Jesús enfrenta el sufrimiento de su arresto y juicio. Además le toca cargar su propia cruz y llevarla al lugar donde había de ser crucificado. El Señor no escatima en el esfuerzo y propósito de llevar a cabo el plan de salvación. Jesús estaba dispuesto a llegar al calvario y morir en una cruz sin importar el costo. En efecto lo hace. El amor de Dios por la humanidad encarnado en la persona de nuestro Señor lo impulsa, le da fuerzas y lo anima para llegar hasta el final. Además de renunciar a su dignidad, ahora le toca la humillación de morir como el más grande de los bandidos.
Que contraste con la humanidad de hoy, que contraste con nosotros. Queremos seguir a Jesús sin que medie ningún tipo de renuncia, esfuerzo, costo o sufrimiento. Nos gusta lo bueno que nos da el Señor, nos gustan sus promesas pero no nos gustan sus demandas, al tanto que nos hemos inventado iglesias acomodadas a nuestras exigencias. Ya existen iglesias para los diferentes grupos que en común tienen un pecado al cual no quieren renunciar. Los homosexuales tienen una iglesia gay, los avariciosos tienen las iglesias de la prosperidad, los rumberos tienen las iglesias liberales (Salen del culto para las discotecas) y así sucesivamente. Que falta de respeto y reverencia. Es cierto que Dios nos amo pero eso no nos da derecho a abusar de su amor. Hoy queremos discipulado sin renuncia, hoy queremos un discipulado que no nos cueste nada. Mis amados les tengo una mala noticia, in discipulados así no existe.
Cuando ya Jesús es crucificado, los soldados rifan sus ropas entre ellos. Después de ser despojado de su dignidad ahora es despojado de la única posesión material que le quedaba: Su ropa. Si Jesús no se había apegado ni a su trono, ni a su vida mucho menos lo iba a hacer con su ropa. Que contraste con nosotros, nos apegamos a todo. “De que le sirve al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma” y “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”, dijo Jesús. Hasta al pecado nos apegamos y no queremos abandonarlo.
No bastándole con todo lo que ya había renunciado, ahora también renuncia a lo que cualquier hombre o mujer de bien hacerlo le desgarraría el alma, su madre, la que en ese momento representaba su familia. La entrega al cuidado de Juan.
Luego de tomar el vinagre (Usado como anestésico en esa época), dice: “CONSUMADO ES” y expira.
Aparecen en escena José De Arimatea y Nicodemo quienes a escondidas de los judíos le dan sepultura.
Para reflexionar: La vida de Jesús fue una vida de constante renuncia. Renuncio a su dignidad, renuncio a parar de sufrir, renuncio a defenderse, renuncio a lo material, renuncio a su familia y ni siquiera El sabia donde lo iban a sepultar (Hoy nosotros tenemos seguro exequial). Amados hermanos no nos espera a nosotros algo diferente. Nuestra vida debe ser una vida de constante renuncia a todo aquello que no agrada a Dios, que no corresponde a la conducta de un verdadero discípulo de Cristo. Ya basta de acomodos, es hora de ir a la Cruz y decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi”.
Es buen momento para orar: Señor te pido me perdones. He querido ser tu discípulo a mi manera, sin renunciar a nada. Sin sufrir perdida alguna e intentando acomodar tu Palabra para mi propio beneficio. Gracias por hablar a mi corazón. Entiendo que sin cruz no hay discipulado. Padre, hoy tomo la decisión de ir a la cruz, renunciar a todo lo que me aparta de ti y seguirte. Señor, tu dijiste: “El que no toma su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo”. Tu tomaste la cruz por mi hace dos mil años, ahora me toca a mi tomar la cruz y seguirte”. Ayúdame y dame fuerzas para morir cada día. En tu nombre Señor. Amen
1 comentario:
Todos los temas expuestos desde el día 19 hasta la fecha, han sido de una gran bendición. Sobre todo aquellos que profundizan en el corazón, los que nos muestran el servicio, la humildad, la negación, la entrega de Cristo, y que nosotros deberíamos imitar. No se ve fácil, quizá para muchos de nosotros es una piedra de tropiezo, pero que Dios nos ayude a alcanzarlo.
Gracias a Dios por la dirección que Él les da sobre nuestra necesidad.
Dios les bendiga.
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