En Génesis 1:28-30, Dios le dice al hombre señoread la tierra y sojuzgadla. Dios delega en el hombre la autoridad sobre las cosas creadas. Como es autoridad delegada, debe responder ante la autoridad superior. Dios. Entonces, lo primero que encontramos en la Biblia es que el hombre ha de responder ante Dios por lo que le ha sido entregado para administrar: “La Tierra”. Al mirar la realidad, el panorama es que el hombre es irresponsable y dañino con lo que Dios considera la casa que El le dio. La crisis medioambiental se debe al estado caído del hombre. El pecado y la maldad en el corazón ha llevado al hombre a pensar en sí mismo, en enriquecerse, en atropellar lo que no es solo suyo sino también de toda la humanidad. Unos pocos, contaminan, ensucian, degradan el planeta sin importarles ni siquiera el futuro de sus hijos, nietos y demás, mientras que los restantes habitantes de la tierra sufrimos de su egoísmo y ambición. Cada día se habla de responsabilidad, de las medidas ambientales, etc, pero al hacer los presupuestos de lo que costarían esas medidas, muchos lo que hacen es colocar paños de agua tibia a un problema que nos concierne a todos. De la única manera que esta, nuestra casa, “La Tierra”, que Dios nos dio para vivir se conserve y recupere es que el hombre se arrepienta, se vuelva a Dios y entienda su plan original.
Del pecado del hombre también se desprende, el abuso con los animales. Hoy se caza indiscriminadamente, de nada sirven las voces que se levantan para decir que hay animales que están en vía de extinción porque todavía sigue su caza. De nuevo, la ambición y la avaricia ha llevado al hombre a no pensar más nada sino en obtener dinero a costa de lo que sea, así esto sea la destrucción del planeta, de el mismo y de sus semejantes. Terror, no, realidad. Y pensar que Dios le dio al hombre la responsabilidad de cuidar la vida animal. Es más, el hecho de que los animales, sujetos al control del hombre tuvieran también que alimentarse de la vegetación, (toda planta verde Gen 2:30) indica además la responsabilidad que estaba sobre el hombre de manejar la naturaleza de tal modo, que ella sirviera a las necesidades de todas las criaturas vivientes y no solo a los humanos. Hoy al hombre no le importa si se conservan las especies, si un animal muere de hambre, si lo atropella y muchas cosas más. En qué estado de desobediencia estamos.
Dios otorgo al hombre el derecho de usar los vegetales para su alimentación. Esto no le concedió el privilegio de explotar la naturaleza, dejando tras sí la ruina y la desolación. Por el contrario, las plantas productoras de fruto debían ser debidamente cuidadas (2:15) y conservadas todas las fuentes naturales de producción. Hoy es al revés, se deforesta, se talan arboles de manera indiscriminada, la tierra se desliza de las laderas de las montañas porque el hombre ha acabado con la vegetación que la sostiene, el agua escasea. Todo por el pecado y la maldad del Hombre.
Se llama la atención al hecho de que sin la lluvia y el cuidado vigilante del hombre, la tierra era originalmente improductiva. Por lo tanto, Dios proveyó la humedad de modo que las plantas se pudieran cultivar y fructificaran. En el principio Dios creó la tierra para que estuviera en equilibrio con el hombre, le sirviera al hombre, el hombre obtuviera su sustento de ella y su vida estuviera en armonía con ella, en orden con ella, todo en función de la misma como la residencia terrenal del hombre. Hoy ese equilibrio ha sido roto por el hombre, la armonía ha sido destruida por el hombre, el orden ha sido socavado por el hombre de tal manera que su residencia terrenal se ha deteriorado. Todos los días, escuchamos de tormentas, huracanes, ciclones, sequias, inundaciones, desastres naturales, etc. ¿Es Dios el culpable?. No. ¿Quien es el culpable?, el hombre caído, el hombre que está lejos de Dios en su corazón.
En Génesis 2:12-13, Dios le dice al hombre que también ha puesto minerales a su disposición. De nuevo la ambición del hombre aparece. ¿Cuantos accidentes en minas?, ¿Cuantos hombres han muerto?, las condiciones en las que se trabaja la minería no solo ponen en riesgo la vida de los mineros sino que también dañan el ecosistema.
En Génesis 2:15, Dios le dice al hombre que labre y guarde la tierra. En otras palabras que la trabaje para que se sirva de ella. Cuando Dios dice al hombre que guarde la tierra, le está diciendo que su voluntad es que nuestra conducta sea acorde a sus mandamientos. Para ello nuestra mente debe estar renovada. En el diseño original de Dios, El estableció que el hombre debe respetar la naturaleza, tomar las medidas de precaución para que esta no sufra deterioro, estar pendiente de su conservación y cuidado y de esta manera estará cuidando y manteniendo adecuadamente la casa o residencia que Dios le dio.
Solo el hombre que se vuelve a Dios, que se arrepiente, que entiende su plan, es el que va a tener conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Reciclemos, no botemos basura en la calle, no contaminemos el ambiente. Como cristianos tenemos el deber de dar el ejemplo.
Preguntémonos: ¿Cuál es nuestra actitud hacia el medio ambiente?, ¿Qué estamos haciendo a favor del medio ambiente?, ¿Estamos siendo responsables delante de Dios?
Dios les bendiga
1 comentario:
Sin duda alguna, y nuestro diario vivir, da prueba de ello, que la enfermedad de nuestra alma, nuestra necesidad de Dios, es la que determina el estado de cosas en el mundo actual. Sin Dios no somos nada. Mientras no vivamos en su presencia, no tendremos la plenitud y no seremos promovidos a un nuevo nivel por encima de la mera existencia. Bendiciones
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