lunes, 23 de abril de 2012

EXPOSICION BÍBLICA DE Lucas 12:13-21 Dr. Haddon Robinson Primer taller Langham-Caribe, Coveñas – Colombia Abril 17-20 de 2012

IDEA BASICA:   “Tengan cuidado con la codicia, porque la vida del ser humano no consiste en la abundancia de sus posesiones.”

INTRODUCCIÓN:

Una de las dificultades del predicador es la pérdida de atención de los oyentes. Esto puede desanimar al mejor predicador. Aún Jesús tenía en su auditorio a personas que en realidad no le escuchaban. Una de estas ocasiones se relata en Lucas 12:13. Jesús está predicando sobre los grandes temas del tiempo y la eternidad ante un auditorio de miles (12:1).

Les está diciendo que si temen a Dios, no hay necesidad de temer a nada ni a nadie. En plena prédica, un hombre se abre paso a codazos entre la multitud y claramente interrumpe a Jesús en la mitad de su discurso, “Maestro, dile a mi hermano que parta conmigo la herencia”.

¿Qué problema tiene este hombre? A primera vista parece que su padre ha muerto. Probablemente es el hijo menor de la familia y su hermano el ejecutor de la herencia. Según Deuteronomio 21 el hermano menor heredaba la tercera parte de las propiedades del padre, pero este sujeto sintió que su hermano se demoraba demasiado en darle su parte, y dicha herencia llegó a ser la totalidad de su vida.

El sol nunca más daría calor como antes, ni las flores lucirían tan bellas hasta que su hermano le diera su justa porción. Aquí está en la mismísima presencia de Jesús, escuchando sus palabras y lo único que le viene a la mente es su herencia. Se ha convertido en obsesión, y una obsesión lejos de ser “magnifica”. De pronto busca que este popular rabino intervenga. “Maestro dile a mi hermano que parta la herencia conmigo”.

Jesús da una respuesta brusca, bordeando en ofensiva, “Hombre, quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?” Siglos atrás Moisés había intervenido en una pelea entre dos hebreos y uno de ellos le desafío: “¿Quién te a puso a ti como príncipe o juez sobre nosotros? (Ex 2:14).

Moisés quiso arreglar una disputa y fue rechazado por sus compatriotas. Aquí un compatriota quiere que Jesús intervenga para arreglar su caso y Jesús le rechaza. No era asunto de él.

Al decir esto, Jesús no estaba diciendo que esto no fuese competencia de nadie. Jesús sabía que en un mundo caído se requiere de jueces, abogados y cortes. Solo aclaraba que no le competía a él. No era la razón por la cual El había venido.

Luego Jesús se dirige a la multitud y les previene: “Mirad y guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. (12:15).

La mayoría de las traducciones utilizan la palabra “codicia” porque quién entiende hoy en día la palabra avaricia? Muchas personas piensan que Moisés y Dios inventaron nuevas y muy buenas leyes e introdujeron lo de la avaricia para redondear la lista a diez.

Nosotros no la predicamos, ni nos arrepentimos de ella. Pero Jesús dice que tengamos cuidado, porque la vida no consiste en nuestras posesiones. Codicia es el deseo de tener más y más de lo que tenemos, ya que suficiente no es suficiente.

¿Y de qué cosas habla Jesús? Simplemente cosas. Cosas grandes y cosas chiquitas. Cosas para lucir, cosas para manejar, cosas en la cuales vivir. Tu vida no consiste de “cosas”.

Sin embargo una multitud de voces en nuestra sociedad nos dice que la vida sí consiste en tener cosas. Luego para rematar, Jesús les contó la historia de un hombre rico. Tenía todo. Era un terrateniente acomodado y sus cosechas producían otras cosechas más abundantes.

Era muy exitoso y admirado por todos en su comunidad. Era rico. Era industrioso. Era progresista.

Jesús nos relata la historia de la noche cuando este hombre recibió una visita inesperada. La escena demuestra la futilidad de vivir para tener más y más cosas.

En 12: 22-31 Jesús se vuelve hacia los discípulos y les habla: Si la vida no consiste en conseguir más y más cosas, en qué consiste?

Confía en el cuidado de Dios.

Da dos ejemplos de por qué ellos pueden confiar en el cuidado del Padre:

· Considerad las aves. Ellas no se angustian y Dios las cuida. (22-26)

· Considerad los lirios que Dios viste con hermosura. Si tu padre hace esto con una flor en el campo, no puedes tu confiar en el para la comida y el vestido?

De la misma manera que los paganos buscan cosas, nosotros debemos buscar primeramente su reino y todo lo demás se pondrá en su debido lugar.

CONCLUSIÓN: Es una estupidez dar tu vida por algo que no permanece, en vez de lo eterno.

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