“Apocalipsis es la Revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel para dar a conocer la revelación a su siervo Juan.” Así que Apocalipsis es la revelación de Jesucristo en control de todo lo que tiene que suceder.
Y precisamente, en este devenir histórico y profético, Apocalipsis nos presenta a dos Personas que están, andan, trabajan y actúan de la mano, mancomunadamente, en unidad perfecta y comunión única: El Señor Jesucristo y el Espíritu Santo.
Donde el Espíritu Santo está presente, el Señor Jesucristo se manifiesta, es proclamado, exaltado y reconocido como Salvador, Señor y Rey único del Universo. Es el Espíritu Santo quien nos hace capaces de conocer la revelación de Jesucristo, tal como Él quiere mostrarse al hombre. Sin el Espíritu Santo es imposible ser y vivir para Dios en medio de un mundo bajo el gobierno de Satanás.
Por tal motivo, hoy es cuando más tenemos la necesidad de reconocer a la Deidad de la Persona del Espíritu Santo, a quien el Padre y el Hijo han señalado como el Guía Supremo de cada hijo de Dios y de su Iglesia. Él es el único que, por la Palabra de Dios, la oración, nuestra fe, la humildad y la obediencia nos puede guiar a toda la verdad, para hacer la voluntad de Dios.
Esto que acabo de expresar es precisamente lo que vemos en Apocalipsis. Por lo cual, los invito a observar con sumo cuidado lo que a continuación les comparto:
¿De quién procede la revelación de Apocalipsis y para qué?
Apocalipsis 1.1-7, NVI:
“Ésta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder.
Jesucristo envió a su ángel para dar a conocer la revelación a su siervo Juan, quien por su parte da fe de la verdad, escribiendo todo lo que vio, a saber, la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
Yo, Juan, escribo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia: Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono; y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y por cuya sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.
¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén.”
Todo lo anterior es para indicarnos, a Juan y a nosotros, que no tengamos ningún miedo por todo lo que ha de suceder, porque el Señor Jesucristo está con nosotros y el Espíritu Santo es nuestro supremo guiador, quien nos da todo lo bueno que procede del Padre y del Hijo:
“Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por esta razón dije que recibirá de lo mío y os lo hará saber. Juan 16.13-15, RVA.
Volvamos a Apocalipsis 1.4: “y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono” - ¿Qué significa esto?
Observemos otras dos citas más:
Apocalipsis 3.1: “…Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios…”
Apocalipsis 5.6: “Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.”
Ahora tenga en cuenta lo que dice Isaías 11.1-2, RV2000:
“Y saldrá una vara del tronco de Isaí y un renuevo retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él, el Espíritu del SEÑOR, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo, y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR”
1. Espíritu del Señor
2. Espíritu de Sabiduría
3. Espíritu de inteligencia
4. Espíritu de consejo
5. Espíritu de fortaleza
6. Espíritu de conocimiento
7. Espíritu de temor del Señor
No hay dudas, los siete espíritus se refieren a la totalidad perfecta del Espíritu Santo de Dios.
Es importante ver cómo en Apocalipsis 5.12, una gran multitud de pueblos, ciudades y naciones, de todo tipo, proclama que el Cordero es digno de recibir, lo que Isaías había profetizado acerca de ÉL: “Cantaban con todas sus fuerzas: ¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!"
Vuelve a contar:
Observemos la lista de lo que el Cordero es digno de recibir:
1. El poder
2. La riqueza
3. La sabiduría
4. La fortaleza
5. La honra
6. La gloria
7. La alabanza
Todo esto lo recibe de Dios el Padre y se refiere al mismo Espíritu Santo.
Igualmente, en Apocalipsis 7.11-12, hallamos lo siguiente: “Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes. Se postraron rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios diciendo: "¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!"
Otra vez la lista:
1. La alabanza
2. La gloria
3. La sabiduría
4. La acción de gracias
5. La honra
6. El poder
7. La fortaleza
La última parte del verso 12 afirma que todas estas siete cosas son de nuestro Dios por lo siglos de los siglos, haciendo alusión al Espíritu Santo de Dios
Así que, los siete cuernos y siete ojos, son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.” Es decir, la plenitud del Espíritu Santo de Dios, dado al Señor Jesucristo y a nosotros los hijos de Dios.
El Espíritu Santo y la Palabra de Dios
Así como el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo en perfecta unidad y comunión eterna, viven, trabajan y actúan, de la misma manera el Espíritu Santo se manifiesta en absoluta sujeción a la voluntad del Padre, o sea, la Palabra de Dios.
Veamos Apocalipsis 1.10-11: “En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu, y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta, que decía: "Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea."
Aquí vemos al Espíritu y la voz. El orden es El Espíritu pero con la Palabra. Sólo así somos conducidos a la visión de la revelación de Dios, en su palabra. Por favor, lea los versículos 12 al 16 de Apocalipsis 1. De aquí en adelante todo gira alrededor la revelación de Jesucristo como Señor Soberano en control de todo lo que va a suceder, por parte de Dios, a través del Espíritu Santo, la Palabra de Dios y sus poderosos ángeles:
Apocalipsis 2.7, 2.11, 2.17, 2.26-29; 3.5-6, 3.12-13, 3.21-22. 4.1-3; 14.13; 17.3; 21.9-10; y 22.17-21.
“El Espíritu y la novia dicen: "¡Ven!"; y el que escuche diga: "¡Ven!" El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro.
Y si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro. El que da testimonio de estas cosas, dice: "Sí, vengo pronto." Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.”
Luis Sanchez Blanco, es pastor de la Iglesia Árbol de Vida en Cartagena de Indias, Colombia, en la cual ha ejercido su ministerio durante mas de 30 años.
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