Introducción
Hasta ahora hemos visto que Dios es el autor, Cristo
es el tema principal y el testigo perfecto y el Espíritu Santo es quien da a
conocer el gran proceso de la revelación.
La relación de la Iglesia y la Escritura ha de mirarse
en dos escenarios: El ideal y el real. En el ideal, la Iglesia es la más
maravillosa nueva creación de Dios, el nuevo pueblo de Jesús, la nueva
humanidad que ama y sirve a Dios y al prójimo. En el real, la Iglesia es una
multitud de cristianos pecadores, falibles, conflictivos, necios y
superficiales que a menudo están lejos del ideal de Dios.
¿Cuál es la razón de esta brecha entre lo ideal y lo
real? El desinterés por las escrituras. Hablamos mucho de ella, pero hacemos
poco de lo que dice.
Aquí hay que entender dos cosas:
La primera: La palabra es el fundamento sobre la cual
la iglesia esta construida. La segunda: La Iglesia es la que sostiene la
verdad.
Veamos tres cosas:
I.
La Escritura
sostiene a la Iglesia
Dios siempre sostiene lo que ha creado, y como él ha
creado la Iglesia, la sostiene. Jesús dijo: “No solo de pan vivirá el hombre si
no de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mateo 4:4 y Dt 8:3). La misma
verdad se aplica a la Iglesia ya que esta no puede crecer sin la palabra. Por
eso la Iglesia necesita escuchar constantemente la palabra de Dios. Por esta
razón la predicación es fundamental, indispensable, el culto que le rendimos a
Dios es la respuesta a la palabra oída en el culto.
Dios habla por su palabra y la Iglesia responde a ella
mediante la confesión, la fe, la alabanza y la adoración. La Iglesia solo
madura y crece en Jesús cuando escucha, recibe, asimila y obedece la palabra.
¿Cuál es el gran problema?
Lo describe Jesús en Mateo 13:14-15
De manera que se cumple en
ellos la profecía de Isaías, que dijo:
De oído oiréis, y no
entenderéis;
Y viendo veréis, y no
percibiréis.
15 porque el
corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen
pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los
ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
Aparentemente el pueblo de
la época de Jesús era el pueblo de la palabra, sin embargo, sus vivencias
decían lo contrario.
El texto se resume en lo siguiente:
Oyen y no entienden, ven y están ciegos, por lo
tanto, sus corazones no se convierten y no reciben sanidad.
Resonancia:
¿Es nuestra situación?
¿Cuál es nuestra respuesta a la palabra?
La falta de respuesta a la palabra se traduce en fallas éticas y morales. Se traduce en pecado.
Si oímos y entendemos, vemos y si vemos, el resultado
es un caminar de acuerdo a la palabra.
Para ser sostenidos por la palabra es necesario oír,
entender y actuar de acuerdo a ella.
Para ser sostenidos por la palabra hay que ver y
entender los tiempos. La Iglesia de hoy solo ve lo que tiene frente a sus
narices y no se da cuenta del mal que la acecha.
¿Cómo puede prepararse la Iglesia para los desafíos que
vienen si no sabe cuales son?
Por ejemplo: El globalismo y su pretensión de instaurar un gobierno mundial lo que quizás sea la antesala a la venida del anticristo.
II.
La Escritura
guía a la Iglesia
Los cristianos somos peregrinos en el camino hacia el
cielo. Estamos de paso por una tierra árida, desolada, hostil y oscura.
Necesitamos dirección para el camino y Dios la ha proporcionado. Salmos 119:105
dice: “Tu palabra es una lampara a mis pies, es una luz en mi sendero”.
¿Cuál es la dificultad?: Su interpretación
Las escrituras no nos dan respuestas especificas a los
problemas complejos de la vida. Pare entender y comprender el texto bíblico y
aplicarlo correctamente se necesita esfuerzo. Se requiere oración, diligencia y
comunión con los demás.
Este fue el mas grande problema que tuvo que enfrentar
Jesús.
Se puede decir que los judíos de la época de Jesús lo
crucificaron por no interpretar las escrituras de manera correcta.
¿Sera que nosotros hemos crucificado a varios por lo
mismo?
Resonancia:
Algunos consejos
-
No
interprete la Escritura de manera literal. El ojo y la mano. Mateo 18:8-9
“Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de
caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que
teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. 9 y
si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con
un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de
fuego”.
Un ejemplo
- El papel del Espíritu Santo: Escudriña, pone en evidencia lo encontrado, nos guía a enseñarla y transforma nuestra mente carnal a la mente de Cristo.
-
Entienda que en la Escritura hay mandamientos
temporales y eternos
Por ejemplo, no comer ciertas
comidas.
-
Hay que indagar sobre la cultura
Ejemplo: Las mujeres no deben
cortarse el pelo.
-
Es necesario conocer algo del idioma
Lo que significa en la
traducción al español puede que no sea lo mismo que el original.
-
Las personas que escucharon el mensaje por
primera vez vivían en contextos diferentes al nuestro
Hay que viajar en el tiempo
Algunos dirán: Eso es muy
difícil para mí. Hoy existen muchas herramientas y recursos.
Otros dirán: Eso se lo dejamos
al pastor y los predicadores. No. ES para todos. Ejemplo: Los cristianos de
Berea. Hechos 17:10.12
Se puede acercar a mi y yo le
oriento con mucho gusto.
III.
La Escritura
reforma a la Iglesia
Lamentablemente en cada época la Iglesia se ha
desviado en algún aspecto de la verdad de Dios y de sus normas de conducta. La
historia de la Iglesia es una historia dulce y amarga. En la que el hecho mas
destacado es la infinita paciencia de Dios para con su pueblo. Entonces si la
Iglesia está en constante desviación ¿Cómo se puede reformar? La respuesta es
la palabra de Dios.
¿Cuál es la dificultad? La resistencia a ser reformado.
Hay un ejemplo típico en la Escritura y es el pueblo
de Israel en tiempos de Jeremías.
Miremos que hizo este pueblo
Jeremías 2:13
“Porque
dos males han hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron
para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”.
Como
puede ser un pueblo reformado y transformado si su fe es solo una confesión
vacía.
Jeremías
18:4-6
“Y la vasija de barro que él
hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le
pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No
podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová.
He aquí que, como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi
mano, oh casa de Israel”.
Resonancia
Con toda honestidad.
¿Cuántos de los que estamos aquí hemos dejado a Dios y estamos
vacíos?
¿Cuántos de los que estamos aquí no hemos sido barro moldeable en
las manos del Señor?
Conclusión
Tres cosas
La Escritura sostiene, guía y reforma
Para que te sostenga debes prestarle atención y oírla,
entenderla para que cambie tu corazón
Para que te guie debes estudiarla diligentemente para
que puedas aplicarla de manera correcta.
Para que te reforme debes dejar que la palabra haga el
proceso de moldear tu vida.
Dios te bendiga
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