Tiatira se encontraba a unos 70 kilómetros de Pérgamo, era una ciudad de Lidia cerca de la frontera de Misia. Fue construida por Seleuco I, fundador de la dinastía seleucida, fue poblada de veteranos de las campañas de Alejandro Magno en Asia. Alrededor del 190 AC, fue tomada por los romanos. Allí evidentemente había judíos. Hechos 16:14, menciona a Lidia. La Iglesia de Tiatira desapareció a finales del siglo II. En la introducción de la carta Cristo se describe como el Hijo de Dios, aquel que tiene los ojos como llama de fuego y pies semejantes a bronce bruñido. (Apocalipsis 1:14-15). Los ojos del Señor, penetran los secretos del corazón del hombre, ven atraves de toda falsedad e hipocresía. Los pies de bronce simbolizan, el poder para aplastar a los enemigos de la verdad, para castigar y avasallar. “Yo conozco tus obras, tu amor, fe, servicio y paciente fortaleza y que últimamente has hecho más que al inicio”. Era de destacar su amor al prójimo y fidelidad a Dios lo que se manifestaba en la perseverancia en la fe a pesar de cualquier circunstancia. Todo este reconocimiento es la antesala para la exhortación. El método del Señor es primero decir lo bueno para luego corregir lo malo. “Tengo contra ti, que toleras”. La tolerancia del mal es el pecado de la Iglesia de Tiatira. Se menciona a una mujer de nombre Jezabel. Esto es una clara referencia a la mujer de Acab, quien sedujo a Israel para que adorara a Baal. La opinión más aceptada el día de hoy, es que había en la Iglesia una mujer que con la pretensión de ser profetisa, había aprobado la doctrina de los nicolaitas y por esa razón era considerada la nueva Jezabel. La Iglesia de Tiatira, permitía a la falsa profetisa enseñar, dándole la oportunidad de seducir a los creyentes para que cayeran moral y espiritualmente (Fornicación y adoración de ídolos). El texto sugiere que se la había hecho una advertencia a esta profetisa pero ella había rehusado a arrepentirse, la consecuencia sería que el Señor la arrojaría en cama (Enfermedad). Los que le seguían también recibirían el castigo a menos que desistieran de tal doctrina. Si ellos no se arrepentían el Señor endurecería el castigo (Sus hijos sufrirían). El Señor conoce quien es sincero, el conoce donde están la voluntad y los afectos del hombre y actúa en consecuencia. Sigue una palabra para aquellos que no han entrado en el juego de la profetisa y luego se refiere a las profundidades de Satanás. Esta frase tiene dos implicaciones: En primer lugar, los nicolaitas insultaban y menospreciaban a los demás cristianos por no conocer las cosas profundas de Dios, pero en realidad se trataba de las cosas profundas de Satanás. En segundo lugar, los seguidores de Jezabel se gloriaban en conocer las profundidades de Satanás. Esos falsos maestros sostenían que el hombre espiritual debiera conocer las cosas profundas de Satanás (Hoy hay mucho de eso, hay creyentes que equivocadamente creen que son muy espirituales porque conocen mucho acerca de los demonios, cartografía demoniaca, liberación de demonios, etc), que debieran hacer parte de la vida pagana de la comunidad donde había inmoralidad y adoración a ídolos. A los que permanecen fieles en la fe, Cristo les declara: No os impondré otra carga e invita a retener lo que tienen o sea a permanecer en la misma actitud y comportamiento, alejados de la inmoralidad y la adoración de ídolos. En Tiatira, los cristianos tenían que ganar la batalla, viviendo en la pureza de la vida cristiana en oposición a las obras de Jezabel. La recompensa es: “Les dare autoridad sobre las naciones”. El Cristo glorificado compartirá su autoridad con sus seguidores fieles. Al que venciere le daré la estrella de la mañana. Cristo se refiere a sí mismo. La mayor recompensa que puede recibir un cristiano es el Señor. Su presencia aquí y en la eternidad es nuestro objetivo.
Al final de la serie, se darán las conclusiones de los mensajes a las siete Iglesias.
Dios les bendiga.
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