INTRODUCCION:
Durante los últimos años en nuestro país el acuerdo de paz ha
sido un tema recurrente. Todos los días lo escuchamos en relación al gobierno y
la guerrilla. Hoy quiero proponerles que hagamos el acuerdo de paz en la
Iglesia, entre los hermanos. Comienzo hablando sobre la paz en el ámbito
personal. En primer lugar la paz es un estado de calma y tranquilidad, en
segundo lugar paz es ausencia de conflictos, en tercer lugar paz es dejar de
molestar o incomodar al prójimo, en cuarto lugar paz es mantener una relación
de igualdad con otra persona, en quinto lugar paz es estar en amistad o
reconciliarse con los demás, en sexto lugar paz es librar a otro de un disgusto
y en séptimo lugar paz es dar por terminado un asunto. Aclaro que no voy a
desarrollar todo el texto sino de apartes que son relacionados en el mismo.
Exegesis:
El texto que nos ocupa nos habla de una situación en
principio: “Si tu hermano peca contra
ti”. Peca, Busca y Reprende y Gana.
El énfasis está en la palabra peca: El hermano rompe la
armonía cuando viola la ley de Dios. El hermano se equivoca y me ofende cuando
pierde su perspectiva como discípulo de Cristo.
El tema es: Peca contra mí porque primero ha pecado contra
Dios.
Fíjense en un detalle:
El contexto anterior del pasaje es Mateo 18:10-14. Este texto
nos habla de la oveja perdida y de la importancia de ir a buscarla.
El que peca contra su hermano es como la oveja perdida. Por
eso el Señor da la orden y dice “VE”.
Jesús pronuncia estas palabras pensando en discípulos
maduros. Así como el pastor va a buscar a la oveja descarriada así va el discípulo
de Jesús a buscar a su hermano que ha pecado contra él.
La actitud del discípulo de Jesús cuando va a buscar a su
hermano es:
- Sin
menosprecio (18:10): No voy a menospreciar a mi hermano por su inmadurez. Jesús
les dice pequeños.
-
Porque
eso es lo que haría Jesús (18:11)
-
Con
Misericordia. (Amor) (18:12)
-
Con
Alegría (Pensando en la restauración de la relación y en la libertad del
hermano). (18:13).
-
Para
Rescatarlo (18:14).
Que belleza de texto.
Reprende:
-
Mostrarle
que está equivocado (Con amor y misericordia)
-
Procurar
su arrepentimiento (Que entienda su falta, la reconozca y decida cambiar)
-
Llevarlo
a la verdad (La verdad es que no deben darse ese tipo de conductas entre
hermanos).
-
En
esto ocupa el tiempo necesario.
Gana:
Si logras que tu hermano entre en razón es como si hubieras
ganado a alguien para Cristo. Esa es la profundidad del texto.
Ha ganado el reino de Dios. El reino ha aumentado sus
utilidades.
Has librado a alguien del pecado.
Lo que sigue en el texto es la secuencia que seguían los
judíos en los casos de desacuerdos entre hermanos. Jesús toma lo mismo.
Salto entonces al verso 21 y 22.
Pedro pregunta: Señor, ¿Cuántas veces perdonare a mi hermano
que peque contra mí? ¿Hasta siete?
La palabra usada por Mateo para “Perdonare” tiene varios
significados:
-
Ceder.
(No se trata de quien tiene la razón al final. Si hay que ceder para perdonar,
para reconciliarse hay que estar dispuestos a hacerlo).
-
Dejar
de ser indiferentes. (Ante la situación)
-
Bajar
la guardia. Quitarse los guantes.
-
No
poner obstáculos. No sacar excusas.
-
Dejar
los reclamos.
-
No
rendirse en el intento de arreglar las cosas.
-
No
abandonar.
Si desistimos del perdón (de ir) es
como si:
Renunciar a mi hermano. (Relaciones
hipócritas).
Comenzáramos a morir lentamente.
Y la última idea: No perdonar es como
dejar a mi hermano en la indigencia. Sin nada.
Por ultimo Pedro le pone límites al
perdón. En la tradición religiosa judía algunos rabinos enseñaban quien se
podía perdonar hasta tres veces. Pedro a lo mejor estaba pensando quien su
oferta de perdonar siete veces era bastante generosa.
Y Jesús le contesta: Hasta setenta
veces. La idea que Jesús quería transmitir es que un discípulo suyo “Jamás
debería guardar rencor”.
De acuerdo a esto la acción de ir en
el versículo 15 implica que el que va nunca ha guardado rencor hacia el hermano
en primer lugar. En segundo lugar implica que el que va, ya ha perdonado antes
de encontrarse con el que lo ofendió.
Acabamos de mirar la dinámica del
perdón según Jesús.
Resonancia:
La pregunta es: ¿Cuál es la dinámica
del perdón hoy?
En primer lugar quisiera referirme a
Colombia.
Nuestro país ha vivido una guerra de más
de 60 años. Los esfuerzos por acabar la violencia han dado algunos frutos pero
aun vivimos en medio de una paz a medias.
Es tal la huella que ha dejado el
conflicto en Colombia que la sociedad colombiana hoy está inmersa en una
dualidad.
Por un lado están aquellos dispuestos
a perdonar todo y por otro lado están aquellos dispuestos a perdonar der manera
parcial o sea que es un perdón selectivo.
La misma coyuntura política del país
ha llevado a esta dualidad. Los que perdonaron todo han encontrado paz en medio
de la tormenta. Los que han perdonado a medias aún viven con turbulencias en el
alma.
Es posible que algunos de los que
están aquí hoy hayan sido víctimas de la violencia. Quiera el Señor que haya
encontrado la paz en sus corazones.
Este texto nos habla hoy de tres maneras
distintas. Salimos ilesos de las ofensas cunado perdonamos de manera
incondicional, tenemos paciencia con los que nos ofenden y persistimos en el
perdón.
I.
INCONDICIONALIDAD.
Jesús plantea en el texto un perdón
incondicional. Aquel que ha sido ofendido va donde aquel que lo ofendió a
rescatarlo de su error y con la finalidad de que el hermano no pierda el rumbo.
Ahora bien el Señor plantea dos posibles resultados al que va: El primero que
el hermano entienda su error y se arrepienta y el segundo que no acepte su
error y no se arrepienta. El arrepentimiento no es condición para el perdón. Si
el que te ofende no se arrepiente igual hay que perdonarlo.
La pregunta es: ¿Practicamos nosotros
el perdón incondicional?
La única manera en que nosotros
podamos practicar el perdón incondicional es que miremos al hermano como Jesús
mira a la oveja descarriada. Con afecto, con amor, con misericordia.
Jesús nos perdonó sin poner
condiciones. Porque voy a poner yo condiciones para perdonar.
Aplica para todos. Entonces hermanos,
la invitación es a descargar el corazón y encontrar la paz interior.
El tema aquí es: Si no perdonamos
entonces estamos pecando.
Ahora: Jesús le da profundidad al
texto: La idea es que jamás te ofendas para que jamás tengas que perdonar.
Ejemplo: La irritabilidad en los
tiempos actuales.
Hoy es común que nos irritemos por
cualquier cosa. Nuestra capacidad de tolerancia casi que es cero y nos
ofendemos con facilidad. Muestra de que algo anda mal.
Cosmovisión. Formas diferentes de ver
el mundo traen choques y disgustos.
Por ejemplo: “A mí me enseñaron así”.
El que perdona de manera
incondicional no tiene problema en ir a buscar a quien lo ha ofendido. Sin
menospreciarlo, con misericordia y con alegría con el fin de rescatarlo.
II.
PACIENCIA.
Ir donde mi hermano implica sentarme
con él. Razonar con él. Hacerle entender su error.
La pregunta es: ¿Tenemos la paciencia
nosotros para perdonar?
El trabajo de ganar al hermano es
también el trabajo de rescatar su vida.
Podemos nosotros resistir cuando
alguien no quiere reconocer su error.
Podemos nosotros tolerar la
testarudez de alguien.
La paciencia también es ser lento
para salirse de las casillas.
La paciencia impide que tomemos
venganza.
En un país como Colombia ya no hay
paciencia para esperar.
Sin embargo la Iglesia tiene que
crecer en el perdón y ser ejemplo de perdón.
III.
PERSISTENCIA.
Es posible que algunos de nosotros
hayamos sido ofendidos muchas veces. Es posible que ya nos sea muy difícil
perdonar. Sin embargo la invitación del Señor es a persistir en el perdón. En
el discípulo maduro ofenderse no es una opción.
Quizás haya una herida hace mucho
tiempo y ya renunciamos a que sea sanada. Un familiar, el esposo, la esposa, un
hijo. Alguien que te haya ofendido y todavía duele.
El llamado es a ceder en nuestro
orgullo, a dejar de ignorar la situación, a no sacar excusas, a no rendirse, a
no abandonar.
A lo mejor fuiste abusado o abusada,
has sufrido maltrato o humillación y pretendes vivir como si nunca hubiera
pasado.
No podemos desistir. La cuestión es
que tanto el ofendido como el ofensor se están marchitando lentamente.
Si el problema es con un hermano:
Insiste.
Si el problema es con un no creyente:
Perdona
El ideal del discípulo es nunca
guardar rencor, y si se ofende no dejar que el resentimiento eche raíces.
Recuerda: Cuando vas adonde un
hermano ya has perdonado.
CONCLUSION:
Dos cosas para terminar:
La primera: Si crees que un hermano tiene algo contra ti ve y
habla con él. No esperes que él se acerque. Posiblemente sea una mala
percepción de tu parte y no pase nada.
Los invito a que dentro de un mes
podamos evaluar a nivel personal lo beneficioso de este ejercicio. Es más si
quieren dar testimonio maravilloso. Es posible que yo aparezca en su casa en
los próximos días. Firmemos el acuerdo de paz en la Iglesia.
Lo segundo: Los invito a hacer una evaluación de sus vidas y
revisar si hay alguien a quien no han perdonado. No importa lo que te hayan
hecho o si te han hecho sufrir. El beneficio es para el que perdona. No te
marchites con el rencor.
Dios quiere sanar nuestro corazón y darnos la madurez para
perdonar de manera incondicional, con paciencia y persistencia.
Dios les bendiga
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