Vea en la entrada anterior la primera parte. Tercera parte el lunes 19 de octubre.
En la primera parte miramos como la condición espiritual es parte decisiva y determinante en la vida del cristiano, en lo que tiene que ver con caer o no caer, sea adulterio o sea cualquier otro pecado. La condición espiritual va a depender de si tengo o no en cuenta la Palabra de Dios. En esta segunda parte haremos un resumen de las técnicas de seducción de la mujer extraña, no sin antes considerar los versículos 12 al 15, en lo que respecta al tema del adulterio en la practica. No podemos negar la influencia de los “amigos”, en la infidelidad y mas si frecuentamos amistades no creyentes. Estos nos animan a traicionar a nuestros conyugues, si ven que le caemos bien a alguna mujer nos dicen que aprovechemos, que no dejemos pasar la “papaya” (oportunidad). El texto nos dice que estos hombres hablan perversidades, no son rectos, se alegran de su maldad, entonces podemos preguntarnos: ¿Qué hacemos compartiendo tiempo con ellos mas del necesario?, (En el caso de los compañeros de trabajo). Por otro lado no debemos aceptar sus insinuaciones y conductas, marquemos limites que impidan que nuestra vida espiritual sea invadida por este tipo de personas. En este punto lo que tenemos que revisar son el tipo de amistades que tenemos. Como ya lo dije antes todo lo que aquí exponemos es aplicable también a las mujeres.
La mujer extraña: En primer lugar es ajena (En el caso de las casadas que abandonan o son infieles a sus maridos). En el caso de los casados que se involucran con solteros , el ajeno eres tu y soy yo. En el peor de los casos el hombre o la mujer termina abandonando a la mujer de su juventud.
El adultero se olvida del pacto de su Dios, al desobedecer se rompe la relación con Dios. El extremo se da cuando se quiere justificar el adulterio con argumentos espirituales y presentarlo como si Dios lo aprobara. (7:13-15). La idea del texto es que es tal la ferocidad, voracidad y descaro de la mujer que trata de convencer a su victima confundiéndolo y dándole a entender que con el sacrificio hecho el asunto con Dios esta arreglado. La falsedad es el fundamento del adulterio. El común denominador en las técnicas de seducción de la mujer extraña es el uso de las palabras. Lo primero es el halago, es la palabra suave pero falsa, la que se dice con la intención de engañar, de persuadir poco a poco, como la gota que cae y va abriendo un hoyo después de mucho tiempo. Sus labios destilan miel, es el halago por sorbos pequeños de tal manera que el hombre o la mujer que lo recibe queda con la expectativa del siguiente encuentro en el que recibirá otro sorbo. Se mantiene el interés. El texto sugiere que el que hace el trabajo de seducción tiene una experiencia previa. No es un neófito en el asunto, sabe muy bien lo que hace y su fin es lograr que su victima caiga en sus redes y lograr su botín, su parte. El texto dice que es tal su insistencia, su acoso que lo obliga o manipula a tal punto que lo hace caer, lo hace extraviarse, lo hace pecar, lo lleva de la luz a las tinieblas, es la idea de que el mismo que lo seduce es su verdugo. Al final lo rinde, lo deja sin voluntad propia, lo coge de la mano y lo lleva adonde quiere, hace lo que quiere (En el mayor de los casos el fin de la seduccion es economico). La victima pierde se voluntad. (Pr 7:21; 6:26). Lo peor es que después nos damos cuenta que la imagen inicial que nos dieron es falsa y la realidad es totalmente diferente, el resultado es una tremenda angustia, decepción y ruina en general.
Nos hemos encontrado alguna vez con todas estas situaciones, seguro que si. Que Dios nos ha guardado es verdad, sin embargo hay algo cierto y es que la mujer extraña no puede lograr su objetivo sin colaboración del hombre que es su blanco. Somos nosotros los que damos entrada y los que permitimos su accionar, los que nos quedamos estáticos escuchando sus argumentos y palabras, los que nos exponemos a que al final nos convenza y los que en nuestro corazón deseamos caer rendidos en sus redes. Lo mejor que podemos hacer es cuidar nuestra vida espiritual, orar al Señor para que nos de el discernimiento para identificar a la mujer extraña y descubrir a tiempo sus intenciones y apartarnos de ella a tiempo sin exponernos a sus técnicas de seducción. Vayamos al trono de la Gracia, caigamos de rodillas y pidamos al Señor su ayuda y oportuno socorro, que el Padre nos libre, nos de el discernimiento y la voluntad para decir no, y en ultimas nos de las fuerzas para correr cuando sea necesario siguiendo el ejemplo de José.
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