sábado, 31 de julio de 2010

¿De Dónde Salió Tanta Complicación?


Al observar el entorno de la Iglesia en los últimos 23 años (Tiempo que llevo con el Señor), he notado, que de una u otra forma se le añaden al evangelio o a la práctica de la vida cristiana, conceptos, practicas, ritos, estrategias, modelos, etc, que no hacen sino complicar el ejercicio de la fe para aquellos que estamos leyendo o escuchando todas estas cosas. Cuando comencé en la vida cristiana era el legalismo, el cual se podría definir como la lista de prohibiciones que uno se encontraba en las Iglesias, entre otras, “No puedes vestirte con tal prenda, no puedes ir a cine, no puedes ir a un cumpleaños así sea de un familiar, etc. Con el paso de los años esto ha ido desapareciendo, aunque aún subsisten algunas denominaciones que conservan el legalismo como parte de su práctica cristiana. De un tiempo para acá lo que ha ido apareciendo son las formas. Hay para todo los gustos. No sé cuantos modelos de evangelización (Todos se autoproclaman los mejores y revelados), diversas estrategias de guerra espiritual que según dicen son primordiales y necesarias para enfrentar al diablo y añaden: “Hay que conocer al enemigo para poder derrotarlo”, ¿Tengo que conocer al enemigo?, me pregunto. Ni que decir, del movimiento de la profecía, que dice que todos somos profetas y que lo que ha traído es desorden a muchas Iglesia. Así podríamos escribir muchas hojas y no terminaríamos en varios días. ¿Adonde quiero llegar?: Todas estos movimientos mencionados, solo son cosas añadidas que lo que han hecho es complicar la práctica de la fe y en muchos casos han hecho ver que el evangelio es difícil y complicado, que solo algunos privilegiados pueden tener el conocimiento completo, que los que se dedican a estudiar las jerarquías demoniacas son los únicos que pueden vencer al diablo, etc. Siendo sincero con ustedes mis hermanos,  les puedo decir con toda certeza lo siguiente: “Ningún modelo es indispensable, único y la revelación ultima de Dios, nada de esto se necesita para ser un buen cristiano. No tengo que conocer al diablo, ni sus estrategias, ni sus jerarquías para vencerlo, por la sencilla razón que ya esa pelea el la tuvo con Cristo en la cruz del calvario y perdió. No necesito de la profecia porque puedo ir al trono de la gracia y mi Dios me habla directamente”. Todas estas cosas que he mencionado lo que hacen es distraernos del que debería ser nuestro único y principal propósito: “Una relación intima y personal con nuestro Padre celestial”. En estos días he tenido que reflexionar y me he dado cuenta que lo que Dios anhela es que que yo vaya a su encuentro, que hable con El, que disfrute de su presencia, que experimente su amor de Padre, allí en la intimidad el quiere hablar a mi corazón, corregirme y decirme cuanto me ama”. La esencia de la vida cristiana y del evangelio mismo es que tú y yo podamos tener una relación intima y personal con Dios. La Biblia dice: “Yo soy el pastor y ustedes mis ovejas. Mis ovejas oyen mi voz y me siguen, Yo voy delante de ellas, a cada una llamo por nombre, a cada una hablo al corazón”. “Yo soy la Vid y ustedes los pámpanos, separados de mi nada pueden hacer”: El Padre me los dio, El me dio a mis ovejas y nadie las arrebatara de mi mano”. “Yo, Jesús vine para dar vida y vida en abundancia”. Sigamos el ejemplo del apóstol Juan cuando se recostó en el pecho del Señor, comencemos a disfrutar de la comunión con Cristo. En cuanto al diablo, la Biblia no dice que debo conocer sus estrategias para derrotarlo, la Biblia dice: “Sométanse a  Dios, resistan al diablo y saldrá corriendo”. La invitación es: “Entra en tu aposento y cierra la puerta y ora a tu Padre en lo secreto, que tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público”. Mi oración es: Padre quiero disfrutar de tu compañía, de tu presencia, de tu amor. Padre fortalece mi vida para seguir siendo fiel hasta el final. Jesús ayúdame a conocerte cada día mas, que en mi vida no haya lugar a las distracciones, quiero tener mi mirada puesta en ti. Amarte Señor es mi meta diaria, estar contigo es mi deseo permanente.
Dios les bendiga

domingo, 25 de julio de 2010

Haga un cuadro comparando los tres juicios centrales de Apocalipsis (sellos, trompetas y copas). Establezca las diferencias que presentan los tres juicios.

Esta pregunta hizo parte del trabajo de investigación del Modulo IV del Diplomado En Nuevo Testamento que en la actualidad desarrolla las Sociedades Bíblicas en Sincelejo – Colombia – Suramérica. Me pareció interesante compartir las respuestas con ustedes.

 

NUMERO

SELLOS

Ap 6 y 8:1-5

TROMPETAS

Ap 8:6-13; 9 y 11:15-19

COPAS

Ap 16

1

La Conquista

Granizo y Fuego

Ulceras

2

La Guerra

La Montaña Ardiendo

Muerte En El Mar

3

El Hombre

La Estrella Ardiendo

Sangre

4

La Muerte

La Oscuridad

Fuego Abrasador

5

El Martirio

Langostas

Oscuridad

6

El Fin De La Historia

Ángeles Destructores

Invasión

7

El Silencio

La Consumación

Destrucción

El cuadro anterior fue extractado del Comentario Bíblico Beacon Tomo 10, páginas 560 a 608).

Los tres juicios describen la misma cosa bajo diferentes figuras simbólicas. La común aparición del número 7 en los tres juicios indica consumación. Es interesante observar que el séptimo sello introduce el tema de las siete trompetas y la séptima trompeta introduce el tema de las siete copas, de este modo las tres series están estrechamente ligadas entre sí. (Beacon Tomo 10, Página 561).

Aunque el mensaje es el mismo, la diferencia está en la idea que las tres figuras transmiten y que tienen que ver con la cultura judía. La idea de los jinetes la encontramos en Zacarías 1:8-11 y 6:1-8, por lo tanto era una figura familiar para los judíos conocedores del AT. En la antigüedad, un documento no podría abrirse hasta que se rompieran sus sellos. Los sellos testimonian la validez del documento. En este sentido, los sellos testificarían acerca de la validez y razón del juicio de Dios.

Las clases de castigos que caracterizan a los juicios de las trompetas y las copas están asociadas con las plagas del éxodo, solo que estas se ajustan numéricamente al siete. El silencio que antecede a las siete trompetas, prepara el ambiente para que el acusador comience a hablar. Las trompetas se usaban en las celebraciones para convocar asambleas sagradas o militares o, como alertas para advertir de invasiones inminentes. De igual manera se usaban para convocar las asambleas donde los maestros o profetas tomaban la palabra. El uso de las trompetas lo encontramos en varios textos del Antiguo Testamento.

De la misma forma, las copas aparecen en el libro de Éxodo. Juan recuerda a sus lectores, que ellos, como el antiguo Israel, estaban protegidos de estos juicios que terminarían en la capitulación de sus opresores y en su propia liberación.

En el Siguiente cuadro encontramos las diferencias de los tres mensajes:

SELLOS

TROMPETAS

COPAS

Aunque el juicio es el mismo, los sellos comunican la validez del juicio de Dios. Dios tiene razón para juzgar.

Las trompetas dicen a todos: Hagan silencio que Dios va a acusar y a juzgar. Vengan a escuchar lo que Dios tiene que decir.

El juicio viene y será de esta forma, pero mi pueblo que ha permanecido fiel hasta el final, no recibirá el castigo.

Resumen extractado de: Comentario Del Contexto Cultural De La Biblia: Nuevo Testamento, paginas 766-767, 772-773 y 790.

¿Qué cosas útiles podrían hacer los ricos dentro de la iglesia, sin que se tenga que pensar solo en el dinero?

Esta pregunta hizo parte del trabajo de investigación del Modulo IV del Diplomado En Nuevo Testamento que en la actualidad desarrolla las Sociedades Bíblicas en Sincelejo – Colombia – Suramérica. Me pareció interesante compartir las respuestas con ustedes.

Podemos responder esta pregunta desde el contexto de Santiago 2:1-10

1Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. 2Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; 4¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? 7¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?

8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,  bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

De este texto podemos extractar las siguientes ideas, teniendo en cuenta que la utilidad se encontraría en el hecho de que se puedan integrar a la Iglesia y gozar de la comunión con los hermanos de la forma correcta.

- No hacer acepción de personas: Aquí la palabra acepción se refiere a favoritismo. Aunque el texto se refiere a favoritismo por parte del liderazgo, el trato debe ser igualitario cualquiera que sea la condición económica, social, profesional o intelectual.

- El dinero no debe ser una barrera para las relaciones entre hermanos.

- La actitud equivocada hacia los pobres por parte de los hermanos adinerados, es una especie de opresión y en la práctica ofende al pobre.

- El mandato de amar al prójimo como a mí mismo no tiene ninguna excepción. Todos debemos cumplirlo.

- Si un líder cae en la tentación de favorecer a un hermano adinerado, el creyente no debe aceptar el trato diferente y debe hacérselo saber a su líder y expresar la no aceptación de ese tipo de trato.

- El dar debe ser una expresión de amor hacia mi hermano y prójimo necesitado. No debe existir la avaricia en el corazón. El desprenderme de lo material para ayudar a mi hermano o prójimo siempre que se haga de la manera correcta y con la motivación correcta será una expresión del amor de Dios hacia quien recibe la ayuda.

En resumen, los ricos cuando se convierten deben entrar en la comunión de la Iglesia como cualquier hermano más.

Estas actitudes serán útiles y estimularan el amor y la comunión entre los hermanos.

¿Por qué la iglesia evangélica en su gran mayoría está dada a mostrar los hechos de fe, publicando los milagros, la predicación y conversión de personas, dejando de lado el servir al otro en el campo social?. Indique que hace su iglesia en el campo social al necesitado, después de responder a la pregunta.

Esta pregunta hizo parte del trabajo de investigación del Modulo IV del Diplomado En Nuevo Testamento que en la actualidad desarrolla las Sociedades Bíblicas en Sincelejo – Colombia – Suramérica. Me pareció interesante compartir las respuestas con ustedes.

Creemos que hay tres razones principales. En primer lugar está el desconocimiento de los hechos históricos que rodearon a la Iglesia cristiana del primer siglo y la equivocada interpretación del libro de los Hechos. Se ha pensado erróneamente que la vida de la Iglesia primitiva se caracterizaba únicamente por la explosión continua de milagros, sanidades y señales. Tan es así, que muchas iglesias manifiestan su deseo de ser como ella. La principal característica de la Iglesia primitiva era su fidelidad a Dios. Esta fidelidad en la mayoría de los casos llevaba a los creyentes al martirio. Encontramos esto en Hechos 1:8 que dice: Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Muchos interpretan la palabra poder como la capacidad, el don o la manifestación del poder de Dios en milagros, señales y maravillas. La palabra poder en el griego significa: Habilidad o Acto de poder o capacidad. El poder sería recibido para un fin u objetivo especifico, ser testigos. La palabra testigo aquí es mártir. Dándole una interpretación al texto se entendería entonces: Y recibiréis la capacidad para ser mis testigos aunque testificar les cueste la muerte. Eusebio en su historia eclesiástica nos relata lo que sucedió, muchos cristianos murieron por no negar su fe, el martirio era común y la Iglesia en 70 o 100 años tuvo solo cortos periodos para predicar el evangelio sin enfrentar a la muerte. En segundo lugar, se ha confundido conversión y discipulado con predicación y decisión de fe. La orden de Jesús fue: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Hoy no se hacen discípulos, importan las decisiones de fe. Aquí también hay una mala interpretación del texto de Romanos 10:8-10 que dice: Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.  Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Este texto se interpreta hoy en día sin tener en cuenta el auditorio original y las condiciones que rodeaban a la Iglesia en ese tiempo. En el contexto de la Iglesia primitiva que podría significar ser cristiano. Veamos algunos conceptos:

- Significaba entrar en el grupo de los perseguidos.

- Significaba el aislamiento de la sociedad no cristiana.

- Significaba el anonimato.

- Significaba la reducción de oportunidades laborales.

- Significaba invertir lo que tenía en función de predicar el evangelio.

- Significaba aportar lo que tenía para que otros pudieran predicar el evangelio.

- Significaba entender que el dar era un acto libre, espontaneo y alegre del cual no esperaba retribución alguna de los hombres ni de Dios.

- Significaba estar en constante peligro de muerte.

- Significaba en muchos casos la renuncia a tener una familia. (Eusebio).

- Significaba el gozo y la alegría de morir por causa de la fe.

De acuerdo a lo anterior, no es difícil entender que las conversiones que se producían en el primer siglo eran genuinas, sinceras y tenían en cuenta el costo. Hoy es diferente, convertirse a Cristo no representa riesgo alguno en la mayor parte del mundo, de allí que las conversiones hoy entendidas como decisiones de fe, sin que estas tengan la misma connotación y efecto, sin dejar de mencionar que en la Iglesia Primitiva también hubo excepciones. Es curioso o de notar que el texto de Hechos 2:44-47: Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Este texto se toma desde el punto de vista evangelistico pretendiendo darle sustento bíblico a las células o grupos celulares cuando en realidad eso no era lo que sucedía. Por otro lado, se pasa por la parte del compartir, del dar a otros, de la solidaridad, del amor fraternal sin ni siquiera mencionarlos. La realidad es que esto muy poco se enseña en la Iglesia. Por último y remitiéndonos al día de hoy, algunas teologías emergentes que nada tiene que ver con la Biblia han estimulado el individualismo, en este contexto se le niega la ayuda al que la necesita. Hoy se promueve el “egoísmo de los justos”. De igual manera no se enseñan muchos otros textos, cono los que encontramos en las epístolas de Juan y Santiago, que tratan muy puntualmente de la responsabilidad social del cristiano no solo con sus hermanos sino con el prójimo y qué decir del segundo gran mandamiento, el texto de Mateo 25:31-46 y la parábola de los talentos entre otros.

A nivel de la Iglesia Local, Nuestra Iglesia realiza algunas actividades en pro de ayudar a hermanos principalmente. Asistencia en problemas de tipo legal o tramites, asistencia en alimentos de acuerdo a las prioridades que se establezcan y en algunos casos ayudas extraordinarias de parte de la comunidad, dirigida a familias con problemas que necesitan solución inmediata. Somos conscientes de que no es suficiente, y siempre está en nuestro corazón la inconformidad al respecto. Tenemos algunos proyectos en el corto plazo, con el fin de proyectarnos a la comunidad o prójimo inmediato al lugar donde está ubicada la Iglesia.

miércoles, 21 de julio de 2010

Mensaje A Las Siete Iglesias (Apocalipsis) – Sardis – Parte 6

Sardis estaba localizada a unos 45 kilómetros al sudeste de Tiatira, Esta ciudad era famosa por su arte en la fabricación de lana. Alcanzo su mayor prosperidad bajo el gobierno de Creso (560 AC Aproximadamente). Fue decayendo y en el tiempo que fue dominada por los romanos su esplendor era parte del pasado y su futuro era totalmente incierto. El culto principal era el de Artemisa, también conocida como Cibeles. Era un culto inmoral y la lucha de los cristianos era por mantener la pureza. El Señor se presenta como El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas. Los siete espíritus de Dios significan El Espíritu Santo en su perfección y su obra atraves de las siete iglesias. Las siete estrellas representan a los pastores. Jesús comienza con una afirmación bastante seria: “Tienes nombre de que vives y estás muerto”, esto en clara analogía con la situación de la ciudad. La Iglesia de Sardis había perdido su vida espiritual. La Iglesia tenía mucha actividad pero poca espiritualidad. Muy probablemente tenia buena asistencia a los servicios, tenia buena logística, comités que funcionaban, eventos masivos, etc, pero está muerta dice el Señor. Tenía obras pero estas no eran perfectas delante de Dios. Un comentarista (Erdman) dice: “No realizaba nada en el terreno en el terreno espiritual, escasa labor evangelistica, carecían de una enseñanza solida y formación en la Palabra, nula proyección social, cultos formales y solemnes pero de poco impacto y significación”. Una cosa es la actividad bajo la guía y ayuda del Espíritu Santo y otra la que se hace sin contar con El. Esta era la condición de la Iglesia de Sardis. La primera invitación del Señor es: “Se vigilante” (En analogía con dos derrotas militares que había sufrido la ciudad en el pasado). Se refiere a tres cosas: Evalúa, corrige y mantente en el camino. Mira lo que esta malo, corrige tu conducta y luego permanece en el camino correcto, dice Jesús. Luego que corrijas, afirma, estructura, dale solidez a tu vida espiritual tanto individualmente como Iglesia. “No dejen”, implica un despertar, un cambio de actitud. Vigilar y no dejar, son dos actitudes básicas en la vida de todo cristiano. Basta con tener un solo punto débil en el carácter, un punto descuidado en la vida espiritual, para caer victima de nuestros deseos carnales o de la astuta estrategia de Satanás. “La vigilancia (Estar despierto, estar pilas como decimos en Colombia), es el precio de la seguridad. La Iglesia además es amonestada. “Acuérdate de lo que has recibido y oído, guárdalo y arrepiéntete”. El arrepentimiento es el primer paso, luego de arrepentirnos recordaremos la Palabra que hemos recibido y oído. Otro significado es: Vuelve al momento de tu conversión, arrepiéntete, guarda lo que has recibido y deja de estar descuidado. En resumen, el Señor lo que le dice a la Iglesia es que para permanecer fieles, necesita de cinco pasos:

1. Ser vigilante.

2. Afirmar las cosas que están para morir.

3. Acordarse

4. Guardarlo

5. Arrepentirse.

El Señor Jesucristo reconoce al remanente que ha permanecido fiel. Estas personas el las conoce por su nombre y sabe quiénes son, puede señalarlas. Los fieles no han manchado sus vestiduras. Aquí se hace una analogía con la parte cultural que rodeaba los cultos paganos en el Asia Menor. Las ropas sucias descalificaban al adorador y deshonraba al dios, eran tomadas como reflejo del estado del corazón. Las ropas limpias, en contraste reflejaban la pureza moral y habilitaban al creyente para la comunión espiritual. Llegar ente Dios con nuestro corazón sucio es deshonrarle. Nuestro corazón ha de permanecer puro si deseamos tener comunión con Dios. A aquellos que han mantenido su pureza se les hace la promesa: “Andarán conmigo en vestiduras blancas”, lo que significa una consecuencia: “Por cuanto han mantenido limpias sus ropas serán vestidos para siempre de blanco”, simbolizando la santidad divina o la justicia de Cristo. Los que han permanecido puros son dignos de este honor, el de estar con El por la eternidad. La promesa al vencedor concuerda con lo anterior. “El que venciere será vestido con vestiduras blancas”. Estas vestiduras son los cuerpos espirituales con que los fieles han de ser revestidos en la resurrección. (2 Cor 5:1,4). Las vestiduras blancas en la Biblia, denotan:

1. Festividad.

2. Victoria.

3. Pureza.

4. El Estado Celestial.

Todas las asociaciones anteriores, forman en conjunto la promesa de una vida libre de contaminación, brillante, con alegría celestial y coronada con la victoria final. Finaliza el Señor: Al que venciere, no borrare su nombre del libro de la vida. La firme promesa de salvación y confesare su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. Cristo no se avergonzara de reconocer a los suyos. (Mt 10:32).

Dios les bendiga

domingo, 18 de julio de 2010

Mensaje A Las Siete Iglesias (Apocalipsis) – Tiatira – Parte 5

Tiatira se encontraba a unos 70 kilómetros de Pérgamo, era una ciudad de Lidia cerca de la frontera de Misia. Fue construida por Seleuco I, fundador de la dinastía seleucida, fue poblada de veteranos de las campañas de Alejandro Magno en Asia. Alrededor del 190 AC, fue tomada por los romanos. Allí evidentemente había judíos. Hechos 16:14, menciona a Lidia. La Iglesia de Tiatira desapareció a finales del siglo II. En la introducción de la carta Cristo se describe como el Hijo de Dios, aquel que tiene los ojos como llama de fuego y pies semejantes a bronce bruñido. (Apocalipsis 1:14-15). Los ojos del Señor, penetran los secretos del corazón del hombre, ven atraves de toda falsedad e hipocresía. Los pies de bronce simbolizan, el poder para aplastar a los enemigos de la verdad, para castigar y avasallar. “Yo conozco tus obras, tu amor, fe, servicio y paciente fortaleza y que últimamente has hecho más que al inicio”. Era de destacar su amor al prójimo y fidelidad a Dios lo que se manifestaba en la perseverancia en la fe a pesar de cualquier circunstancia. Todo este reconocimiento es la antesala para la exhortación. El método del Señor es primero decir lo bueno para luego corregir lo malo. “Tengo contra ti, que toleras”. La tolerancia del mal es el pecado de la Iglesia de Tiatira. Se menciona a una mujer de nombre Jezabel. Esto es una clara referencia a la mujer de Acab, quien sedujo a Israel para que adorara a Baal. La opinión más aceptada el día de hoy, es que había en la Iglesia una mujer que con la pretensión de ser profetisa, había aprobado la doctrina de los nicolaitas y por esa razón era considerada la nueva Jezabel. La Iglesia de Tiatira, permitía a la falsa profetisa enseñar, dándole la oportunidad de seducir a los creyentes para que cayeran moral y espiritualmente (Fornicación y adoración de ídolos). El texto sugiere que se la había hecho una advertencia a esta profetisa pero ella había rehusado a arrepentirse, la consecuencia sería que el Señor la arrojaría en cama (Enfermedad). Los que le seguían también recibirían el castigo a menos que desistieran de tal doctrina. Si ellos no se arrepentían el Señor endurecería el castigo (Sus hijos sufrirían). El Señor conoce quien es sincero, el conoce donde están la voluntad y los afectos del hombre y actúa en consecuencia. Sigue una palabra para aquellos que no han entrado en el juego de la profetisa y luego se refiere a las profundidades de Satanás. Esta frase tiene dos implicaciones: En primer lugar, los nicolaitas insultaban y menospreciaban a los demás cristianos por no conocer las cosas profundas de Dios, pero en realidad se trataba de las cosas profundas de Satanás. En segundo lugar, los seguidores de Jezabel se gloriaban en conocer las profundidades de Satanás. Esos falsos maestros sostenían que el hombre espiritual debiera conocer las cosas profundas de Satanás (Hoy hay mucho de eso, hay creyentes que equivocadamente creen que son muy espirituales porque conocen mucho acerca de los demonios, cartografía demoniaca, liberación de demonios, etc), que debieran hacer parte de la vida pagana de la comunidad donde había inmoralidad y adoración a ídolos. A los que permanecen fieles en la fe, Cristo les declara: No os impondré otra carga e invita a retener lo que tienen o sea a permanecer en la misma actitud y comportamiento, alejados de la inmoralidad y la adoración de ídolos. En Tiatira, los cristianos tenían que ganar la batalla, viviendo en la pureza de la vida cristiana en oposición a las obras de Jezabel. La recompensa es: “Les dare autoridad sobre las naciones”. El Cristo glorificado compartirá su autoridad con sus seguidores fieles. Al que venciere le daré la estrella de la mañana. Cristo se refiere a sí mismo. La mayor recompensa que puede recibir un cristiano es el Señor. Su presencia aquí y en la eternidad es nuestro objetivo.

Al final de la serie, se darán las conclusiones de los mensajes a las siete Iglesias.

Dios les bendiga.

Mensaje A Las Siete Iglesias (Apocalipsis). Pergamo – Parte 4

Pergamo era la ciudad más próxima después de Éfeso en el recorrido que debía hacer el mensajero siguiendo la costa hacia el norte. 53 Kilómetros las separaban. Pergamo era una ciudad real, imponente, construida sobre un cerro de 300 metros de altura. Los romanos la designaron sede de gobierno para desde allí ejercer autoridad sobre un vasto territorio de sus provincias. En esta oportunidad se describe a Cristo como el que tiene la espada aguda de dos filos. La razón se encuentra en el versículo 16, la espada seria el instrumento de juicio contra los herejes. Cristo dice que Pergamo era el trono de Satanás, lo dice porque esta ciudad era el centro de culto al emperador para las provincias de Asia. Por un tiempo considerable el único templo provincial del culto imperial en Asia fue construido en Pergamo en honor de Roma y Augusto (29 AC Aprox). Luego se construyen dos templos mas, uno en honor a Trajano y otro en honor a Severo. De esta manera Pergamo fue la primera ciudad que ostento el titulo de guardiana del templo. En el inicio del texto, la alusión a Satanás, representa “La autoridad oficial y el poder que se opone a la Iglesia”. En este caso los emperadores y la imposición de que se les adorara por que se creían dioses o divinidades. Fuera de eso había otra gran cantidad de templos y altares a las afueras de la ciudad en donde se le rendía culto a deidades paganas. De allí entonces que se le mencione como la ciudad donde está el trono de Satanás. La oposición que encontraban los creyentes en semejante ciudad, añadido a que no podía haber negativa a adorar dioses por imposición del estado hacía de este lugar una amenaza para los discípulos. En todo este ambiente, la Iglesia Cristiana de Pergamo tiene algo que resaltar. “Pero retienes mi nombre y no has negado mi fe”, a pesar de que un miembro de la Iglesia llamado Antipas fue asesinado por los romanos. Las amenazas eran constantes y la muerte estaba cerca, sin embargo los cristianos de Pergamo permanecían fieles. “La fe genuina sale a relucir en los momentos de extrema angustia, amenaza y dolor. Es muy fácil expresar la fe donde no hay peligros que sortear”. Según la historia, en Pergamo fueron ejecutados muchos cristianos. Por ser sede del gobierno, eran llevados allá creyentes de otras ciudades del imperio para ser juzgados y martirizados. Luego el Señor le reclama a la Iglesia, que consienta y acepte como miembros a los que retienen la doctrina de Balaam (Antiguo Testamento). Balaam es descrito como el que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel (Nm 22:1-24:25). Cuando Dios impide que Balaam maldiga a los hijos de Israel, este sugiere otra manera de atraer la maldición divina sobre el pueblo. (Nm 31:16). Envían a las mujeres de Moab a seducir a los varones de Israel con el propósito de hacerlos caer en lo moral y en lo espiritual. En lo moral por que caían en adulterio o fornicación y en lo espiritual, porque desobedecían a Dios teniendo relación con mujeres extranjeras lo que traía como consecuencia al final la adoración de ídolos paganos por parte de los israelitas. (Nm 25:1-9). Eso fue una vil trampa en la que los israelitas cayeron ingenuamente. Jesús denuncia de manera directa y dice: “Hay miembros de la congregación que tienen relaciones inmorales o se casan con mujeres paganas y además adoran sus dioses”. En esta forma de pensamiento era admisible, la adaptación a las costumbres paganas a fin de evitar la persecución. Defendían el comer en los templos paganos y participaban en el culto a los ídolos que implicaba cometer fornicación con las “vírgenes” del templo. Jesús les dice: ¿Ustedes también van a caer en la trampa?. Entonces la pregunta del Señor es: ¿Cómo aceptan en la Iglesia personas que tienen este tipo de comportamiento?, son un mal ejemplo. O se arrepienten y cambian para quedarse o siguen iguales para irse. El Señor prosigue con otro reclamo: “También tienes en la Iglesia a los que retienen la doctrina de los nicolaitas, la que yo aborrezco”. Los nicolaitas eran personas que querían establecer jerarquías dentro de la Iglesia cristiana. De alguna manera, ellos se creían superiores y con derecho a mandar sobre el pueblo. Esos aires de superioridad sobre los demás, provocan la reacción del Señor cuando dice “Aborrezco su doctrina”. Muchos dicen inclusive que esta doctrina dio origen a lo que luego sería el papado en la Iglesia católica romana. Jesús no quiere este tipo de jerarquías, ni personas que se sientan superiores o mejores, El quiere humildad, servicio, tolerancia y amor. ¿Qué le diría Jesús a la Iglesia Neo pentecostal del siglo XXI?, ahí les dejo la inquietud. Estas dos referencias de Jesús a falsas doctrinas en la Iglesia de Pergamo y la manera como las toleraban, ponen al descubierto la actitud equivocada y temerosa de la misma. El Señor no confronta a los herejes, le reclama a la Iglesia por no hacerlo. El Señor le dice a la Iglesia: “Arrepiéntete”. ¿De qué tenía que arrepentirse la Iglesia?: De no confrontar y expulsar de ella a los herejes. Suena duro, drástico, pero ese es el sentido y la fuerza del texto. Si la Iglesia no asume su papel, entonces el Señor no solo la juzgara a ella sino también librara una guerra contra la herejía cualquiera que sea su origen. “El que tiene oídos para oír oiga”. Este es un reproche diplomático a aquellos que se dicen cristianos, rara vez abren sus biblias para leerlas y estudiarlas. Todo lo que tiene que ver con nuestra salvación depende de prestar oído a la Palabra Divina y del uso diligente de nuestros privilegios de oír, señalar, aprender y digerir interiormente lo que que ella contiene. ¿Cómo vas a defenderte de la herejía si no conoces la verdadera doctrina?. “Al que venciere”, se le promete el mana escondido. Dos cosas: La primera, la frase “Al que venciere”, no significa aquí, “El que llegue hasta el final”, significa o se refiere a aquel creyente que asuma la actitud correcta frente a la herejía, a ese se le dará el mana escondido. Frente a las varias interpretaciones que se le da a la frase el “mana escondido”, me quedo con esta: “El mana escondido es la comunión con Cristo hoy, alimentando nuestras almas con el pan de vida”. Según mi visión particular, esta interpretación se ajusta más al tema, ¿Por qué?: Se viene hablando de las herejías. Estas tienen dos efectos principales: El primero es que forman en las personas un concepto equivocado de Dios, y el segundo es que producen actitudes y comportamientos equivocados hacia la Iglesia y los demás. Les pregunto: ¿Cómo puede relacionarse una persona con Dios y aprovechar esa relación para crecer, para alimentarse, para edificarse, si tiene un concepto equivocado de El?, ¿Cómo podrá actuar esa persona con respecto a su prójimo?. “Si mi concepto de Dios es formado por la Palabra, entonces tendré el concepto correcto y la forma correcta de relacionarme con Dios y día a día cuando entre a su presencia tendré el placer de alimentarme de ese mana escondido, celestial que es Cristo mismo”. No puedo contener un aleluya. Una segunda recompensa es una piedrecita blanca. El Señor hace alusión a la costumbre pagana de escribir en piedras. Pablo encontró en Atenas una piedra que decía: “Al dios no conocido”. A estas inscripciones en piedra se les atribuía en razón a los dioses a que se dedicaban, poderes mágicos. Lo que el Señor quiere decir es lo que El escribe si tiene efecto en la vida del hombre. Contrasta esto con la ineficacia de la práctica pagana. El escribirá en la piedra blanca el nombre del cristiano victorioso y el nombre de Dios. ¿Quien es el hombre victorioso?: El que tiene una correcta relación con Dios. En esta relación Dios es El que pone las condiciones y nosotros debemos obedecer. Este nuevo nombre que recibe el cristiano se refiere más a calidad de vida espiritual. La piedrecita blanca con mi nombre y el de Dios es el testimonio de una relación que me conduce cada día a El, a amarlo, a obedecerlo, a seguirlo, a serle fiel y a perseverar hasta el final, significa que voy en el camino correcto.

Dios los bendiga

sábado, 17 de julio de 2010

Predicaciones En Audio

Les dejo este enlace de la pagina de la Iglesia Comunidad Cristiana El Redil de Medellín – Colombia. En ella pueden encontrar predicaciones del hermano Jorge Atiencia, Milton Acosta, Theo Donner y otros.

http://redil.org.co/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=66&Itemid=54

Dios les bendiga

¿Qué es lo que leemos?

Al visitar cualquier librería cristiana y permanecer en ella por espacio de una media hora o más, dedicándonos a observar a los hermanos que entran y lo que solicitan, nos damos cuenta que en la mayoría de los casos preguntan y compran libros que tienen que ver con testimonios de conversión, de ministerios, de experiencias con ángeles, etc, otros compran libros de guerra espiritual y ocultismo de fachada evangélica. Con el perdón de todos ustedes mis hermanos, hoy me veo en la obligación de decirles que tales libros no sirven en realidad para ayudarnos a crecer en la fe y en el conocimiento de Dios. El problema de hoy es que se le ha dado más importancia a los actos de Dios y a las cosas accesorias que de ellos se desprenden que al mismo Dios añadiéndole elementos que lo que hacen es atraer nuestra morbosidad y curiosidad. Estas actitudes con el tiempo se convierten en hábitos malsanos y que desvían del objetivo de profundizar en el conocimiento de Dios haciéndonos creer que lo que debemos conocer son las estrategias del diablo y no a Dios. A mí no me interesa como la bruja que se convirtió levitaba, a mi no me interesa como era la pócima que usaba para dominar a la gente, a mi no me interesa como el diablo o los demonios supuestamente arrojaban a una mujer contra la pared y esta terminaba en el hospital después de haber peleado con Satanás. En cuanto al diablo, la Palabra es muy clara: “Someteos pues a Dios, resistid al diablo y el huira de vosotros” Santiago 4:7. Mi preocupación es conocer a mi Padre, relacionarme correctamente con El, amarlo, obedecerlo, seguirlo, serle fiel y ayudar a otros para que también lo hagan. Que gano yo con saber los nombres de los demonios, donde están ubicados (cartografía espiritual), quien es el comandante (como si yo necesitara hacerle inteligencia al diablo). Todo eso es basura. Busquemos a Dios, acerquémonos a El, entreguemos nuestra vida al Señor y sirvamos con corazón sincero expresando nuestro amor al prójimo en el servicio. Libros como los de Héctor Torres, Ana Méndez, Rebeca Brown, Frank Hammond (Cerdos en la sala, terrible literatura) y otros son muestras de libros comerciales, que se venden mucho, pero de utilidad nula para el creyente. El que conoce a Dios bien, va a estar en capacidad por el discernimiento que Dios da, de saber y conocer las artimañas del enemigo en su contra. No perdamos de vista el objetivo: “Conocer a Dios el Padre y a Jesucristo su hijo y gozar y disfrutar de la ayuda y asistencia del Espíritu Santo”. Les invito a cambiar los hábitos de lectura. En ese sentido, les dejo el enlace de un libro de un teólogo católico, que bien nos da ejemplo a muchos de nosotros de lo que debería ser un libro para leer. Aunque tiene algunos mínimos elementos de teología católica, esto no le impide comunicar de una manera sencilla y profunda a la vez lo que es Dios como Padre. Se los recomiendo altamente y ojala reciba sus comentarios luego de que lo lean. A lo mejor no faltara el que diga que me estoy volviendo católico o soy un infiltrado, lo único que puedo decir es que Dios me ha dado la sabiduría para reconocer cuando un libro es bueno y puede edificar y fortalecer mi relación con El, ayudándome a conocerlo mejor. Den al libro el beneficio de la duda, léanlo y compartimos.

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Cortesía de: Santa Lectura - http://santalectura.blogspot.com/2010/07/dios-padre-meditaciones-biblicas-luis.html

Dios les bendiga

miércoles, 14 de julio de 2010

La Modernidad en el Siglo I ¿Tiene miedo de acercarse a Jesús? Por: Milton Acosta

En América Latina conviven las épocas pre-moderna, moderna y posmoderna. No es extraño en algunas de nuestras ciudades observar un antiguo “revolucionario” hablando por un teléfono celular satelital en un Mercedes-Benz del estado, mientras espera que cambie el semáforo; simultáneamente escucha a Mercedes Sosa, mientras observa por la ventana blindada a un reciclador en su vehículo de tracción animal. De este vasto y fascinante tema de las épocas, nos interesa aquí la limitación de las clasificaciones que se hacen de la humanidad y la discapacidad hermenéutica que puede producir en el intérprete de la Biblia, de los tiempos bíblicos y del nuestro.

Entre las muchas características que se podrían mencionar de la modernidad, hay dos sobresalientes: la confianza de la humanidad en los académicos y la confianza de los académicos en sus métodos. Pero, estas dos características parecen haber existido mucho antes de la modernidad. Y sobre ellas muchos tomaron y persuadieron a otros a tomar decisiones sumamente importantes.

Es cierto que los tiempos cambian, pero no del todo. El Evangelio de Juan muestra la confianza que la gente tenía en los académicos y la confianza de los académicos en sus métodos. La fórmula para decidir si creían o no en Jesús era más o menos así: Para que lo que se afirma pueda ser creído, debe haber sido creído primero por un académico; y si nuestros métodos de hacer historia y de confirmar la verdad no lo aseveran, no se puede creer. Así pensaban en el siglo primero personas que muchos siglos después hubiéramos llamado modernistas. Veamos.

Juan 7:48–53 relata algunos aspectos de la discusión sobre el origen de Cristo. Como se observa en el texto, hay muchas opiniones sobre quién es Jesús, algunas a favor, otras en contra. Los dos extremos son obviamente los que creen y le siguen (para hacerlo su rey), y los que no creen y le persiguen (para eliminarlo). El argumento de estos últimos para no creer en Jesús tiene dos pilares. Lo presentamos textualmente para evitar sospechas de tergiversación de la Biblia: 1) “¿Acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo? Pero esta gente que no conoce la Ley son unos malditos” (vv.48–49); y 2) “Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta” (v. 52b).

Los fariseos no son meros “religiosos.” Son personas racionales que llevan su racionalidad hasta las últimas consecuencias. Toman sus decisiones a partir de un análisis de los datos, los antiguos y nos nuevos. La violencia contra Jesús es tema de otra discusión, pero por lo menos uno debe suponer que rechazan a Jesús porque quieren actuar responsablemente. No pueden traicionar ni su tradición ni sus métodos de interpretación. Por lo menos eso es lo que se ve superficialmente.

Cuando uno constata esto en el Nuevo Testamento, le parece estar leyendo a Hume, a Lessing, a Ritschl o a Harnack. Las clasificaciones de las épocas de la historia y sus características son útiles mientras no nos hagan creer que “esto es primera vez que ocurre.” Algunas formas de pensar son simplemente humanas y como tales trascienden los siglos, las épocas y las generaciones.

¿Cuál era el problema de los que rechazaron a Jesús por su confianza en los académicos y por la confianza de éstos en sus métodos? Hay varios factores que se podrían mencionara para explicar su menosprecio por Jesús. Pero hablemos solamente de un par. Los capítulos siguientes de Juan muestran que detrás de este andamiaje intelectual y teológico se esconden dos cosas: el miedo y la parálisis que este produce. Estos fariseos no pueden estar abiertos a la idea de que Jesús es el Cristo porque los que tienen la sartén por el mango han dicho que quien confiese que Jesús es el Cristo será expulsado de la sinagoga (Juan 9:22). Eso hace que la posibilidad ni se considere porque aparentemente para ellos extra sinagogam nulla salus.

Este último dato nos lleva inevitablemente a una tercera razón por la cual hay personas que rechazan a Jesús. No tiene nada que ver con sofisticación intelectual ni con estadísticas ni con modernidad. Se trata simplemente del miedo a dejar de pertenecer a los círculos a los que se ha pertenecido, los cuales dan un sentido de comodidad, de pertenencia y de valoración como individuos. Claro, tampoco debemos engañarnos con falacias lógicas y pensar que si alguna propuesta desafía a los académicos y produce miedo es porque es verdadera puesto que ser cristiano no significa ser anti-intelectual, como algunos piensan erróneamente.

Tomado de: www.pidolapalabra1.blogspot.com

sábado, 10 de julio de 2010

Mi Identidad

Mi hermano Miguel Esquivel me escribe y pregunta acerca de mi identidad. Mi perfil contiene toda la información. Soy un colombiano que se entrego al Señor el 18 de Enero de 1.987. Desde ese momento, la inquietud fue por el estudio de las escrituras. Tuve contacto con el hermano Jorge Atiencia en 1.990, en un congreso de pastores que asistí en un municipio colombiano cerca a Bogotá, Melgar (Tolima). Para mi fue una bendición especial, Dios impacto mi vida atraves de su ministerio y desde ahí mi orientación ministerial quedo totalmente definida. Dios ha sido bueno y hasta hoy sirvo a la Iglesia en el ministerio de la enseñanza de la Palabra.

Dios los bendiga

La Biblia y La Sexualidad Por Juan Stam

Agradezco mucho la invitación de participar en este foro y felicito a las entidades que lo patrocinan. Difícilmente habría un tema más urgente para la problemática de nuestra sociedad hoy. Voy a organizar mis comentarios bajo dos temas: la teología del cuerpo físico y la teología de la sexualidad.

 

La teología bíblica del cuerpo físico[2]

Desde su primera página, la Biblia insiste en el valor positivo de toda la creación material. Según el primer relato de la creación (Génesis 1:1-2:4a), siete veces Dios declara “bueno” el mundo material que va creando (la luz 1:3; tierra y mar 1:10; vegetación 1:12; astros 1:18; peces y aves 1:21; animales 1:25; humanidad 1:31). La última, después de la creación del ser humano, califica “todo lo que había hecho” Dios como “bueno en gran manera”. Frente a mitologías contemporáneas que atribuían el origen del mundo a pleitos y caprichos de los dioses, o filosofías antiguas que despreciaban la materia y el cuerpo, la tradición hebrea afirmaba enfáticamente lo bueno de la realidad creada.

Esta afirmación de la materia y del cuerpo se refleja a través de las escrituras hebreas en la franqueza y la naturalidad con que tratan los temas biológicos y las funciones fisiológicas, tanto que nuestros modernos traductores a veces lo encubren con eufemismos menos chocantes a la sensibilidad occidental. Se expresa, también, en una muy simpática anécdota del Talmud. Parece que un día el Rabí Hilel estaba enseñando a sus discípulos y se le vino la necesidad urgente de ir al baño. Cuando pidió permiso de ausentarse, sus discípulos, un poco picarescos, le preguntaron, “¿Y a dónde te diriges?” Su respuesta los sorprendió: “Voy a cumplir un precepto divino”. “¿Eso es un precepto divino?”, le preguntaron. Y contestó: “Sí, el de cuidar el cuerpo”, porque Dios lo creó y lo declaró bueno.[3]

Es importante recordar que el pensamiento hebreo no admitía ninguna dicotomía dentro de la persona humana. El dualismo de cuerpo y alma, o la tricotomía de cuerpo, alma, y espíritu, no vinieron de la enseñanza bíblica sino de filosofías griegas. Al traducir los términos hebreos de Ruach (viento, aliento) y Nefesh (vida) por pneuma y psujé, respectivamente, en las escrituras cristianas, el dualismo extra-bíblico invadió al cristianismo por la tendencia de entender los términos en su sentido griego en lugar de su original sentido bíblico.[4] Esa infiltración condujo a una exaltación del espíritu o del alma racional y un desprecio al cuerpo. En la antropología hebrea, cuerpo y espíritu son inseparables y merecen igual respeto.

Un cántico a la vida del cuerpo es el libro de Cantares, en contraste con los constantes esfuerzos de espiritualizar su mensaje. Describe detalladamente el cuerpo femenino (4:1-5) y masculino (5:10-16) con gran realismo y erotismo. El libro respira “el placer de saberse cuerpo digno de ser cantado”.[5] Bien comenta Elsa Tamez que sería imposible imaginar Cantares “sin cuerpos, caricias y besos, pero tampoco se puede deleitar la lectura del texto pasando por alto la fertilidad de la tierra, la frescura de las frutas y la belleza de los animales”.[6] En las escrituras, la teología de la creación es de una sola pieza.

El cuerpo tiene central importancia también en las escrituras cristianas. El anuncio de Juan el Bautista y de Jesús de Nazaret era que el Reino de Dios se había acercado. Los discípulos llegaron a percibir que Dios mismo estaba presente en este extraordinario Galileo, presente de manera única en una vida humana y en un cuerpo físico. El autor del cuarto evangelio lo describió como una encarnación (“El Verbo era Dios...y el Verbo fue hecho carne”, Jn 1:1,14). Mucho de la actividad del Mesías consistía en sanar los cuerpos, alimentarlos, y dignificarlos. En su cuerpo de carne y hueso, según el evangelio cristiano, nos redimió por la entrega de ese cuerpo en la Cruz (cf. Romanos 8:3-4). Y con su cuerpo resucitó, se presentó a sus discípulos, caminaba con ellos y comía con ellos. San Pablo describe el cuerpo de los fieles como “templo del Espíritu Santo” (1 Corintios 3:16-17; 6:19-20). Y todo el Nuevo Testamento promete también la resurrección final del cuerpo como triunfo definitivo de la vida sobre la muerte. Después el libro de Apocalipsis termina con la promesa de una nueva creación, de cielo y tierra (Apoc 21-22). Todas esas enseñanzas pueden ser muy discutibles, pero dejan más allá de toda duda la importancia decisiva del cuerpo en las escrituras cristianas.

Especialmente significativo al respecto es el prólogo del cuarto evangelio (Juan 1:1-18). El autor comienza con una terminología muy familiar y querida por los círculos filosóficos de la época en Asia Menor: la doctrina del Lógos.[7] El Logos era la primera emanación de dios (theós), junto con sabiduría (sofía), virtud (areté) y otras. Pero ni dios ni ninguno de ellos tenían la menor relación con la materia, mucho menos la habían creado. La materia la creó una emanación muy inferior, mal nacida, llamada “el Demiurgo”. Por eso, en esas filosofías (sobre todo neoplatonismo y después gnosticismo), el Logos servía precisamente para aislar a dios de todo lo material y físico.

Pero después de haber apropiado así el lenguaje del Logos, el autor refuta toda esa filosofía con dos contradicciones rotundas. Primero, afirma que todo fue creado por el Logos (no por el despreciado Demiurgo); nada del mundo material fue creado sin él (Juan 1:3-4,10). Segundo, y mayor escándalo, ese mismo Verbo no sólo creó todo lo material sino él mismo también se hizo carne, se hizo cuerpo físico y material (Juan 1:14). Era la refutación más contundente del idealismo anti-materialista de esas filosofías. Como mucho pensamiento bíblico, este enfoque tan realista podría llamarse una especie de “materialismo histórico”, pero jamás “idealismo anti-materialista”. Aunque ese idealismo abstracto es en realidad lo más opuesto al enfoque bíblico, lamentablemente a través de los siglos ha dominado mucho de la teología cristiana.

 

La teología bíblica de la sexualidad

Los dos relatos de la creación al inicio del Génesis (1:1-2:4a; 2:4b-25) dan un lugar prominente a la sexualidad. Cuando el relato sacerdotal describe la creación humana a la imagen y semejanza de Dios, agrega que “hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27). De eso entendemos que la condición sexuada, tanto de la mujer como del hombre, pertenece a la esencia de la imagen de Dios en el ser humano. En seguida el Creador pronuncia su bendición sobre esa sexualidad y da un mandamiento sexual: “Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla” (1:28). Es obvio en estos textos que la práctica sexual, única manera de procreación humana, pertenece al plan de Dios y su perfecta voluntad para la humanidad.

Es importante insistir en que según este relato, la sexualidad existe antes del pecado y totalmente aparte del pecado. Es más bien la intención pura y original del Creador. Además, según la Biblia, el sexo no tuvo nada que ver con el origen del pecado en la humanidad. El relato de Génesis refuta dos de los “mitos” que creen muchas personas: que la sexualidad comenzó con la caída en pecado, y que el trabajo fue castigo por la desobediencia. Al contrario, la bendición y mandamiento de Génesis 1:28 sitúa la procreación sexual dentro del mismo orden de la creación, y el contexto (1:26—30) implica que el trabajo también antecedía al pecado. El segundo relato lo hace explícito: Adán, aun antes de desobedecer, está llamado a labrar la tierra y guardarla (2:15).

Ni el sexo ni el trabajo comenzaron con el pecado. La sexualidad, en el estado de inocencia que describe el Génesis, era pura y perfecta; el sexo en sí, en todas sus dimensiones, es santo. Lo que el pecado introdujo fue el desorden (3:13,16), el abuso del sexo, el usar la otra persona en vez de amarla. En forma parecida, la esencia del trabajo humano en el plan de Dios era creatividad y libertad, a la imagen del mismo Creador. El pecado cambió el trabajo de creatividad a fatiga y carga pesada.

Mientras el primer relato de la creación relaciona la sexualidad con la procreación, el segundo lo enfoca en términos del amor, el compañerismo, y la solidaridad de la pareja. En esta versión, muy diferente del primer capítulo, Yahvé crea primero a Adán de la tierra (hebreo Adamah) y le prepara un huerto (2:7-8). Pero por primera vez en la Biblia se dice que algo no está bien: “No es bueno”, dijo Dios, “que el hombre esté solo” (2:18). El ser humano es un ser social, creado para el compañerismo con otros seres humanos. Entonces, con un simbolismo curioso, frente a la soledad de Adán Dios crea los animales. Dios los lleva a Adán, quien les da nombre (2:19). “Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre” (2:20). A continuación, Yahvé crea a la mujer del mismo ser del hombre. Igual que antes, Dios la lleva a Adán y Adán le da nombre (mujer, ishá). Ahora ha aparecido la compañera para hacer completa la vida humana sobre la tierra, y Adán la declara “hueso de mis huesos y carne de mi carne” (2:23). En el perfecto designio de Dios, “los dos se funden en un solo ser” (2:24) y ninguno sentía vergüenza de su desnudez (2:25). Llama la atención que todo este relato yahvista se concentra en la relación humana como realización y comunidad de la pareja, sin la menor referencia a la procreación de hijos e hijas.

Otro texto que destaca, mucho más eróticamente, la relación de pareja es Cantar de los Cantares. Es un drama muy sensual, sin pudores ni tabúes, sobre el amor apasionado de la sulamita y su muy enamorado novio. Los primeros renglones introducen el tono de intenso deseo físico que caracteriza todo el libro. Dice la sulamita a su amado:

Ah,, si me besaras con los besos de tu boca...

¡grato en verdad es tu amor, más que el vino!

Grata es también, de tus perfumes, la fragancia;

tú mismo eres bálsamo fragante.

¡Con razón te aman las doncellas!

¡Hazme del todo tuya!

Date prisa!

¡Llevame, oh rey, a tu alcoba!

Sucesivos pasajes describen con gran detalle la belleza del cuerpo femenino (4:1-5; 6:5-12; 7:1-9) y del masculino (5:10-16). Hay invitaciones a encuentros amorosos en el jardín, en la alcoba, y en el campo. Y lo sorprendente en todo este largo poema es que nunca relaciona el amor erótico con la familia ni con los hijos. El amor sexual, con todos sus anhelos y deleites, se trata en Cantares como un valor en sí mismo, que no necesita ninguna otra justificación.

En ese aspecto, el Cantar de los cantares puede verse como un extendido comentario sobre la palabra “bueno” en el primer capítulo del Génesis. Cuando Dios bendice la sexualidad humana, y ordena la práctica sexual de la pareja, está bendiciendo el mismo proceso de deseo y deleite que se experimenta también hoy. El relato implica que todo el sistema fisiológico de la sexualidad fue creado bueno y santo por nuestro Dios, antes de que mediara el pecado. Todo el sistema nervioso asociado con la experiencia sexual, las diversas zonas erógenas del cuerpo, las hormonas y las glándulas y todos los demás aspectos de esta maravillosa “máquina de placer” (por expresar así este aspecto de la fisiología sexual), no es un producto del pecado, ni una trampa maliciosa de Dios para probar nuestra resistencia, sino una parte esencial de la creación primigenia y de la imagen de Dios en los seres humanos. Como tal, es “bueno en gran manera” (Génesis 1:27-31).

Algunas corrientes de ascetismo cristiano (p.ej. unos extremos del pietismo protestante) han enseñado que el sexo es necesario y bueno como medio de procreación, pero que cualquier placer sensual anexo al acto sería pecado. Llama la atención que las escrituras hablan con mucha naturalidad del orgasmo femenino (“el deleite”, Génesis 18:12) y hasta emplea los mismos términos para el deleite del alma en Dios (Salmos 36:9; cf vocablos parecidos en Salmos 1:2; 16.11). En ningún momento las escrituras separan el acto sexual (como bueno) del placer que conlleva (como malo).

En la larga historia de la teología cristiana, con lamentable frecuencia se ha denigrado el sexo y específicamente a la mujer como causa de pecado mediante el deseo erótico. En ese contexto es muy interesante, y bastante sorprendente, un pasaje de la Suma Theologica, Parte Primera, cuestión 98, primera parte. Aquí el “Doctor angelicus” plantea dos preguntas curiosas: Si en el estado de inocencia había procreación, y si dicha generación hubiera sido mediante el coito. A la primera pregunta Aquino contesta que sí, porque el mandamiento de reproducción sexual fue dado a la pareja antes de pecar, y al contrario el pecado hubiera sido necesario para la bendición que Dios pronunció sobre la procreación humana. A la segunda pregunta, del coito, Santo Tomás explica que precisamente la dualidad sexual es en orden a dicho acto sexual. Entonces sigue a preguntar si en el paraíso el coito se hubiera acompañado del placer sensual (el orgasmo). Aquino reconce que la concupiscencia desordenada es consecuencia del pecado, pero en seguida afirma que “en el estado de inocencia el deleite sensual no hubiera sido menos sino tanto mayor en proporción a la mayor pureza de la naturaleza [humana] y la mayor sensibilidad del cuerpo”.[8]

Las escrituras cristianas afirman también el valor positivo del sexo y exhortan a “tener todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado” (Hebreos 13:2 BJ). Aunque San Pablo, por situaciones pastorales y por sus perspectivas escatológicas, tiende más hacia cierto ascetismo, también afirma los valores del matrimonio y lo pone como figura de la relación de Cristo y la iglesia. En el contexto de consejos pastorales, expresa la mutualidad corporal del sexo en términos de deberes y derechos: “El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa” (1 Corintios 7:3-4).

Conclusión

Encontramos en las sagradas escrituras una valiosa teología de la sexualidad, y quizá aun más, una espiritualidad (o una mística) de la sexualidad humana. Es desde el incio una valoración muy positiva del sexo, dentro de perspectivas humanizadoras de esta dimensión tan importante de la existencia. Podemos resumir esta visión de la sexualidad bajo los tres propósitos del sexo que hemos encontrado en nuestro recorrido por la Biblia:

1) El fin primordial de la sexualidad humana es la unión y comunión de dos seres en amor (Génesis 2; Cantares). Según Génesis 2 hemos sido creados para comunidad, con la tierra y con el reino animal pero sobre todo con el sexo opuesto. Génesis 1 distingue la creación de los animales y su reproducción de la creación y la sexualidad humana. Aunque los procesos fisiológicos son casi idénticos (aparte de los estros de muchas hembras animales), el sentido existencial y teológico es cualitativamente distinto. Y es precisamente la profunda dimensión afectiva de la sexualidad humana, plasmada en una entrega total e incondicional, la que marca el carácter interpersonal de nuestra sexualidad como seres humanos.

Sin el amor genuino, la relación sexual se vuelve egoísta y frustrante, sin realizar su verdadero propósito y sentido. Muchos pasajes bíblicos insisten en esta realidad. Muy dramático es el relato de Amnón, hijo de David, que se enamoró locamente de su hermana Tamar (2 Samuel 13). Como ella no respondió a sus avances, Amnón la engañó con un truco y después la violó a la fuerza. Una vez logrado su vil propósito, dice el texto, “el odio que sintió por ella después de violarla fue mayor que el amor que antes le había tenido” (13:15). Sexo sin amor termina en desprecio y odio; sexo con amor sincero y compromiso mutuo, es la voluntad de Dios y trae bendición y vida.

2) Un segundo propósito del sexo, que debe reconocerse y respetarse, es el placer erótico. En su sabiduría Dios ha asociado dos funciones fisiológicas humanas, el comer y la reproducción, con grandes estímulos sensuales. El Creador no hubiera diseñado un sistema tan complejo de estímulos y respuetas, de anhelos y satisfacciones, si el placer que produce fuera contra su propia voluntad. Dentro del debido compromise personal, este placer debe disfrutarse en su plenitud, con acción de gracias al Creador.

3) Un tercer propósito del sexo es, obviamente, la procreación. Sin embargo, lejos de ser el definitivo “fin natural” que justificara los demás fines, es de hecho el menos importante. Un matrimonio, debidamente casado y que produce cada año un niño, pero que no se aman ni disfrutan mutuamente del placer sexual, es un matrimonio que no está realizando la voluntad de Dios. En cambio, una pareja por alguna razón impedida de tener hijos o que por razones justificadas planifica su procreación, pero que se aman sincera y profundamente, no sufre ningún desmedro debido sólo a la falta de los hijos. Por otra parte, una pareja que se ama pero que se cierra al deleite mutuo que tanto ensalza el Cantar de Cantares, tengan o no hijos, no está realizando la visión bíblica del sexo. Se les recomienda leer juntos el libro de Cantares, de noche en la cama, a la luz de una romántica candelita.

PERSPECTIVAS ESPIRITUALES DE LA SEXUALIDAD:

El SEXO EN LA ENSEÑANZA BIBLICA


[1] ) Esta ponencia fue escrita para una consulta del Fondo de Poblacion (Naciones Unidas) y la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (Universidad Nacional de Costa Rica) sobre "Espiritualidad y Sexualidad" (2002).

[2] ) Para este inciso remito al reciente artículo de la joven teóloga cubana, Cristina García Alfonso, “Lenguaje del Cuerpo, Lenguaje de Dios” en Journal of Hispanic/Latino Theology VII:3, febrero 2000, pp. 35-45.

[3] ) Jaime Barylko, El Talmud (BsAs: Ediciones Lumen, 1991), p.97.

[4] ) G.Bof en Nuevo Diccionario de Teología, eds. G. Barbaglio y S. Dianich (Madrid: Cristiandad, 1982), I:673-676; Hans Walter Wolff, Antropología del Antiguo Testamento (Salamanca: Sígueme, 1975).

[5] ) Elsa Tamez, “Cuerpos para admirar, amar y cuidar”, Salud es salvación integral (Quito: CIEMAL-CLAI 1991) p.36; García Alfonso op.cit. p.39.

[6] ) Elsa Tamez, “Dador de Vida, Mantén tu Creación” en Ven Espíritu Santo, renueva tu creación (Quito: CLAI 1990), p.73.

[7] ) Debe tomarse en cuenta que todo este pasaje tiene raíces también en las escrituras hebreas, además del marco de referencia filosófico expuesto aquí.

[8] ) Para Tomás, el sexo era tan parte de la naturaleza humana como el comer. Por eso, en el Edén todos se hubieran casado. Ya que eso requería igual número de muchachos que de muchachas, Tomás afirmaba que los padres hubieran podido determinar el sexo de sus hijos; Walter Farrell, A Companion to the Summa (London: Sheed & Ward 1941) I:357. ¡Pareciera que el “Doctor Angelicus” anticipaba, sin darse cuenta, la ingeniería genética de hoy!

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...