INTRODUCCION:
Lo mas probable, es que Salomón
haya escrito el libro de Eclesiastés y no voy a entrar en detalles sobre esto
pues creo que fue así. Es indudable que este pasaje inicial es la reflexión mas
descarnada que se puede hacer luego de que la misma vida le ha demostrado a
Salomón que la satisfacción del alma no se puede encontrar en las cosas
terrenales. Algunos dicen que cuando Salomón se dio cuenta se sintió deprimido
porque un rey con poder y riquezas y con todo a su alcance no tenía control
sobre lo que podía llenar su corazón. Como resultado escribe un diario con sus
reflexiones para dejarlo de regalo para todos aquellos que por ignorancia o
estupidez quisiéramos buscarle sabor a la vida en lo temporal. Al final la
conclusión es, la satisfacción del alma esta en lo eterno, en lo que perdura,
en lo que deja huella. El libro resume la frustración de un hombre que no pudo
ser feliz por sus propios medios.
Y precisamente esa es la riqueza
del libro. Salomón quiere decirnos, gritarnos: Oigaaaaaan, no cometan los mismos
errores que yo cometí.
Salomón se presenta como el
predicador, la palabra puede significar dos cosas: Desde el punto de vista de
su significado, alguien que habla a un grupo de personas, a una asamblea, a un
auditorio. Desde el punto de vista del libro mismo la afirmación de que el es
el predicador podría estar basada en su vida misma, es decir, la historia de mi
vida es una predicación a la que hay que prestarle atención. Ustedes pueden
evitarse muchas preguntas y pueden evitarse muchas decepciones y frustraciones
si prestan atención a mi diario.
Entrando en el texto, lo primero
que podemos decir es que es de cierta manera un desahogo. Salomón hace una
catarsis y saca todo lo que tiene adentro y aquí comenzamos a encontrar el gran
valor del libro. Un hombre que se
enfrenta a sus frustraciones, se desahoga y por último aconseja con base a su
experiencia de vida.
Inicia la reflexión con su famosa frase: “Vanidad de vanidades todo es
vanidad”
En esta frase Salomón manifiesta:
1.
Su
frustración por que la vida parece no ir a ninguna parte.
2.
Su
frustración porque a veces la vida no tiene sentido.
3.
Su
frustración porque le parece que la vida es demasiado corta.
4.
Su
frustración al comprender que la satisfacción del alma esta fuera de su
alcance. La vida del hombre va más allá de lo terrenal.
5.
Su
frustración por haber sido tan superficial.
Es posible que algunos de nosotros hayamos tenido estas frustraciones o
quizás ahora mismo las tengamos.
La frustración comienza a desaparecer cuando entendemos que la vida va más
allá de lo trivial, no se puede llenar el alma, no se puede satisfacer el alma
con lo superficial. En otras palabras, el hombre que quiera entender su lugar
en el mundo y como es que se satisface el alma tiene que ser profundo,
reflexivo, dedicar tiempo a pensar sobre su vida, como la conduce, que esta
haciendo. Salomón nos dice: Vivir no es tan sencillo, vivir bien requiere de
trabajo. Por eso es que mucha gente desperdicia su vida o pasa por la vida sin
pena ni gloria.
Ojo que Salomón aquí nos dice: No hay lugar en la vida para la
superficialidad. Si eres superficial vas a sufrir.
Hay una frase de un comentarista que dice: Si queremos inmortales tenemos
que vivir como inmortales, es decir, si quieres vivir bien y disfrutar de la
vida aquí en la tierra tienes que darle valor a lo que realmente satisface el
alma y el corazón y eso lo encontramos en el remate del libro:
12:13 “El
fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;
porque esto es el todo del hombre”.
El todo aquí es
el hombre mismo.
El hombre no
podrá hallarle sabor a la vida alejado de los principios de aquel que lo creo.
Y creo que
Salomón tenia problemas con esto. Y es posible que muchos tengamos problemas
con esto.
Y la pregunta
que creo Salomón pudo hacerse fue esta: ¿Cómo es posible que Dios sea tan
pretencioso e impedirnos ser felices estando lejos de el? Y hasta diría: Que
aburrimiento.
Veamos entonces
la reflexión de Salomón en detalle:
1.
¿Qué provecho tiene el
hombre de todo su trabajo?
Aquí se refiere
mas al fruto del trabajo que al trabajo en sí. ¿Si trabajamos fuertemente y
acumulamos dinero eso nos hace felices?
¿Quién alcanza
la felicidad engordando la cuenta del banco?
Trabajas,
trabajas y acumulas y al final que.
Entonces Dios
nos dice: La felicidad no esta en acumular si no en compartir. La felicidad no está
en la mezquindad si no en la generosidad.
Y nuestra
naturaleza humana grita: ¿Por qué tiene que ser así?
Ahora les va a
hablar este predicador: He visto a lo largo de mi vida que aquellos que se
dedican a acumular nunca disfrutan del fruto de su trabajo.
4 cosas que
nunca cambian
-
Generación va y
generación viene y todo sigue igual.
-
El sol sale y se
esconde.
-
El viento va al norte,
al sur y da la vuelta y regresa de donde salió.
-
Los ríos van al mar y
vuelven luego a su nacimiento.
Esto es una queja de Salomón a lo que el considera un orden natural
monótono y carente de emoción.
Y a lo mejor su molestia era porque la naturaleza le estaba diciendo
lo monótona y aburrida que era su vida a pesar de todo lo que tenía.
Si quieres que tu vida no sea monótona, no la vivas de acuerdo tus
deseos sino a los principios de Dios.
Y he aquí de nuevo el conflicto.
Todas las cosas son fatigosas: Que difícil es vivir siempre dentro
de un mismo orden.
Todo es tan predecible.
Y quizás por ahí de ladito le estaba diciendo a Dios: Tu eres muy
predecible.
Y como si eso fuera poco ni siquiera los sentidos ayudan.
Nunca se sacia el ojo de ver ni el oído de oír.
Todo es tan repetitivo.
Pero: ¿Por qué Salomón en vez de quejarse no disfrutaba del bien que
el orden natural le proporcionaba?
Porque el no ajustaba su vida al orden de Dios.
El orden también puede ser emocionante.
Disfrutar de lo creado es uno de los placeres que Dios nos ha
regalado.
Si no lo hacemos vamos a terminar con unos ojos a los que nada les
parece bello y con unos oídos a los que nada le suena bien.
¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido
hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.
¿Hay algo de que se puede decir: ¿He aquí esto es nuevo? Ya fue en
los siglos que nos han precedido.
No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá
habrá memoria en los que serán después.
Parece que a Salomón también le hacia falta la novedad. Le
frustraba que no hubiera nada nuevo.
Cuanto daño le ha hecho esto a la Iglesia.
CONCLUSION:
Creo que la frustración de Salomón pudo tener origen en tres cosas:
La primera: Las cosas no están bajo mi control. No puedo controlar el ser
feliz. ¿Nos estará pasando lo mismo? ¿Ahora si somos conscientes que no tenemos
el control porque frustrarnos? ¿La fe no consiste en confiar que Dios tiene el
control? La segunda: El orden de Dios para mi es aburrido. Claro un hombre que
había probado todo lo emocionante de la vida se encuentra en conflicto cuando
ve que la misma naturaleza sugiere un orden. No hay nada emocionante en lo
establecido por Dios. ¿Que hay de nosotros? ¿Entendemos que lo emocionante esta
en sujetarnos al orden de Dios para que nuestra alma encuentre satisfacción? Lo
tercero: La frustración por la falta de algo nuevo. Que aburrido, todo es
igual, no hay nada nuevo. El gran problema es que él quería algo nuevo en lo
temporal sin entender que lo nuevo de Dios es eterno y a nivel del corazón.
Les cito algunos conceptos que encontramos en las escrituras:
-
Nueva criatura.
-
Cantico nuevo.
-
Buenas nuevas.
-
Nuevas lenguas.
-
Vida nueva.
-
Nueva creación.
-
Tierra nueva.
-
Nueva Jerusalén.
-
Cielo nuevo.
-
Nuevas cosas.
Y solo haciendo
un sencillo ejercicio en una concordancia.
Y creo que si
nos apuramos un poquito como dice el comentarista de futbol podemos encontra
muchas cisas nuevas que Dios ha hecho en medio de la pandemia.
Una cosa es que
para mí las cosas nuevas de Dios se hayan hecho viejas y aburridas y otra cosa
es que afirmemos que Dios no tiene cosas nuevas.
Creo que si
miramos al corazón es posible que las encontremos.
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