El ser humano, naturalmente, posee la tendencia a dejarse engañar. Esto es tan cierto que en la historia encontramos abundantes ejemplos. Los primeros Adán y Eva. Génesis 3. Romanos 7:11, Me sedujo, Efesios 4:22, Despojarse.
El hombre es un ser ajeno a la verdad, el hombre se acostumbra a manejar ilusiones como si fueran verdades. Por eso el éxito de los vendedores de ilusiones. 1 De Reyes 22:7-28.
El placer de la mentira es estético, y como tal, se constituye en verdad, al no ocultar su intención de engaño. Todo el mundo sabe que es mentira pero como es conveniente todos la toman por verdad. 2 De Reyes 5:17-27
“Muchos no se darían cuenta que están en la verdad si no existieran mentiras tan absurdas”.
El profeta Jeremías se enfrenta a una generación obstinada y sorda. Una generación que se creía espiritual pero que no lo era. Una generación que no entendía el porqué Dios le hablaba de esa manera porque a su parecer ellos no habían hecho nada malo.
Jeremías 15:7: Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté (Dios permite que se corrompan a ver si se dan cuenta de su situación espiritual), no se volvieron de sus caminos.
En Jeremías 16:1-9, Dios le anuncia al pueblo su juicio. Van a ser castigados por su maldad.
Jeremías 16:10
El pueblo le hace dos preguntas al profeta.
- ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros este mal tan grande?
- ¿Qué maldad es la nuestra o que pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová nuestro Dios?.
Dios responde atraves del profeta: Jeremías 16:11-12
- Porque vuestros padres me dejaron.
- Ustedes siguieron el ejemplo.
- Han sido peores que ellos.
- Porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.
- Sus padres al menos me oían, ustedes son sordos.
Dios hablo atraves de los profetas en el AT. No oír a Dios significaba no oír al profeta autorizado por Dios para hablar en su nombre.
Aplicación: ¿Cuál era el problema del pueblo?
1. La verdad de Dios era muy dura para ellos, muy difícil de obedecer. Por eso no escuchaban al profeta.
2. Creían que no tenían pecado.
3. No escuchaban a Dios, escuchaban a otros. Juan 10:1-5
- El verdadero discípulo escucha y obedece a Dios así no le guste lo que Dios le esté diciendo.
- No oye la voz de los extraños, no se deja engañar.
Precisamente esa fue una de las cosas que hizo mal el pueblo, escucho la voz de los extraños. Jeremías 28:1-17. En este pasaje hay un cara a cara, un debate, una confrontación de profetas.
Hananias: Así dice El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “He quebrado el yugo del rey de Babilonia. “Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa del Señor, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tomó de este lugar y llevó a Babilonia .
Jeremías: Amén, así lo haga el Señor . Confirme el Señor tus palabras, que has profetizado para que sean devueltos los utensilios de la casa del Señor y vuelvan todos los desterrados de Babilonia a este lugar. Pero oye ahora esta palabra que voy a hablar a tus oídos y a oídos de todo el pueblo: Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti desde la antigüedad, profetizaron guerra, calamidad y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. Si un profeta profetiza paz, cuando la palabra del profeta se cumpla, entonces ese profeta será conocido como el que el Señor en verdad ha enviado.
Hananías: Quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió, luego dijo: Así dice el Señor: “De esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años, del cuello de todas las naciones.” Y el profeta Jeremías se fue por su camino.
Jeremías: “Así dice el Señor: ‘Has roto yugos de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro . “Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Yugo de hierro he puesto sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia , y le servirán.
Y el profeta Jeremías dijo al profeta Hananías: Escucha ahora, Hananías, el Señor no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira . Por tanto, así dice el Señor: “He aquí, te voy a quitar de sobre la faz de la tierra . Este año morirás, porque has aconsejado la rebelión contra el Señor.” Y murió el profeta Hananías aquel mismo año, en el mes séptimo.
Pobre gente; en ocasiones había mucha confusión, pues resulta que unos profetas predicaban una cosa y otros otra.
Dice el Profesor Milton Acosta:
“Hananías tenía un mensaje, según él, de parte de Dios y era bonito y atractivo, además de opuesto al mensaje de Jeremías.
El mensaje de Hananias tenía todas las características de un auténtico mensaje de Dios.: El vocabulario, la forma de profetizar, la belleza poética, el nombre del profeta (Hananías, Dios ha mostrado su gracia”), la contundencia de la verdad, el poder de Dios contra los enemigos de Israel; además, se pronuncia desde el templo, en nombre de Dios, en presencia de los sacerdotes, y delante de todo el pueblo. Tiene todo, o mejor dicho, casi todo. Solamente le falta algo, el respaldo de Dios. Dios no mandó a Hananías a que dijera tal mensaje. Toda la apariencia del mensaje de Hananías es la de un auténtico profeta de Dios: su nombre, sus palabras y su plataforma; pero no es un mensaje de Dios.
El pueblo tiene que escoger entre el mensaje de Hananías y el de Jeremías, dos profetas que en apariencia hablan “igual.”
¿Cómo hace la gente para discernir entre un mensaje que realmente es de Dios y otro que parece pero no es? No es fácil. Algunos se guiarán por lo que suena mejor; pocos se darán a la tarea de investigar, sopesar y decidir. El instinto, la emoción y el deseo priman sobre lo auténtico, lo verdadero y lo correcto. Hananías lo sabe y lo explota hábilmente.
Que dice Jeremías: ” Si estas cosas se decidieran por instinto, emoción y deseo, Hananías, tú ganas, tienes toda la razón. Quién no quisiera que se devolvieran los objetos de culto, que se restaurara el culto “con todas las de la ley” y que el exilio fuera corto. Eso lo queremos todos, dice Jeremías. De modo pues que la cuestión no es si Hananías habla más bonito que Jeremías. El asunto es qué es lo que Dios ha dicho. Por mucho que la presión del público arrecie, el mensaje de la Palabra del Señor no se podrá decidir ni por voto ni por gusto.
Aplicación: Quien no quiere lo bueno, quien no quiere las cosas sin el menor esfuerzo, quien no quiere la lámpara de Aladino. Quien no quiere una fórmula mágica e instantánea, quien no quiere ser millonario, El problema no es lo que queramos sino como nos dicen que Dios nos lo va a dar. Aquí tuercen el mensaje y nos dicen algo que Dios no ha dicho, con el fin de obtener provecho.
¿Por qué es atractivo el mensaje del falso profeta? Mucho tiene que ver con la continuidad entre la cosmovisión y expectativas de la gente y el mensaje del predicador. El predicador engañador lo sabe y lo explota. Aunque, al verlos con tanta sinceridad, convicción y autoridad, queda la duda. Además uno se pregunta si los falsos maestros de la Biblia hablan a sabiendas de su falsedad y su engaño. Hay casos en los que la mentira se les ve a leguas, hay otros en los que el tiempo revela el engaño, pero hay casos en los que es difícil saber qué decir.
Aplicación: Cuando alguien le dice a una madre que tiene un hijo drogadicto que haga tal cosa para Dios (Usualmente dar dinero) y su hijo será liberado de las drogas, un desempleado que le ofrecen empleo inmediato. Cuando alguien da una fecha exacta de la venida de Cristo o predica de una nueva revelación (patriarcas, querubines), estimulando el misticismo de la gente y si fantasía con lo nuevo o novedoso.
Sea como fuere el engaño, la evidencia bíblica, histórica y actual muestra que hay formas efectivas de engañar a la gente en nombre de Dios. Hananías apela a tres cosas: Los sentimientos (las emociones), selectos pasajes de la historia de Israel y el nacionalismo. Les dice en síntesis que el pueblo de Dios no puede ser derrotado por un pueblo pagano, que la historia así lo demuestra y que de todas maneras un exilio corto es mejor que uno largo. Hananías pone a competir el pacto de David con el pacto del Sinaí:
Reduce la relación con Dios al disfrute incondicional de las promesas, olvidando que pacto sin lealtad y obediencia no puede existir. Precisamente donde está el atractivo está la caída. Por eso Jeremías le dice a Hananías, es más difícil que se cumpla lo bueno que lo malo. (Jer 28:9).
Uno de los problemas con Hananías y con cualquier falso profeta, es que su mensaje genera en la gente una falsa confianza. Cuando el engaño se descubre, la gente que confió en el, pasa de la falsa confianza a no confiar en nada. Al haber sido asaltados en su buena fe, muchos luego no quieren saber nada de Dios.
En el reclamo que Jeremías le hace a Hananías se encuentra la esencia del problema, el lugar donde se encuentran las palabras del falso profeta con el pueblo que lo escucha: la esperanza: ‘Tú has hecho confiar a este pueblo en mentiras’ (Jeremías 28:15). Esa es una expresión triste y dolorosa; alguien se aprovecha de la buena fe, de la ingenuidad y de la ignorancia de otros para sacar beneficio propio.
Como vemos, a Jeremías no solamente le tocó aguantar las persecuciones por predicar juicio, sino que le tocó predicar a la par de otros profetas que predicaban cosas distintas. Por eso, el desprestigio de los profetas llegó a tal punto que mucha gente los tildaba de locos (Jeremías 29:26; 2 Reyes 9:11). De hecho hubo profetas locos y falsos, ¡y los hay!, pero tal reputación se extendió hasta los auténticos profetas de Dios.
En el caso de Hananías, le tocó a Dios silenciarlo, quitándole la vida. Pero conste que Jeremías simplemente anunció lo que le sucedería.
Cuando Jeremías predicó, hubo unos ancianos que se dieron a la tarea de comparar su mensaje con los mensajes de otros profetas anteriores (Jeremías 26:16-19). Descubrieron que en realidad Jeremías no predicaba nada nuevo, que su mensaje estaba en línea con profetas de autenticidad históricamente demostrada. Esa ‘investigación’ es sana y se debe hacer, independiente de la tarima desde la que habla el predicador.
Estos dos componentes, el de silenciar a los falsos profetas y el de investigar si lo que predica el predicador es verdad, aparecen también en el Nuevo Testamento. Pablo le dice a Tito que ‘tape la boca’ a individuos que a ‘trastornan familias enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no deben’ (Tito 1:10–11).
Como lo ha dicho John Stott, el mejor ‘antídoto’ contra los falsos maestros es la multiplicación de verdaderos maestros que enseñan la ‘sana doctrina’ con un corazón igualmente sano.
Los cristianos de Berea (Hechos 17:10–11). El texto indica que la responsabilidad es doble: de quien predica el mensaje de Dios y de quien lo escucha. Pero por qué, se pregunta uno, hay tanta gente que se deja engañar con extraordinarias ofertas religiosas.
La gente necesitada es vulnerable y está más dispuesta a creer. De esto se aprovechan las personas sin escrúpulos para sacar ganancias deshonestas. Ocurre con la fe como ocurre con los sentimientos. La persona necesitada y desesperada en lo emocional o en la fe es presa fácil de los falsos predicadores.
Dos conclusiones, la congregación necesita formación y el creyente necesita comprobar lo que oye, pero para eso necesita educarse”.
Dios denuncia el pecado: Jeremías 17:1
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares,
Dios establece un contraste en los versículos 5,6,7 y 8 de Jeremías 17.
5 y 6
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
7 y 8
Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Luego viene el texto central de este mensaje: 9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Porque su corazón los engaño? Porque creyeron en el mensaje que prometía satisfacer sus anhelos, sus deseos, sus expectativas, no en el mensaje de Dios.
Apocalipsis 2:23.
Engañoso = Torcido, Perverso = Enfermo. Dios escudriña, investiga, explora la mente, lo mas secreto e intimo del hombre, probado como se prueba un metal, el corazón, La totalidad del hombre, camino = conducta, fruto = el resultado de los hechos.
Según ellos todo está bien, sin embargo Dios les dice:
- Ustedes amontonan riquezas injustas. 11
- Me dejaron a mi, 13
- No creen a la palabra que les envío atraves de mi siervo. 15
- No me reverencian. 19-22
El pueblo que decía que no había hecho nada, que no tenia maldad en el corazón, miren lo que hacía.
Les dice lo que hacen: 23
- No me oyen.
- No me han prestado atención.
- Endurecieron su corazón.
- No recibieron la corrección.
- Hay una verdad innegable: Quien no le cree a Dios le cree al diablo. Quien no cree la verdad, cree la mentira, en últimas yo creo lo que quiero creer. ¿A quién le creo yo?, ¿Qué creo yo?, ¿Mi corazón me está engañando?, ¿Debo orar y dejar de Dios me evalúe?
Para concluir: Jeremías 18:1-6
Que quiero YO dice el Señor:
- Que este pueblo que ha sido duro, sordo y terco se convierta en un pueblo dócil, que permita que Dios lo tome en su mano, que se deje formar por EL.
- Que no importa lo que pase en el proceso de formación, si hay tropiezos, si hay que comenzar de nuevo no importa, YO tengo paciencia para empezar otra vez, para hacerte de nuevo hasta que quedes como YO quiero, Dice el Señor.
- Se barro en mis manos, pueblo mío, deja que YO te forme, que YO haga de ti un hombre o una mujer conforme a mi corazón.
- Entonces veras el resultado, veras que ya nadie podrá engañarte de nuevo.
- Aquel que comenzó la buena obra en nosotros la perfeccionara hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6
- Para terminar: Tenemos muchas conductas aprendidas, muchos gestos, formas de ministrar. Quiero decirte algo, Dios no te ha hecho del todo, Deja que Dios haga de ti el siervo, el ministro, el predicador que El quiere, colócate como barro en las manos del Señor.
Dios les bendiga
Comentario de Jeremias 28:1-17. Profesor Milton Acosta.
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