Hoy más que nunca Dios se ha vuelto popular. Tan popular se ha vuelto Dios que en los días que se supone reflexionemos y conmemoremos la obra de su hijo Jesucristo en la cruz, la gente vacaciona y rumbea, todo esta bien mientras se tenga a Dios en la boca. Es común escuchar a la gente en general, usar un lenguaje donde la palabra Dios es pronunciada de manera frecuente. Es mas el lenguaje “cristiano” también se ha popularizado. Oímos, las frases: “Si Dios lo quiere así”, “Si es la voluntad de Dios”, “Dios te bendiga”, etc. Sin embargo y a pesar de lo anterior, el pronunciar la palabra Dios o usar un lenguaje “cristiano” no significa que el que lo habla sea cristiano (Y me aparto aquí del nombre que por denominación religiosa podamos tener). Para ilustrar un poco el tema, hace unos días asistí a una reunión de accionistas de una importante empresa. Al inicio el presidente de la Junta Directiva, expreso estas palabras: “Vamos a darle el primer lugar a quien lo merece” y seguidamente elevo una oración entregando a Dios la reunión. Cada vez que alguien opinaba o mencionaba a Dios (También frecuente entre los asistentes), el hombre decía “Amen” y se escuchaba con tal convicción que de no ser por lo que ocurrió después yo hubiera quedado convencido que en realidad era un discípulo del Señor. En un momento de la reunión, se dio un debate. Se debió hacer un receso para que la Junta Directiva hiciera unas consultas. Me acerque un poco al lugar donde estaban deliberando y escucho al presidente de la Junta, quien minutos antes le había dado la preeminencia a Dios e inclusive orado por la reunión, expresándose de sus contradictores y de lo que querían de la manera mas vulgar y grosera. De una vez vino a mi mente, la frase: “Dios se ha vuelto popular”, todo el mundo lo menciona, todo el mundo dice hacer su voluntad, todo el mundo dice que su vida esta en sus manos, pero todo eso que expresan son mentiras, nada mas alejado de la realidad. ¿De quien es la culpa?, ¿De quien es la responsabilidad?, ¿Sera que la gente esta engañada, que creen que por tener un lenguaje cristiano ya los son?, ¿Qué ha pasado?. Mis queridos hermanos y amigos, lamentablemente la respuesta no es nada buena para nosotros. Los responsables de tal popularización de Dios somos los predicadores. Aquellos que hemos rebajado a Dios y lo hemos puesto a servicio del hombre para que haga todo lo que este quiere dejando de lado la demanda de la consagración, de la obediencia, de la cruz. “Dios es mi llave, mi parcero” (Como se diría en Colombia), “Dios es mi cuate” (Como se diría en México), son frases que escuchamos en los pulpitos. Es el momento de volver al mensaje original, del “Evangelio popular” al “Evangelio verdadero”. Para terminar: “Cuando se predica el evangelio verdadero, Dios se vuelve impopular”, se vuelve impopular por que su mensaje y sus demandas van en contra de lo que la gente quiere. “Cuando Dios se vuelve popular es por que se esta predicando un evangelio falso”. ¿Cuál evangelio estamos predicando?.
Dios les bendiga
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