Hola, mi nombre es Zacarias, viaje en el tiempo para estar hoy con ustedes y compartirles mi historia y lo hare contextualizándoles mi realidad. No se asombren si ven que uso elementos de la modernidad, aun un hombre como yo puede aprovechar el avance de la época. Les cuento que a mi esposa y a mi nos tocó vivir en tiempos difíciles y turbulentos al igual que ustedes. En el caso nuestro estaba el drama familiar provocado por una sociedad cruel e implacable que no admitía ni perdonaba el hecho de que una pareja no pudiera tener hijos, y que discriminaba al pobre y al enfermo, la gran mayoría viva consiguiendo lo del día, apenas se podía sobrevivir porque la mayoría de los ingresos se iban en impuestos y el templo estaba dirigido por lideres religiosos corruptos que convirtieron la espiritualidad en pura apariencia dando como resultado una hipocresía insoportable. ¿Pensaban que eran los únicos que viven o han vivido situaciones difíciles? No crean que yo les estoy hablando aquí sin antes haber ojeado con la ayuda de un traductor lo que ustedes llaman periódicos pues, aunque hablo un poco bien su idioma no lo leo tan fluidamente, ah y también vi dos maravillas algo tenebrosas por la forma en que las usan que se llaman internet y redes sociales.
Me
he enterado entonces que ustedes hoy viven cosas similares a las que Elizabeth
y yo vivimos y quiero comenzar con lo que nosotros compartimos con muchos de
ustedes.
Al
igual que en nuestro tiempo, hoy muchas parejas se enfrentan a la situación de
no poder tener hijos sin embargo y eso lo investigue de primero, hoy existen
muchos recursos para ayudarles y que nosotros no teníamos. Elizabeth y yo solo
contábamos con Dios. También sé que a pesar de todos esos recursos muchas
parejas no pueden conseguir tener hijos y ya la esperanza se está convirtiendo
casi en una ilusión. Es posible que entre algunos de los que están aquí hoy,
siendo testigos de este increíble viaje en el tiempo haya parejas que estén
pasando por la misma situación de nosotros o que alguien tenga un familiar
viviéndola. A ustedes quiero decirles que con Dios la esperanza sigue viva y
que no permitan que se convierta en una ilusión porque cuando eso sucede la fe
poco a poco va perdiendo su esencia y se va desfigurando. Milagros hubo en mi
época entre ellos el nuestro y milagros seguirán sucediendo hoy. Así como Dios
escucho el ruego de muchas mujeres y hombres también los escucha hoy y de eso
no tengo duda.
La
gran paradoja, la gran contradicción que encuentro hoy frente al tema de los
hijos es que algunos sufren por no tenerlos y otros parecen disfrutar con
impedir que vengan al mundo. Eso en mi época hubiera sido inconcebible y me
tiene literalmente en shock. Se quedaron como pensando. Puedo estar viejito,
pero todavía aprendo y lo he hecho con algunas palabras de su época. En mi
caso, loro viejo si da la pata.
Oigan,
en toda esa investigación que hice antes de venir acá también me encontré con
otros dramas familiares que en mi época no existían y estoy asombrado de que
persista la crueldad y aun haya encontrado como superarse.
Miren
lo que he encontrado:
Para
ser aceptado en un círculo social debes consumir drogas si no quedas excluido.
Para
ser aceptado en un grupo de amigos debes participar en el bullyng que le hacen
a un compañero o a un desconocido. Sea donde estudias o por redes sociales.
Para
ser aceptado en un grupo de amigos que comúnmente es infiel a sus esposas o
inclusive de mujeres que son infieles a sus esposos también debes ser infiel.
Para
ser aceptado en un grupo de amigos debes tener la misma capacidad económica en
donde se discrimina y se menosprecia al pobre.
En
todo caso, la crueldad hoy es muy diversa y se practica en grupos. Si no eres
cruel quedas excluido.
En
el caso de Elizabeth y yo era no haber tenido hijos.
¿Saben
que es lo más triste para mí?: Ver que nada ha cambiado y lo que es peor la
crueldad se ha sofisticado. (Otra palabra que me aprendí).
Y
en épocas así la esperanza tiende a convertirse en casi una ilusión, nos
embarga el desánimo, la sensación de estar desprotegidos y la fe tiende a
diluirse.
En
épocas así es más difícil conservar la fe, la esperanza, pero nuestro merito si
es que se puede decir así es la permanencia, no perder de vista a
Dios y eso quizás le puede estar pasando a alguno de ustedes y les confieso a
mi me paso en algún momento del sufrimiento.
Recuerden
aquella lista de hebreos. La lista de los que permanecieron en la fe a pesar
de…
Ahora
es que me doy cuenta que no les he hablado de mí, quizás porque doy por hecho
que todos saben quién soy por lo que las escrituras dicen de mí. Yo era
sacerdote, sufría por la situación tan precaria en la que mi pueblo vivía y
trataba de ayudar a quien mas podía. Siempre fui un hombre piadoso.
En
aquella época los impuestos eran altos y cada vez quedaba menos para
sobrevivir. Una de las causas para los altos impuestos era que los imperios
tenían que financiar las campañas de conquista, así que la mayoría se usaban
para financiar la guerra y lo demás para el sostenimiento de las extravagancias
y perversidades del imperio y sus funcionarios de alto nivel. Los impuestos
eran realmente asfixiantes.
Curiosamente
en mis lecturas (Se me había olvidado decirles que no hice este viaje hoy, llegué
unos días antes para prepararme), encontré que el pueblo colombiano esta
realmente preocupado.
Me
entere que esta semana fue promulgada una nueva ley de impuestos y que muchos
no saben como van a pagar, el mercado ha subido alrededor de un 30% y se viene
un fuerte apretón para la economía de los hogares. Los empresarios están
contemplando la posibilidad de reducir puestos de trabajo para compensar el
aumento del salario mínimo y es posible que por esta razón el desempleo
aumente. (Oren a Dios). Y si a todo eso le agregamos la mala administración de
los recursos públicos, la corrupción y los gastos innecesarios que los
gobernantes y funcionarios públicos ejecutan, la sensación que queda es de
desanimo, de desprotección de tal manera que he oído expresiones como estas:
Esto no va a cambiar nunca, siempre es lo mismo, ninguno se salva. La decepción
con los partidos y los políticos es total. El pueblo se siente traicionado y la
esperanza es casi una ilusión.
Sin
embargo, por mi vida y experiencia puedo decirles que se puede sobrevivir aun a
los malos gobiernos, aun a los gobernantes mas corruptos y que la esperanza y
la fe en Dios debe permanecer aun en los momentos más oscuros. Quizás para
algunos de nosotros Dios se esta demorando, pero recuerden de nuevo la lista, cuando la esperanza es casi una ilusión permanecer debe
ser nuestra decisión.
En
tiempo de mucho sufrimiento estos mensajes pueden sonar a utopía y cuando esto
sucede la palabra de Dios ha de estar en el primer espacio de la escena.
Vienen a mis las palabras de Jesús en apocalipsis 21:7: El
que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
¿Como
es la expresión que usan aquí para decir lo último que faltaba?
La
tengo en la punta de la lengua. (En mi época decíamos algo parecido)
Ah
ya: “La cereza del pastel”
A
estas alturas de mi intervención a lo mejor algunos me estarán cuestionando y
posiblemente pensando: Que Zacarias tan pesimista y falto de fe. Les
digo algo: Hablar de las realidades que vivimos nunca será pesimismo, La fe y
la espiritualidad se viven dentro de realidades que no podemos ignorar y en la
medida que no ignoramos nuestras realidades Dios se agiganta. Voy a hacer un
pequeño descanso y a hablarles de mi pueblo Israel. Mi pueblo siempre fue el
pueblo de las señales, maravillas y milagros y lo fue tanto que en un momento
pensó merecerlas así su comportamiento no estuviera de acuerdo a la voluntad de
Dios (Levítico). Una de las cosas que me recomendó mi traductor personal es que
le echáramos un vistazo a Facebook para que me diera una idea del pensamiento
religioso de la época. Encontré y en realidad no me sorprendió que el pueblo de
Dios hoy también basa mucho su fe en milagros, señales y maravillas y eso no es
del todo malo. Lo malo es no entender que la espiritualidad tiene otros
elementos y cuando estos se dejan de lado se sufre. De la fe también hacen
parte las pequeñas señales, las pequeñas maravillas, los pequeños milagros,
aquellos que ocurren en la vida diaria, en el transcurso de la cotidianidad.
Dios esta presente en lo pequeño y en lo grande.
En
esta realidad, Israel no estaba listo para esperar y esta es quizás la mayor
contradicción de mi pueblo. Pasaron dos mil años desde la aparición de la
promesa del Mesías y cuando lo tuvieron en frente no lo reconocieron y lo peor
es que la religión fue la que los encegueció. La que se suponía debía ayudarlos
para reconocer al Mesías fue la que lo impidió.
La
gran decepción de mi época fueron sus lideres religiosos, parece que la
realidad de ustedes es muy similar.
El
viernes tuve la oportunidad de escuchar atentamente una conversación. Una mujer
que decía haber sido cristiana, comentaba que estaba bloqueada con la fe, que
ya no creía y la razón que daba era que el culpable era el entorno mas no Dios
o la escritura. En otras palabras, quienes la habían alejado de la fe eran los
mismos creyentes y sus interpretaciones descabelladas acerca de lo bueno y lo
malo.
Sucede
hoy también. Los religiosos impiden ver y conocer al Mesías.
Imagínense
ahora mi época. Otra de las cosas que me enterado es que se han hecho muchas
películas acerca de Jesús e inclusive actores me han interpretado a mí, pero es
más drama que realidad.
El
acontecimiento mas grande de la historia se acercaba. Seis meses antes un ángel
me visito y me dijo que íbamos a tener un hijo. Elizabeth estaba esperanzada y
no paso mucho tiempo para que quedara embarazada. Tenía la misión de abrirle el
camino al Mesías. Dios nos ayudo a manejar la ansiedad y las emociones. Por un
lado, el nacimiento de un hijo, aunque sabíamos que quizás lo íbamos a
disfrutar solo unos años y por otro lado la llegada del Mesías. Menos mal que
no había Facebook en esa época y así no tuvimos que luchar contra la tentación
de publicarlo en redes sociales. Imaginen lo que hubiera hecho Herodes con la
información.
Antes
de nacer Juan yo estaba mudo, mi corazón sin esperanza no había creído al
anuncio de la llegada de mi hijo, pero cuando nació ahí fue. Para que vean que
he aprovechado estos días también para aprender un poco de la cultura. Mi
lengua se desato.
Se
abría el camino a la esperanza, la primera parte del plan para la llegada del
Mesías estaba en marcha. La esperanza que era ya casi una ilusión volvía a ser
esperanza. Volví a creer, el desánimo comenzó a desaparecer y pudimos festejar
la venida de un hijo en la vejez.
Eso
fue lo primero que me sucedió: Volví a creer. Es posible que algunos de los que
están aquí escuchando mi intervención necesiten volver a creer. Miren mi
experiencia, en algún momento no creí, sufrí consecuencias y aquí lo estoy
reconociendo. Vean lo que les digo, reconocer no es malo, es el camino para
hacer ajustes y alcanzar una sana relación con Jesús nuestro Mesías.
Israel
había sido un pueblo muy sufrido y lo más triste es que ese sufrimiento era
causado por ellos mismos. La religiosidad fue lo que más los hizo sufrir.
Cuando
mi lengua se desato al nacer Juan, bendije a Dios, la luz al final del túnel
(Como dicen ustedes) se vislumbraba, el inicio del cumplimiento de la profecía
estaba cerca, renacía la esperanza para Israel. La redención era palpable.
Ya
no era una ilusión.
Quiero
reflexionar con ustedes por unos minutos.
Mi
historia es la historia de alguien que no creyó. Quizás tu historia es la de
alguien que hoy no cree.
Y
muy seguramente la crueldad de una sociedad deteriorada, la situación económica
apretada, la decepción de unos gobernantes que no piensan en el pueblo y la
ausencia de lideres religiosos idóneos y consagrados contribuye para no creer.
Contribuye para que la esperanza sea casi una ilusión.
Muchas
veces las realidades que enfrentamos dejan sin base a la esperanza y dan paso a
una ilusión fundada en la realidad que deseamos.
Yo
estaba en el mismo lugar que ustedes y Jesús el Mesías llego para cambiar mi
realidad. El es la base de nuestra esperanza en los momentos más oscuros.
El
vino y transformo a mi familia, nos dio una misión y nos permitió llevarla a
cabo. Aunque las escrituras no narran nuestro papel en la tarea de Juan ahí
estuvimos como buenos padres apoyándolo. La misión de Juan era también nuestra.
Quiero
hacerte una pregunta
¿Frente
a las realidades que hoy estas viviendo cuales son tus sentimientos, cuáles son
tus pensamientos?
Te
invito a desahogarte delante de Jesús el Mesías.
Recuerda:
Cuando la esperanza es casi una ilusión permanecer debe ser nuestra
decisión.
Jesús es la razón de nuestra esperanza.
Ustedes celebran este mes su llegada a este mundo. Es un tiempo
para volver a creer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario