sábado, 8 de junio de 2013

LA ALEGRIA DEL PERDON SALMO 32

INTRODUCCION:

Comencemos por hablar de las paradojas (contradicciones) humanas. Una de ellas es que el hombre tiende a hacer lo que le hace daño, tiende a hacer lo que le puede destruir, tiende a hacer lo que puede causarle tristeza y depresión, tiende a hacer lo que le hace infeliz. Esta paradoja encuentra su explicación en nuestra naturaleza pecaminosa. En lo espiritual, en lo que respecta a Dios, la tendencia es a hacer todo aquello que nos aleja de Dios, es decir, la tendencia es al pecado. Si nos pusiéramos a revisar nuestra vida, ¿A qué conclusión llegaríamos?. ¿Qué estamos haciendo para estar más cerca de Dios cada día?, o ¿Qué estamos haciendo que nos aleja de Dios cada día?.

I. OCULTAR. 3,4 y 9

Callar es igual a ocultar.

Aunque Dios sabe que David ha pecado, Él no se da por enterado hasta que el mismo David confiesa.

David recurre al engaño para ocultar su pecado y no admitir su responsabilidad.

Si Betsabe no hubiera salido embarazada que hubiera pasado?. Que habría hecho David?. Es posible que las cosas hubieran sido diferentes y a lo mejor David se hubiera encontrado con más Betsabes en el camino.

Betsabe queda embarazada y David mediante el engaño trae a Urías e intenta que se acueste con su esposa pero no lo logra. Urías heteo (raza tosca y de poca belleza física pero con la mejor ética de todos los pueblos paganos de la antigüedad) le da una lección de integridad al gran cantor de Israel y entonces trama todo para que muera. El favorecido quitándole al desfavorecido, el bello quitándole al feo lo único hermoso que tiene. Terrible.

El peor de los pecados es quitarle al que poco a nada tiene.

David no confiesa. Se queda callado. Evade su responsabilidad. Cuando Natán termina de contar la historia a David, el pregunta quien había hecho semejante cosa. No se mira así mismo. Es posible que el estado de su corazón le haya impedido ver su real estado. La consecuencia de ocultar el pecado es quo el corazón se endurece.

Resonancia

Que nos dice hoy?

Antes de hablar de la Iglesia quiero hablar de lo que sucede en el mundo de hoy. Vivimos en un mundo donde nadie quiere admitir la responsabilidad de sus actos.

Vivimos en un mundo al que no le importa el daño que sus actos le causa a los demás.

Vivimos en un mundo que es experto en justificaciones y excusas.

Pregunto: ¿La situación de la Iglesia es diferente o es igual?.

La Iglesia de hoy es una Iglesia experta en callar.

La Iglesia de hoy es una Iglesia experta en ocultar.

Hombres que han embarazado a una mujer y ambos optan por el aborto. Hoy a pesar de que Dios envía a muchos Natans hay pocos Davids que confiesen.

El corazón se endurece de tal manera que no hay arrepentimiento.

Tres maneras de ocultar el pecado mediante el engaño:

- La espiritualidad de apariencia

Mostrar lo que no soy. Es la espiritualidad del todo bien.

- Aislarse en medio de la comunidad

Es común que alguien que esta en pecado se aísle de los hermanos a pesar de que asista a la Iglesia.

- Vida Farisaica

Soy perfecto. Nadie es mejor que yo. Nadie hace las cosas como yo. Me siento con derecho a criticarlo todo. No me dan el trato que me merezco en la iglesia. En algunos casos se asume una actitud agresiva y desafiante. Estas actitudes muestran que algo anda mal en el corazón.

¿Somos de los que callamos?. ¿Identificamos una de estas actitudes como la nuestra?. ¿No me importa el daño que mi pecado pueda causar a otros?. ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida?

Descubrir mi pecado ante Dios me devuelve la alegría, ocultarlo aumenta mi tristeza.

II. SUFRIR. 4,9 y 10

Cuando el pecado no se confiesa se sufre. David sufrió en carne propia las consecuencias de no confesar su pecado.

1. En lo físico

- Se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Aunque es posible que el pecado pueda enfermar el cuerpo creo que en el caso de David el problema de su alma en pecado le trajo como consecuencia falta de fuerzas, cansancio, agotamiento y otros síntomas. Es el resultado de la convicción del alma.

2. En lo espiritual

- Perdió la frescura espiritual.

- Perdió su relación con Dios.

- Perdió el gozo de la salvación.

- Quedo con el alma vacía.

“Se agravo sobre mi tu mano”. A medida que el tiempo transcurría y David no confesaba la lejanía del Señor era mayor, aumentaba. Esa lejanía era un peso muy grande para David.

3. En lo emocional.

- El peso de la culpa.

- Tristeza. El gozo desapareció y dio lugar a la tristeza.

- Frustración

- Desorientación. “No seas como el mulo”.

Resonancia:

Que sucede hoy?

A la gente no le importa autodestruirse. El pecado destruye y acaba la vida. Día a día vemos como la droga, la prostitución, el vicio, acaban con la gente.

Saben que lo que están haciendo es inmoral, pecaminoso y sin embargo persisten.

La iglesia hoy?.

Es posible que muchos de nosotros nos encontremos agotados, cansados. El pecado ha disminuido nuestras capacidades físicas. Nos sentimos sin fuerzas para luchar. Nos hemos dado por vencidos.

Es posible que el pecado nos haya dañado (enfermado) el cuerpo. Sin embargo como mulos, como personas sin entendimiento no hacemos caso y persistimos en pecar.

Es posible que nos estemos enfrentando en este tiempo con una iglesia a la cual el peso de la culpa la tiene aplastada, paralizada y consumida, ¿Por qué?, porque es una iglesia que ha perdido la batalla frente al pecado y la frustración que esto ha traído al corazón de muchos es inmensa. De tal manera que ya se tiro la toalla y se entró en un conformismo que produce un cristianismo por inercia, sin convicción y que es más una necesidad social (Muchos nos sentimos cómodos en el círculo social de la iglesia). En estas condiciones somos incapaces de escuchar y aceptar un mensaje que nos exhorta al cambio, al arrepentimiento y a la esperanza de ser diferentes. Lo anterior hace que se persista en el pecado porque ya se dejó de luchar contra él.

Es posible que muchos de nosotros estemos hoy desanimados, aun deprimidos y persistamos en el pecado. Nuestra vida cristiana es solo impulsada por la costumbre y por la comodidad que experimentamos en el círculo social de la Iglesia.

Es posible que muchos de nosotros hace rato perdimos la frescura espiritual y hoy estemos alejados de Dios y andemos por la vida y asistamos a la Iglesia sin el gozo de la salvación en nuestro corazón.

Qué clase de vida podemos tener como cristianos si hace rato no hay nada nuevo. ¿Cuándo fue la última vez que Dios hablo a mi corazón?.

Qué clase de vida podemos tener como cristianos sin una relación con Dios, lejos de nuestro Padre y sin alegría en el corazón a causa del pecado?

Ocultar el pecado y sufrir sus efectos, guardando las apariencias constituye una total falta de honestidad con Dios, cono nosotros mismos y con la Iglesia.

Ilustración: Algunos a lo mejor me criticaran por la ilustración que voy a decir a continuación pero vale como una muestra de lo que nosotros deberíamos hacer. Sin tener en cuenta las diferencias este hombre puede ser el Urías que hoy nos habla con su ejemplo. Hace unos días escuche en televisión al pontífice romano Francisco I expresar: “Todos tenemos pecados, hasta el papa tiene sus propios pecados”. Cuanta falta hace hoy esa clase de honestidad!.

Sufrir la lejanía del Padre, el peso de la culpa, la frustración, la tristeza y la desorientación que produce el pecado y aun persistir en él es digno solamente comparable a la actitud de una animal (Mulo) que no tiene entendimiento.

Por ultimo en este aspecto: Si estoy en pecado y no estoy experimentando en mi vida las consecuencias del mismo, o sea, no hay tristeza, no hay frustración, no me hace falta estar con mi Padre, entonces el problema es de conversión. Así como un día le dijimos al Señor entra en mi corazón un día le dijimos sal de él. Hay que volver a empezar.

Descubrir mi pecado ante Dios me devuelve la alegría persistir en el pecado y sufrir sus consecuencias produce tristeza y frustración.

III. CONFESAR. 1.2.5.6,7 y 11

“Y dije: Confesare”.

Luego de tan tremenda experiencia, luego de sufrir las consecuencias del pecado David decide confesar.

Es la misma historia del hijo prodigo. Un día el decide irse del lado de su Padre (En el caso de David, la decisión se concretó cuando peco), sufre las consecuencias de irse del lado de su Padre (Las consecuencias del pecado) y luego reflexiona (Cuando el pecado ya casi lo había destruido) y decide volver a la casa de su Padre arrepentido.

Ambos experimentaron en carne propia lo que era alejarse del padre.

“No encubrí mi iniquidad”. Descubrí todo delante de ti.

Claro que David necesito ayuda. Fue avergonzado y puesto en evidencia por el profeta Natan.

Es feliz quien confiesa y es perdonado. Cuando la transgresión es perdonada el rebelde es devuelto al lugar que le corresponde como súbdito.

Cuando el pecado es cubierto (Tapado. Cuando una mancha se quita con detergente), el fracaso y el vacío del corazón son cambiados por la plenitud de Dios.

Feliz el varón a quien Dios no culpa de iniquidad. Significa que Dios no lo acusa., que ha sido absuelto, liberado de la culpa. Cuando Dios no acusa es porque su gracia ha eliminado el pecado.

En cuyo espíritu no hay engaño: Sugiere que la confesión es plena, sincera, total, Que no hay hipocresía en ella. La mayor hipocresía de todas es la negación del pecado por parte de quien no ha sido perdonado.

David recupera la confianza. Ya puede ir a Dios y buscar refugio en El.

Puede adorar con libertad.

Resonancia:

Vivimos en un mundo que justifica y no reconoce. La iglesia ha sido contagiada.

Es posible que muchos de nosotros estemos viviendo la misma experiencia de David hoy. Es posible que muchos de nosotros seamos hijos pródigos, lejos del Señor aunque presentes físicamente en la iglesia.

Pregunto: Vamos a esperar que le pecado casi nos destruya para reflexionar?. Necesitamos que nos cojan con las manos en la masa para confesar?. Precisamente la diferencia entre el hijo prodigo y David es que uno de ellos no necesito un Natan. Alguien que lo confrontara y pusiera en evidencia. El solo reflexiono y se arrepintió.

Es posible que muchos de nosotros estemos hoy vacíos y frustrados.

Hay una buena noticia para nosotros hoy. Si confesamos, si nos arrepentimos de corazón hay para nosotros perdón.

Si no somos felices, si hay tristeza en nuestro corazón, el gozo del Señor nos está esperando. La gracia nos da la solución. La gracia cubre nuestro pecado, lo elimina.

La invitación es a confesarlo todo, a ser sinceros y honestos. Luego entonces con el gozo del Señor en nuestro corazón, tendremos la confianza para acercarnos a Él y vamos a poder adorar con libertad, con espontaneidad. La iglesia es la comunidad de los que han sido perdonados y ese perdón trajo alegría, amor sincero. La iglesia de hoy se ha alejado del Señor. Confesemos y recuperemos la alegría.

Para David era primordial el gozo del Señor. Cuando él se arrepiente (Salmo 51:8-13), le dice al Señor:

Devuélveme la alegría, sin embrago la Iglesia de hoy ha perdido el gozo de la salvación y parece no importarle. Sin ese gozo la vida espiritual se vuelve pesada y aburrida. Se vive un cristianismo por inercia y con una gran vulnerabilidad al pecado. El gozo de la salvación es el combustible del cristiano. Ese gozo se sostiene atraves de la santidad, la relación con Dios (Oración y adoración) y la alegría de compartir a otros el evangelio. Una iglesia sin gozo es una iglesia que se vuelve pesada, aburrida y poco receptiva.

La iglesia de hoy busca el gozo, la alegría y la felicidad en las múltiples ofertas de satisfacción que el mundo ofrece. La iglesia de hoy al igual que el mundo tiene su alegría en Dios sino en la tecnología, en la sensualidad, en el dinero, en el poder, en el pecado, etc.

David le dijo al Señor: Devuélveme mi gozo. No hay nada que pueda remplazarlo.

Dame un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. Como quien dice: Volver al pecado jamás.

No quiero alejarme nunca de tu presencia. David fue el que dijo: “Mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos”.

Que la presencia de tu espíritu este siempre conmigo.

No seamos como el mulo. Es tiempo de volver a las sendas antiguas.

Descubrir y confesar mi pecado restaura la alegría en mi corazón.

CONCLUSION:

¿Cómo esta mi vida?. ¿Sera que hay frustración y tristeza?, ¿Sera que mi corazón hoy esta vacío?. ¿El pecado ha hecho mella en mi vida y me tiene esclavizado?. ¿Estoy lejos de Dios aunque presente en la iglesia físicamente?.

Se acabó el tiempo de ocultar el pecado. Para de sufrir a causa del pecado. Es el tiempo de confesar y recuperar la alegría de ser perdonados, la alegría de estar cerca de Dios, la alegría de tener comunión con mi Padre. La alegría de disfrutar de la compañía y del amor de mi Padre celestial. ¿Cuántas cosas bellas y hermosas hemos dejado de disfrutar?. ¿Cuánto tiempo perdido en lo que no aprovecha?. Tal como lo hizo el padre de la historia del hijo prodigo así está el Padre Celestial esperando que te acerques a Él, le des de nuevo tu corazón, te alejes definitivamente del pecado y puedas disfrutar de la alegría de estar con Él. El Señor quiere hacer fiesta contigo. Él te está esperando Iglesia. Acepta la invitación.

Dios les bendiga

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

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