Luego de escribir, producción en serie de líderes, algo nocivo para la Iglesia, enfoco el tema por el lado de los pastores. La problemática comienza, en un mal entendimiento del ministerio pastoral y en una manera equivocada de entender el llamado. Comenzamos por lo último. Se ha creído por mucho tiempo que el llamado trae incluida la preparación, la madurez, la experiencia pastoral y todo lo demás, es decir, el llamado viene con el paquete completo. Lo anterior es falso. No podemos pretender que el llamado que Dios nos ha hecho a una labor pastoral no requiere de ningún esfuerzo ni de ninguna preparación de nuestra parte. Muchos se han lanzado al ministerio (Conozco casos y tengo amigos pastores a los que he tenido que ayudar después de 8 y 10 años en el ministerio), creyendo que el Espíritu Santo les dará todo lo que necesitan para ejercerlo y hasta cierto punto tienen razón, lo peligroso de esto es que le restan importancia a la preparación bíblica y teológica, a la preparación en administración de la Iglesia, a la preparación en la consejería y demás. Devolvámonos a lo primero, el ministerio pastoral se mal entiende cuando el que ha sido llamado lo toma de manera superficial y descuida áreas importantes de la vida espiritual personal. Lo anterior deriva en problemas en el ministerio, en el hogar, en la economía, etc. Es más, los pastores que llegan al ministerio sin la debida preparación son presa fácil de la tentación y del diablo debido a que no han desarrollado el discernimiento necesarios, no han sido ejercitados para discernir el bien y el mal (Hebreos 5:14). En una ocasión un amigo pastor me invito a una reunión que daría comienzo a una nueva congregación. En ella, predico una mujer (El aun no acepta que la invito, personalmente creo que si), con unas ínfulas y pretensiones de espiritualidad que me molestaron. Seguí observando y cuando termino la reunión le dije a mi amigo pastor, “Esa mujer viene por ti”, ten cuidado. Le dije con firmeza pero con amor (Lo aprecio mucho), que no debió haberla invitado, todo delante de su esposa. El tiempo me dio la razón. Discernir a tiempo lo que se venía permitió que se tomaran las precauciones y medidas necesarias por parte de la esposa, para cuidar a este hombre y no dejar que el diablo ni la carne se salieran con la suya. El aun es pastor. Porque cuento esto? El pastor no se da cuenta, El confía. Así hay muchos ministros hoy, ingenuos, confiados, sin discernimiento. La conclusión es: “Iniciaron un ministerio pastoral sin estar preparados”. El resultado de esto es lamentable, pastores en pecado, mal testimonio, enseñanzas equivocadas, rebeldía, divisiones y otras cosas más. Para terminar la reflexión quiero mencionar lo siguiente, y en esto los judíos de nuevo nos dan ejemplo. Para que un judío pueda estar al frente de una sinagoga, debe estudiar la ley, la mishna y los demás escritos y tradiciones religiosas judías durante 16 años. ¿Cuánto tiempo se prepara alguien para ser pastor?. Jesús estuvo tres años con los apóstoles. Jesús El Maestro, El Rabí en persona. Dios encarnado, utiliza tres años para preparar a los apóstoles (Algunos dirán: No había venido el Espíritu Santo), Pablo, luego del encuentro con el Señor y luego de haber recibido el Espíritu Santo se va a Tarso y se prepara durante 14 años antes de iniciar su primer viaje misionero. Pablo, empleaba dos años o más a discipular a grupos de entre 50 y 100 personas y así consolidaba a las Iglesias (Ahora lo queremos hacer en tres meses). Amados hermanos, todo lo hemos puesto al revés, con el afán de crecer.
Con mucho amor y afecto escribo esta reflexión.
Dios les bendiga
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