Encontramos aquí un texto, que nos exhorta a orar por los gobernantes. La oración tiene que ver con que un buen gobierno es el que va a propiciar las condiciones en primer lugar para que “Vivamos quieta y reposadamente”. Analicemos el contexto y el tiempo en que Pablo escribe. Los cristianos del siglo primero prácticamente no tuvieron sosiego. La persecución era la constante. El apóstol lo que está diciendo es: “Oren por los gobernantes para que sus corazones cambien y dejen de perseguirnos y también encuentren al Señor y puedan arrepentirse”. El propósito inicial de la oración es el de cambiar las circunstancias adversas que vivían los creyentes. De hecho este tipo de oración requería de una fe inmensa. La realidad era cruel y lo que se pedía era que fuera lo opuesto. En este ambiente de quietud y reposo es donde los que están en eminencia podían ser tocados por el mensaje del evangelio y convertirse. Lo anterior es bueno y agradable delante de Dios y en el versículo 4 establece la meta de la oración, “Que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”, esto incluye a los reyes, gobernantes, presidentes, senadores, diputados, alcaldes, concejales, funcionarios públicos, etc. Lamentablemente hoy día, muchos líderes evangélicos reconocidos en sus naciones, sin entender el significado de este texto apoyan públicamente a gobiernos que están muy lejos de querer propiciar un ambiente de quietud y reposo en donde la predicación del evangelio encontraría lugar no solo en el corazón de la nación sino también en el de ellos mismos. El texto no dice “Se alcahueta”, “Acolita”, el texto dice ora para que se arrepienta y cambie y la Iglesia pueda evangelizar con tranquilidad y sin persecución. Cuanta ignorancia hay en creer que la actitud que el texto nos dice es la de estar al lado de un gobernante sin importar lo que esté sucediendo con el país. La Iglesia no tiene color político, La Iglesia en el cumplimiento del segundo mandamiento “Amaras a tu prójimo como a ti mismo”, debe procurar en primer lugar con sus oraciones y en segundo lugar con sus acciones, el bienestar de la nación. Un líder cristiano que apoya públicamente a un gobernante que oprime, que fomenta el odio, que pretende darle armas a todos, que muestra un fanatismo destructivo, como los hay muchos en el mundo hoy y sin referirme a ningún caso en particular está evidenciando que está lejos de Dios y que perdió la brújula ministerial. Muchos se apoyan en Romanos 13:1-3, para decir que hay que someterse a las autoridades. El texto citado se refiere a las autoridades judiciales, a las que actúan en mi contra cuando cometo algún delito. Iglesia de Cristo, ora para que los gobernantes cambien, se arrepientan, conozcan a Cristo y así podamos predicar en un ambiente de tranquilidad, nunca apoyes al tirano y al dictador. Error craso y lamentable. Que Dios nos ayude a entender su voluntad.
Dios les bendiga
4 comentarios:
Coincido con sus comentarios hermano,
Bendiciones.
Rafael
Amén, gracias por su comentario es de mucha ayuda, Dios lo siga Bendiciendo.
Amén, gracias por su comentario es de mucha ayuda, Dios lo siga Bendiciendo.
Excelente asi debe ser debemos orar por un genuino arrepentimiento. De los gobernantes y no ser mas
cómplices de ellos.
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