sistema de refinado egoísmo), y sobre la base de nuestra individualidad demandamos el derecho de decidir por nosotros mismos.
Ahora bien, si Dios nos hubiera hecho meramente máquinas, no tendríamos el poder de decidir por nosotros mismos. Pero como nos hizo a Su imagen, y nos hizo para que fuéramos criaturas morales (de buenas costumbres y acciones lícitas), por lo tanto el Señor nos ha dado ese poder.
Insisto en que no tenemos el derecho de decidir por nosotros mismos, porque Dios nos ha dado el poder mas no el derecho de escoger la maldad. Viendo que Dios es un Dios santo y que nosotros somos criaturas morales con el poder pero no el derecho de escoger la maldad, ningún hombre tiene ningún derecho de mentir. Tenemos el poder de robar: puedo salir a la calle a conseguir un abrigo mejor que el que tengo ahora. Puedo entrar a un lugar y robarme ese abrigo y salirme por una de las puertas de los lados sin ser observado. Tengo el poder, pero no tengo el derecho.
También tengo el poder de usar un cuchillo, una navaja, o una pistola para matar a cualquier persona, pero no tengo este derecho.
En realidad, solamente tenemos derecho de hacer el bien, porque Dios es bueno. Sólo tenemos derecho de ser santos, pero no malos. Adán y Eva no tenían ningún derecho moral de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, y al hacerlo, usurparon un derecho que no era de ellos.
El poeta Tennyson ha de haber estado pensado acerca de esto cuando escribió en sus “Memorias”: “Nuestras voluntades son nuestras, no sabemos como; nuestras voluntades son nuestras, para hacerlas tuyas Señor”.
Este misterio de la libre voluntad del hombre es demasiado grande para nosotros. Tennyson dijo: “…no sabemos cómo”. Pero continúa diciendo, “…nuestras voluntades son nuestras, para hacerlas tuyas Señor”. Y este es el único derecho que tenemos aquí: hacer de nuestra voluntad la voluntad de Dios; para hacer de la voluntad de Dios nuestra voluntad.
Debemos recordar que Dios es el Soberano y nosotros las criaturas. Él es el Creador y por eso tiene derecho de ordenarnos. Nuestra obligación es obedecer. Es una obligación agradable y puedo decir, que “su yugo es fácil y ligera su carga” (Ver Mateo 11:30).
Ahora vuelvo al punto de la insistencia humana de que Cristo tenga con nosotros una relación dividida. ¿Cómo se puede hallar apoyo para enseñar que nuestro Señor Jesucristo puede ser nuestro Salvador sin ser nuestro Señor? ¿Cómo se puede continuar enseñando que se puede ser salvo sin ninguna intención de obedecer a nuestro Señor? (Ver Hechos 2:36).
Estoy convencido de que cuando un hombre cree en Jesucristo, debe creer en todo el Señor Jesucristo, sin ninguna reserva. Yo creo que no es correcto ver a Jesucristo como un tipo de enfermero divino a quien nosotros acudimos cuando el pecado nos ha enfermado, y que después de que nos ha ayudado decirle “adiós”, y seguir por nuestro propio camino.
Vamos a suponer que entro a un hospital y le digo al personal que necesito una transfusión de sangre, o una radiografía de mi próstata. Después de que ellos me prestan sus servicios y me atienden, me salgo por la puerta del hospital con un alegre “adiós”, diciéndoles que fueron muy bondadosos en ayudarme cuando lo necesité, y me voy como si no les debiera nada.
Puede ser que esto suene grotesco, pero pinta claramente el cuadro de aquellos a quienes se les ha enseñado que pueden usar a Jesús como Salvador en el tiempo en que lo necesiten, pero sin reconocerlo como Señor y sin deberle obediencia y lealtad.
En ninguna parte de la Biblia se nos enseña a creer que podemos usar a Jesús como Salvador y no reconocerlo como nuestro Señor. Él es el Señor, y así, como Señor, nos salva porque tiene todas las funciones u oficios de Salvador, de Cristo, de Sumo Sacerdote, y Él mismo es sabiduría, justicia, santificación y redención. Todo esto forma parte de Él como Cristo el Señor.
Nosotros no podemos ir a Jesucristo como obreros astutos y decirle, “tomaremos eso y aquello, pero no tomaremos esto”. No vamos a Él como quien compra muebles para su casa y le dice al vendedor, “me llevo esta mesa, pero no quiero la silla”, ¡dividiéndolo! ¡No! ¡Es todo de Cristo, o nada de Cristo!
Necesitamos predicar otra vez al mundo un Cristo completo. Un Cristo que será Señor de todo, o no será Señor de nada.
La salvación verdadera restaura el derecho de la relación entre el Creador y la criatura, porque vuelve a dar derecho a nuestro compañerismo y comunión con Dios. Ustedes se podrán dar cuenta que en este tiempo se ha enfatizado mucho la condición del pecador. Se habla mucho acerca de las aflicciones del pecador, de su pena y de las grandes cargas que lleva, pero nos hemos olvidado del hecho principal, que el pecador es en realidad un rebelde en contra de la autoridad perfectamente constituida de Cristo.
Esto es lo que hace al pecado, pecado. El pecador es un rebelde. Es hijo de desobediencia. El pecado es el quebrantamiento de la ley, y el pecador es un rebelde, fugitivo de las leyes justas de Dios.
Vamos a suponer que un hombre escapa de una prisión. Ciertamente tendrá penas y angustias. Le va a doler cuando se golpee contra troncos, piedras y cercas, igual que cuando se arrastre por ahí en la obscuridad. Va a tener hambre, va a sentir frío y cansancio, va a estar cansado y entumido de frío. Todas estas cosas le pasarán, pero son incidentales comparadas al hecho de que es un fugitivo de la justicia y un rebelde en contra de la ley.
Lo mismo pasa con los pecadores. Ciertamente tienen el corazón quebrantado y llevan una carga muy pesada; la Biblia nos muestra acerca de su condición. Pero ésta, es incidental al compararla con el hecho que nos muestra la razón por la cual el pecador es lo que es: que se ha rebelado contra la ley de Dios, y es un fugitivo del juicio divino.
Esto es lo que constituye la naturaleza del pecado. La carga pesada de miseria y tristeza, la culpabilidad y otras consecuencias, constituyen únicamente lo que brota de una voluntad no rendida al Espíritu Santo. Así que la raíz del pecado es la rebelión en contra de la Ley, la rebelión en contra de Dios. ¿No es el pecador el que dice, “yo me pertenezco a mí mismo, yo no le debo lealtad a nadie a menos que yo quiera dársela?” Esta es la esencia del pecado.
Pero, gracias a Dios, la salvación cambia esto y restaura la relación anterior. Así que, lo primero que hace el pecador que ha regresado a los caminos de Dios, es confesar: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros (siervos)” (Lucas 15:18-19).
En el arrepentimiento, nuestra relación con Dios es restaurada y nos entregamos completamente a la Palabra de Dios y a Su voluntad como niños obedientes (Ver Hechos 3:19).
La felicidad de todas las criaturas morales descansa exactamente en esto: dar obediencia a Dios. El salmista clamó: “Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto“ (Salmos 103:20).
Los ángeles en el cielo tienen su libertad completa y su máxima felicidad al obedecer los mandamientos de Dios. Ellos no lo ven como una tiranía, sino que lo consideran como un deleite.
He estado examinando una vez más los misterios del primer capítulo de Ezequiel y no los entiendo. Hay criaturas con cuatro caras y cuatro alas, seres extraños haciendo cosas extrañas. Hay ruedas y otras ruedas en medio de las primeras. Sale fuego del norte y las criaturas van derecho hacia adelante y algunas bajan sus alas y las ondean. Seres extraños y hermosos todos divirtiéndose de lo lindo, deleitándose completamente con la presencia de Dios y en el hecho de que ellos pueden hacerlo.
El cielo es un lugar en donde te entregas a la completa voluntad de Dios y, ¡es el cielo porque ahí mora Dios! Por más que digamos de sus puertas de perlas, sus calles de oro y sus paredes de jade, ¡el cielo es el cielo porque es el mundo de los hijos obedientes! El cielo es el cielo porque los hijos del Dios Altísimo encuentran que están en su ambiente natural como seres morales obedientes.
El infierno es el mundo del rebelde. Jesucristo dijo que hay fuego y gusanos en el infierno, pero esa no es la razón por la cual es el infierno. Puede que soportes los gusanos y el fuego, pero para una criatura moral que sabe y se da cuenta que él está en donde está porque es un rebelde, esa es la esencia del infierno y del juicio. Ese es el mundo eterno de todos los rebeldes desobedientes que han dicho, “yo no le debo nada a Dios”.
Este es el tiempo que se nos ha dado para decidir. Cada persona hace sus propias decisiones acerca del mundo eterno donde va a vivir.
Nosotros no podemos creer en un Cristo dividido. Debemos recibirlo a Él por lo que Él es —¡El Salvador ungido y el Señor que es el Rey de Reyes y Señor de Señores!— Cristo no sería quien es, si nos salvara, nos llamara y nos escogiera, sin el entendimiento de que Él también va a guiarnos y a controlar nuestras vidas.
¿Es posible que nosotros realmente pensemos que no le debemos obediencia a Jesucristo? Le debemos obediencia desde el segundo en que clamamos a Él pidiéndole que nos salvara, y si no le damos a Él esa obediencia, tengo razones para preguntarme si estamos realmente convertidos.
La Biblia dice: “Este mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Ver Hechos 2:36). Jesús significa “Salvador”. Señor significa “Soberano”. Cristo significa “El Ungido”. El apóstol no predicó a Jesucristo como Salvador, él predicó a Jesucristo como Señor, Cristo y Salvador. Él nunca dividió su Persona o sus funciones u oficios.
Tres veces en el libro de los Romanos (Romanos 10:9-13) el apóstol llama a Jesucristo “Señor”. El dice que la fe en el Señor Jesús más la confesión de esa fe al mundo, nos trae salvación.
Escudriña las Escrituras. Lee el Nuevo Testamento. Si tú has sido enseñado a creer de una manera equivocada en un Salvador dividido, debes estar gozoso de que aún haya tiempo para arrepentirte y confiar en el verdadero. Él es el único que te llevará a la vida eterna.
Tomado de: Lumbrera:
http://lumbrera.wordpress.com/2008/04/11/%c2%bfpuede-jesus-ser-tu-salvador-sin-ser-tu-senor/
Una falsa antítesis: el Espíritu versus el estudio ¡La fe y la inteligencia no son enemigas! Por Juan Stam
Los debates exegéticos y teológicos son de fundamental importancia para la salud de la iglesia. Son como el sudor de la fe, en búsqueda constante de una fidelidad siempre mayor a la Palabra y al Señor. Por eso, prohibir o suprimir el debate es uno de los mayores daños que los líderes pueden hacer a la Iglesia,
Muchas veces las controversias, sanas en sí mismas, revelan enfermedades del Cuerpo de Cristo. Recientes debates en este mismo sitio web ofrecieron una radiografía de una seria patología en la condición espiritual de algunos sectores de la iglesia costarricense y latinoamericana. Más allá de un dogmatismo posiblemente legítimo, hay mucho fanatismo y procesos de fanatización (impulsadas por algunos líderes que parecen tener miedo de una sana crítica que podría amenazar su autoridad), de oscurantismo, y sobre todo de actitudes violentas, muy dispuestas a insultar, que no se distinguen mucho del odio.
Como base de este síndrome patológico aparece a menudo un concepto aparentemente saludable, y muy "espiritual", pero en realidad errado y dañino. Ese concepto consiste en contraponer el Espíritu y el estudio. Si confiamos en el Espíritu Santo para revelarnos la verdad, ¿qué necesidad o qué valor tiene el estudio "intelectual" de la Biblia. ¿No nos dice el Proverbios, "no te apoyes en tu propia inteligencia"? Estudiar el texto para encontrar razones para una u otra interpretación del texto, se ve como intelectualismo y hasta soberbia. Los realmente espirituales confían en el Espíritu Santo para revelarse el significado del texto inspirado. Recuerdo que hace años realizamos un taller de interpretación bíblica en el norte de Costa Rica, pero una congregación entera canceló su participación porque decían, "nosotros no creemos en el estudio, sino confiamos en el Espíritu Santo".
Estas actitudes se revelaron muy claramente en los comentarios que provocaron unos artículos recientes en este sitio web. Me permito reproducir textualmente algunas de esas respuestas:
Osorio: "Para mi opinión personal usted necesita tener revelación, tiene muy poca vivencia del evangelio completo. Me parece que tiene celos o está muy escaso de lo sobrenatural... Jesús dijo, 'te alabo Padre porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y lo revelaste a los niños'".
Samuel: "Solo puedo decir que sin revelación de lo alto podrá siempre discutir si hay en este tiempo apóstoles..."
Pablo: "Creo que en el momento en que aparecen sabios que quieren darles diversas interpretaciones a las palabras bíblicas porque creen que en griego, ruso o francés dice otra cosa, la Biblia pierde su sentido como Palabra de Dios... Eso es un tema de revelación personal."
Ramón: "Claramente la escritura dice que vayamos a predicar el evangelio, no a hacer teologías para averiguatas de vana palabrería..."
Es justo reconocer ciertos elementos de verdad en estas afirmaciones. Dios ha prometido darnos su Espíritu para guiarnos a toda verdad, y el Espíritu promete iluminar y guiar, pero no reemplazar, nuestro estudio de la Biblia. Es cierto que Dios da grandes dones de sabiduría a los humildes, y que por otro lado existe un peligro real de una soberbia carnal en el mucho conocimiento. El verdadero entendimiento da humildad, pues cuánto más sabe uno, más sabe que no sabe. Pero hay también un anti-intelectualismo malsano y que no es bíblico, y que también es soberbio, con el orgullo y la arrogancia de creer que sabe sin tener que examinar el texto ni escuchar a otras personas.
Hay un peligro serio de malentender la inspiración de las escrituras. El Espíritu Santo inspiró a los autores de nuestros libros canónicos, pero jamás prometió dirigir los procesos de copia de manuscritos (miles de ellos, a mano, durante unos quince siglos) ni de traducciones (es lingüísticamente imposible que una traducción reproduzca exactamente un texto en otro idioma). Dios ha querido que la transmisión y la traducción de su Palabra sean procesos humanos y naturales, no infalibles sino siempre mejorables. Aun la imprenta moderna, que produce un texto mucho más estable, se presta para variantes. Una de las primeras versiones impresas de la Biblia se llamó "la Biblia del adúltero", porque omitió la palabra "no" en el séptimo mandamiento (Ex 20:14).
La interpretación inspirada de las escrituras no aparece entre los dones carismáticos de la iglesia. Dios ha dejado eso a nuestra responsabilidad, escudriñando la palabra con todo cuidado en oración y en la comunidad de fe. La exégesis bíblica tampoco es una función normal del don de profecía, como si ése fuera un sustituto del estudio y un pretexto para la pereza mental. Aun si una profecía ilumina un texto bíblico, siguen las exhortaciones bíblicas, precisamente con referencia a la profecía, "Examinadlo todo" (1 Tes 5:21) y "que los demás juzguen" (1 Cor 14:29). Los profetas que se creen infalibles están muy equivocados.
Para justificar esta oposición entre el Espíritu y el estudio a veces se apela a Lucas 12:11, "no os preocupéis por cómo o qué habéis de responder, o qué habréis de decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir". Sin embargo, del contexto queda claro que esto se refiere a interrogaciones por las autoridades hostiles al evangelio. Es un llamado a ser valientes y testificar, confiando para su defensa en el Espíritu Santo. Pero no es un llamado a la pereza y la irresponsabilidad, esperando que Dios haga lo que nosotros podemos hacer y debemos hacer. La promesa de Lucas 12:11 no justifica una falta de seriedad y esfuerzo en la preparación de sermones y estudios bíblicos, esperando que el Espíritu Santo de repente ponga las palabras en nuestra boca.
Más bien en esto rigen las palabras de 1 Pedro 3:15, "estad siempre preparados para presentar defensa ("apología", una defensa bien preparada, como en los tribunales) ante todo aquel que demande razón ("lógos", la lógica de nuestra fe) de la esperanza que hay en vosotros". ¿Y cómo estar "siempre preparados"? Obviamente, por una vida de constante estudio cuidadoso y fiel de la Palabra, en oración y en la comunión de fe. Ahí es donde el Espíritu Santo iluminará nuestro entendimiento de las escrituras.
Algunos citan también las palabras de 2 Cor 3:6, "la letra mata, más el espíritu vivifica" (con minúscula en Reina Valera). Pero "la letra" no tiene nada que ver con "el estudio", como opuesto al Espíritu Santo. La interpretación de este texto es muy discutida, pero es muy probable que se refiere a la ley, el legalismo de los enemigos de Pablo. Otros sugieren que se refiere a un literalismo excesivo, que pierde el mensaje (el "espíritu") del pasaje.
En estos temas nos conviene seguir el ejemplo de Pablo: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (1 Cor 14:14-15). Si eso se aplica al orar y al cantar -- ¡qué exhortaciones más necesarias hoy! -- se aplica obviamente a la interpretación y la enseñanza de la Palabra de Dios. Y lo mismo es cierto si entendemos la palabra "Espíritu" con mayúscula. El Espíritu Santo nos guía por medio del estudio fiel de las escrituras y el análisis comunitario de la fe. Cierto, para eso no se necesita un doctorado en hermenéutica, pero sí se necesita la disciplina de escudriñar el texto. El Espíritu Santo no es elitista, pero tampoco es anti-intelectual.
lunes, 9 de noviembre de 2009
El Cantar De Los Cantares Parte 1: Diversas Interpretaciones
No puedo iniciar la serie, sin antes hacer una breve exposición de las diferentes interpretaciones que se le dan a este libro. Debe ser así, porque al final les voy a decir con cual de ellas me identifico. De ahí en adelante el desarrollo de los temas tendrá como objetivo comunicar el contenido del libro de manera tal que su comprensión sea asequible a todos los lectores. Entre las interpretaciones del libro encontramos, la alegórica, que sostiene que Cantares es un canto alegórico del amor de Dios hacia su pueblo (judíos), los cristianos lo asimilaron a Cristo y la Iglesia. El problema es que basándonos en la interpretación alegórica, Cantares podría tener infinidad de interpretaciones, la otra cosa es que si Cantares es una alegoría porque no puedo utilizar este método de interpretación para toda la Biblia?. Precisamente las mayores herejías de hoy surgen de utilizar este tipo de interpretación. La segunda es la interpretación cultica, que dice que el libro describe un ritual pagano que había sido introducido y acomodado en el judaísmo. La tercera es la lirica, que dice que Cantares es una colección de poesías amorosas, descriptivas de la belleza física, las cuales se cantaban en las bodas sirias. La ultima es la interpretación de los tres personajes, según esta, en el libro se pueden encontrar tres personajes principales, Salomón, la joven sulamita y un joven pastor de ovejas. La historia se inicia cuando Salomón pasa por Shunem, un pueblo del antiguo oriente, conoce a la muchacha y no sabemos de forma precisa como se la lleva para el palacio. Salomón no la toma por la fuerza sino que trata de enamorarla pero ella lo rechaza. Ella le dice a Salomón que su amor pertenece a su esposo y al final la deja ir para que se encuentre con su amado. Si se acepta esta interpretación, el tema del libro es la fidelidad en el amor, describiendo de manera muy hermosa la relación sexual entre dos personas que se aman profundamente (Las muchas aguas no podrán apagar el amor ni lo ahogaran los ríos. 8:5-7). Se cree que Salomón escribió el libro en su vejez. Esta ultima interpretación es aceptada por una gran cantidad de eruditos bíblicos. Después de leer, analizar comparar los textos en los que basan sus afirmaciones, me quedo con esta ultima. A partir de aquí desarrollaremos esta serie.
Con la ayuda de: Comentario Bíblico Beacon. Tomo 3. Paginas de la 613 a la 617.
Segunda parte: Viernes 13 de Noviembre.
domingo, 8 de noviembre de 2009
G12 ¿Bendición o Engaño?
Excelente documento, aborda el tema con toda la seriedad, sobriedad y fundamentación bíblica. Lo recomiendo. Como miembro que fui de una Iglesia que adopto el G12, les comento que el resumen que hace el pastor Daviel D´Paz es conciso, preciso y directo. El documento lo puede encontrar en :
viernes, 6 de noviembre de 2009
Paranoia Espiritual
En muchos grupos o Iglesias cristianas es común la actitud de ver al diablo hasta en la sopa. Se habla a diario de demonios encontrados en lugares como una casa, finca, etc. Demonios en cuadros, estatuas, muñecos y demás. Se comenta, además, de la necesidad de limpiar un lugar o de botar algún objeto por causa de los demonios que en el habitan. Se habla mas del diablo y sus actividades que de Dios y su poder. CS Lewis, en su libro “Cartas del Diablo a su Sobrino” dice: “Ahora bien; si por "el Diablo" se entiende un poder opuesto a Dios y, como Dios, existente por toda la eternidad, la respuesta es, desde luego, no. No hay más ser no creado que Dios. Dios no tiene contrario. Ningún ser podría alcanzar una "perfecta maldad" opuesta a la perfecta bondad de Dios, ya que, una vez descartado todo lo bueno (inteligencia, voluntad, memoria, energía, y la existencia misma), no quedaría nada de él”. Lo anterior quiere decir tres cosas: Primero, El diablo no es oposición para Dios en el sentido absoluto. Es un error colocar al diablo en el mismo nivel de Dios. El diablo es un ser inferior y que además no cuenta con los atributos de Dios mismo. El diablo no es un ser preexistente. En segundo lugar, el diablo no está en la capacidad de hacer oposición a Dios con la misma fuerza que Dios puede hacerle oposición a él y por último, el diablo es un ser limitado al igual que sus ángeles caídos. ¿Adonde queremos llegar?: Muchos de nosotros le damos un status al diablo que no tiene, lo colocamos en el mismo nivel de Dios y eso es un error. Nos pasamos la vida viendo al diablo en todas partes (No es omnipresente). Tengamos en cuenta que los demonios son espíritus y que por lo tanto no pueden posesionarse de objetos (Yo no puedo botar algo aduciendo que en ese objeto hay uno o varios demonios), los espíritus necesitan un cuerpo sea de un ser humano o de un animal (posesión) y en la Biblia hay abundantes ejemplos de los que estoy diciendo. Las Escrituras no respaldan la creencia que la posesión demoniaca de objetos, así que recoja el cuadro, el florero, la escultura de mármol o cualquier cosa que haya botado a la basura por que le dijeron que en ellas había demonios. De igual forma muchos creyentes creen que tenemos que pasar todo el día reprendiendo al diablo, tampoco es cierto, la Biblia no dice eso. Otra creencia que existe es que somos susceptibles de que se nos dañe atraves de una brujería o hechicería, tampoco es cierto. La obra de Cristo en la cruz es suficiente, total y absoluta, creer este tipo de cosas degrada y ridiculiza el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo. Veamos algunos textos: “El diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar” 1 de Pedro 5:8, este texto está asociado con la persecución de que eran victimas los cristianos del siglo I, en otras palabras tengan cuidado que los están buscando para matarlos. La maldad del hombre pagano asociada con la obra del diablo. Hay otros textos que nos dan aliento como Santiago 4:7: “Sométanse a Dios, resistan al diablo y huira de vosotros”, la clave aquí es la obediencia. Al diablo le damos lugar en nuestra vida cuando somos desobedientes recurrentes, el arrepentimiento continuo, la actitud humilde y de dependencia de Dios lo aleja de nosotros. 1 de Juan 5:18, “Aquel que es nacido de Dios no peca (Pecar no es su conducta habitual), El Señor Jesucristo lo cuida y el diablo no puede tocarlo” (Paráfrasis mía). Nuevamente el texto da a entender que solo la desobediencia le permite al diablo entrar en escena para afectar nuestras vidas. Si no hay nada de él en mi vida, sino tengo parte con él, no puede hacer nada. Si hay algo de él en mi vida (mentira, fornicación, adulterio, pornografía, etc), entonces le estoy dando todo el tiempo y el espacio para que contribuya a que me hunda cada día mas en el pecado alejándome cada día mas de Dios. Tenemos un Padre que es Todopoderoso, a un Señor y Cristo que conquisto la victoria sobre la muerte y el pecado en una cruz por y para nosotros, “Clavando el acta de los decretos que había contra nosotros, exhibió a los principados y a las potestades triunfando sobre ellos en la cruz”. El diablo lo que quiere es que desobedezcamos a Dios porque es la única forma que puede entrar a dañar nuestra vida y en ese sentido debemos estar alerta, lo que no debemos hacer es estar viendo al diablo hasta en……………….. Exaltemos a Dios, hablemos de Jesús y su obra, eso es lo importante.
El Lunes 9 de Noviembre se publicara la primera parte de la serie sobre el libro de cantar de los cantares. en www.bereanocomprueba.blogspot.com.
Vea hoy en: www.gregoriolandero.blogspot.com la primera leccion del Manuel Para el Cristiano Fructifero.
jueves, 5 de noviembre de 2009
Amorosos, Solidarios y Sin Diferencias
La siguiente reflexión no debe ser usada para criticar o señalar de alguna manera al liderazgo de cualquier Iglesia local. La exposición que se hace esta basada en el texto citado. Si de alguna manera Ud ve en la Iglesia este tipo de comportamientos ore por sus lideres, hable con ellos de manera amorosa, pero ante todo no contribuya a un clima de murmuración en la Iglesia. Deje que Dios le guie a lo que debe hacer.
Lo especial de las Escrituras, es que su contundencia nos deja sin argumentos para justificar actitudes que son injustificables. En Santiago capitulo 2, encontramos al apóstol Santiago advirtiendo y exhortando para que la Iglesia no cayera en el favoritismo o la preferencia en razón de la condición económica del creyente. La preferencia basada en lo económico o en cualquier otra razón no tiene cabida en la Iglesia y constituye pecado por ser una violación del mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo, debido a que se está discriminando y colocando al pobre en una categoría inferior de miembro (Como si existiera una escala), en razón de sus posesiones. ¿Sera que esto sucede hoy?, ¿Sera que esto solamente pasaba en la Iglesia Primitiva?. Desafortunadamente no. Hoy en día encontramos a lideres (Cualquiera que sea su cargo), que dan preeminencia a miembros de Iglesias con facilidades o con buenas posesiones. Son nombrados en cargos sin cumplir con los requisitos espirituales, son mantenidos en sus cargos aunque no hayan sido lideres idóneos o cometan faltas y errores que a un creyente común y corriente no se le perdonarían, muchas veces son nombrados o reelegidos por la misma asamblea de la Iglesia mas por complejo que por convicción, y es que de alguna manera los hermanos con menos recursos económicos creen que los de mejor posición económica merecen más los cargos de liderazgo en la Iglesia que ellos. Indudablemente que esta situación también es ambientada por la misma preferencia que la Iglesia ve en el liderazgo, aunque sin duda esto genera molestia en la congregación. Las razones son muchas, pero la más importante es que los lideres creen que si un miembro adinerado se va de la Iglesia va a perder una buena cantidad de diezmos y ofrendas y no va a tener como sostenerse o va a ver déficit en la Iglesia y por eso tienen preferencia para tener al miembro contento, como si la Iglesia no contara con Dios que es el que da la provisión. El texto es muy claro, la cosa es totalmente al revés. El amor debe primar, por lo tanto la preferencia no debe hacer presencia en la Iglesia, no hay razón para ello. Las diferencias cualquiera sea la razón para querer imponerlas, son inadmisibles en la Iglesia de Cristo. Es más, se conmina a la solidaridad al creyente. Del versículo 14 al 26, se habla de la actitud correcta y es ayudar a mi hermano necesitado, en otras palabras, mi dinero no debe servir para marcar diferencia, debe servir para ayudar a mi hermano, si no es así mi fe no sirve, es muerta, la espiritualidad no se demuestra orando para que Dios provea para la necesidad de mi hermano, la espiritualidad se demuestra cuando de mi dinero doy para cubrir la necesidad de mi hermano, por eso es que la enseñanza de que la pobreza es una maldición es infame debido a que según esta el pobre es culpable de su pobreza a raíz de su pecado o maldición generacional por lo tanto como hermano y miembro de la misma Iglesia no me siento responsable por él, ni creo que debo ayudarlo debido a que su condición económica es su propia culpa, semejante promoción del egoísmo. El amor se ve cuando ayudo a mi hermano. El apóstol Juan dice: Si algún hermano tiene bienes de este mundo y ve a su hermano padecer necesidad y cierra contra él su corazón (No le ayuda), el amor de Dios no está en el, ni es un verdadero creyente. En Cristo todos somos iguales, por eso debemos ser amorosos, solidarios y sin diferencias.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Manual De Capacitación Para El Cristiano Fructífero
A partir de hoy y por espacio de un mes, con tres entradas semanales, se publicara en el blog del Reverendo Gregorio Landero Arrieta www.gregoriolandero.blogspot.com , el Manual de Capacitación Para El Cristiano Fructífero. Esperamos sea de mucha bendición. Si ud desea el material completo sin tener que esperar hasta fin de mes para tenerlo favor solicítelo a gregoriolandero@gmail.com. Este material es de libre uso siempre que se cite el autor.
martes, 3 de noviembre de 2009
Santiago Capitulo 2: Amorosos, Solidarios y Sin Diferencias
"La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. " (Santiago 1.27-2.26, RVR60).
Espere el Jueves 5 de Noviembre el desarrollo de este estudio.
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[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998
Mateo El Sucio Marcos 2:13-17
Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...
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