sábado, 29 de septiembre de 2012

Conocer: Estudio Basado En La I Epístola Del Apóstol Juan

INTRODUCCION:

Varias preguntas rondan por mi cabeza desde hace varios meses. Estas son: ¿Conozco a Dios?, ¿Cómo sé que conozco a Dios?, ¿Qué es el amor?, y la ultima ¿Sabemos amar?. Hace unos días pregunte en una reunión a varias personas, ¿Quién es Dios?, las respuestas fueron desde que Dios era aquel que nos solucionaba los problemas hasta que era un físicamente igual a nosotros. Y es que hoy en día hay una pobreza general en cuanto a Quien es Dios. No conocer a Dios es tan delicado y tan grave que el profeta Oseas en el cap 4 v 6 dice: “Que el pueblo de Dios pereció por falta de conocimiento”, por falta de conocerlo a El. En cuanto a ¿Qué es el amor?, igual, no sabemos que es el amor y ¿Sabemos amar?, nadie nos ha enseñado y hemos sido reacios a aprender. Aunque voy a enfocar el tema para responder una sola de las preguntas, quise dejarles las otras tres para la reflexión personal. El objetivo de este mensaje no es concluir que estamos en ceros, ahora si lo que necesitamos es arrancar de nuevo tenemos que entender que es un proceso que aun no ha terminado y hacernos conscientes de que tenemos que trabajar arduamente para alcanzar la meta. El estancamiento es producto de creer que todo esta bien, de la ausencia de reflexión en nuestra vida. Vamos a responder la pregunta: ¿Cómo sé que conozco a Dios? Desde la perspectiva del apóstol Juan en su primera epístola.

Conocer implica:

I. Guardar

1 de Juan 2:3-4: El apóstol, dice: ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios?: La respuesta es: Si guardamos su mandamientos.

La palabra guardar aquí se refiere a la disposición permanente y creciente de parte nuestra a obedecer. La obediencia se desarrolla y se fortalece con la misma obediencia, es decir entre mas obedezco a Dios hoy mas obediente a Dios voy a ser mañana.

Para Juan, guardar sus mandamientos es lo mismo que guardar su palabra y esto significa esforzarnos continuamente paras ser mas y mas semejantes a Cristo, por eso dice, que hay que andar como el anduvo. 1 de Juan 2:6. El saber es cuestión de teoría, el conocer es cuestión de práctica. El amor a Dios se perfecciona en la obediencia.

El que dice: Le conozco pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad.

1 de Juan 3:6: Todo aquel que practica el pecado no le ha visto ni le ha conocido.

1 de Juan 3:1: El mundo no nos conoce, precisamente por que no le conoció a El. Si hay algún hermano que no nos cae bien, no nos hemos puesto a pensar en la posibilidad de que lo que en realidad nos molesta es que evidencia en su vida un mayor conocimiento de Dios en la práctica. No será que inconscientemente su vida nos confronta y por eso le rechazamos.

Oseas 4:6: Mi pueblo pereció por falta de conocimiento: Aquí hay un principio. No hay conocimiento de Dios sin obediencia. En los tiempos de Oseas el pueblo estaba tan obstinado y terco que no escuchaba a los sacerdotes sino que contendían con ellos. Por otra parte, los sacerdotes también habían perdido autoridad delante del pueblo debido a que ellos mismos estaban desobedeciendo a Dios.

Resonancia:

¿Cuál es nuestra realidad?

Es posible que algunos de nosotros hoy en día este luchando por ser obediente y muchas veces esa lucha es más por no perder terreno que para ganar terreno. Para conservar el nivel de obediencia que tenemos y no para ser mas obedientes cada día. Coloquemos como ejemplo los diez mandamientos. Supongamos que estamos obedeciendo 5. Si cada día obedecemos esos 5 pero estamos en la disposición de ser más obedientes a Dios en un mes ya estaremos cumpliendo 6. A mayor disposición para obedecer más obedientes vamos a ser. Por simple observación, nos damos cuenta que la disposición para obedecer a Dios esta escasa. Más bien hay poca disposición para obedecer y en muchos casos nos hemos vuelto totalmente desobedientes. Ustedes saben lo que es darle golpes a una muralla con un pequeño martillo. ¿Cuándo la derribaras?. Conversando con varios pastores sobre el tema, la conclusión es la Iglesia del Señor se ha endurecido. Se predica una y otra vez, se enseña, se aconseja y nos encontramos con situaciones donde no hay explicación parea ciertas conductas del pueblo y nos preguntamos ¿Qué ha pasado con la palabra predicada?, ¿Por qué le pueblo aun no aprende?. Por ejemplo, el perdón. ¿Cuántos resentidos?, la fornicación, el adulterio cuanto se ha enseñado sobre estos temas, y abundan los casos. Y nos ufanamos de conocer a Dios, pero nuestra desobediencia dice que no tenemos ni idea de quien es El. La tendencia es a desobedecer. ¿Qué le paso a Sansón?. Él sabía lo que tenia que hacer, sabia cual era el mandamiento, no tocar mujer pagana. Aun así desobedece una y otra vez y ya sabemos como termino. Sansón pereció por falta de conocimiento, por no guardar el mandamiento de Dios, El que pudo ser un gran líder para Israel murió de manera lamentable. La desobediencia destruye, por eso el profeta dijo: El pueblo pereció por falta de conocimiento. ¿Estamos obedeciendo a Dios para vida o desobedeciendo a Dios para muerte?. ¿Cuándo vamos a enternecer el corazón para escuchar la voz de Dios?. Ojala cuando lo hagamos no sea demasiado tarde.

Conocer implica:

II. Amar.

1 Juan 4:7-8: Queridos hermanos amémonos los unos a los otros, por que el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de El y lo conoce. El que no ama no ha conocido a Dios por que Dios es amor.

Dios nos puso el ejemplo enviando a su hijo. 4:9-10.

1 de Juan 4:12: Nadie ha visto jamás a Dios pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.

1 de Juan 4:19-20: Nosotros amamos a Dios por que Él nos amó primero. Si alguien afirma yo amo a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.

1 de Juan 3:16-18: En esto conocemos lo que es el amor: En que Jesucristo entrego su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermanos esta pasando necesidad y no tiene compasión de él, ¿Cómo puede decir que el amor de Dios habita en el?. Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

1 de Juan 3:11: Este es el mensaje que han oído desde el principio que nos amemos los unos a los otros. No seamos como Caín, que por ser del maligno, asesino a su hermano, ¿Y por qué lo hizo?. Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas.

Resonancia:

Nuestro mundo se deteriora cada vez más. La ausencia de amor en el corazón del hombre cada día produce más tragedias. Las manifestaciones en contra del hombre o de la mujer aumentan cada día. Acoso laboral, acoso sexual, matoneo son algunos ejemplos de los diferentes nombres que se le colocan a los distintos actos de violencia y maltrato. El mundo esta saturado de violencia y odios. Se burlan de los musulmanes, estos en venganza matan mucha gente. Gente inocente muere por el morbo de unos cuantos y la espiral de violencia sube todos los días. En un contexto de odio y venganza, el Señor manda a su Iglesia a amar. Que difícil es amar cuando estamos rodeados de odio podríamos decir. Ese es el desafío!. El Señor nunca nos dijo que era fácil!. ¿Conocemos a Dios?, la evidencia es el amor. Usted tiene defectos, usted no es perfecto, sin embargo yo no lo puedo usar como excusa para no reconocer que Dios me esta hablando. Somos expertos en aplicarle la palabra a los demás. Si no amamos no conocemos a Dios. Ahora, en la Iglesia se experimenta otro tipo de violencia y es tan grave como las demás. El odio, la murmuración, el chisme, la hipocresía, la discriminación, el amor fingido. ¿Cuántos de los que estamos aquí hablamos del hermano a sus espaldas?, ¿Murmuramos?, ¿Damos a conocer las intimidades ajenas?, ¿Usamos la hipocresía?, ¿Discriminamos en el corazón?, ¿Fingimos amar?. Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. Si odias a tu hermano es posible que la razón sea que te sientas inferior a él. Mire de lo que nos estamos perdiendo: 1 de Juan 4:12: Nadie ha visto jamás a Dios pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.

“Si nos amamos unos a otros, el amor de Dios se ha manifestado plenamente”. La plenitud del amor de Dios en la Iglesia depende de que nos amemos. ¿De que nos estamos perdiendo?. Por favor.

Jesús nos dio el ejemplo. En lo material el amor ha de ser expresado en hechos concretos.

No amemos de labios para afuera!

“Cuando amamos de verdad, día a día crece nuestra capacidad de amar”

Ilustración: MB Jerusalén.

Conocer implica:

III. Practicar.

1 de Juan 3:6: Todo el que permanece en El, no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no le ha visto ni le ha conocido.

1 de Juan 2:29: Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo aquel que practica la justicia ha nacido de El.

1 de Juan 3:10: Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del Diablo: El que no practica la justicia no es hijo de Dios, ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.

De 1 de Juan 3:16-18 extractamos lo siguiente: Queridos hijos no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y verdad.

2 de Juan 6: En esto consiste el amor: En que pongamos en practica sus mandamientos. Y este es el mandamiento que vivan este amor, tal como ustedes lo han escuchado desde el principio.

Resonancia:

Vivimos en una época donde la pureza, la honestidad, la honradez y la santidad son cada vez más escasas. En la práctica la mayoría nos rajamos. Sacamos 0 sobre 10. La práctica del pecado consiste en su repetición, es decir, en la frecuencia del pecado en nuestra vida. Es normal pecar. A eso se refiere con practicar el pecado y el que practica el pecado no conoce a Dios. No me responda a mi respóndaselo usted mismo: ¿Cuántos de los que estamos aquí en esta mañana somos practicantes habituales del pecado?. El que es de Dios practica la justicia. El que es de Dios practica sus mandamientos.

Que bueno seria reflexionar con toda seriedad y honestidad acerca de lo que hacemos a diario. ¿Qué es lo que comúnmente hacemos todos los días?.¿Eso que hacemos es coherente con el estilo de vida del cristiano de acuerdo al modelo de Jesús?, o mas bien. ¿Eso que hacemos es coherente con un estilo de vida pecaminoso de acuerdo al modelo del mundo?.

Es hora de hacer un alto, de sentarnos y reflexionar, de pensar que estamos haciendo y como estamos conduciendo nuestras vidas.

Volvemos al ejemplo de Sansón. ¿Qué era lo habitual en su vida?: Visitar a las remeras. El pecado era lo habitual en su vida y lo llevo a la destrucción. Al final Dios le dio la oportunidad. La practica de los mandamientos, la practica de la justicia, la práctica del amor es lo que nos va a llevar a conocer a Dios.

“A mas práctica de la Justicia mas justos seremos”.

“A mas practica del amor, mas capacidad de amar tendremos”

“A mas obediencia en la practica mas obedeceremos”.

“La practica es lo visible de la obediencia. La practica es externa, la obediencia es interna, es una actitud del corazón”.

CONCLUSION:

Quiero concluir resaltando la idea del apóstol Juan cuando compara la luz con la oscuridad. El que conoce esta en la luz, el que no conoce esta en oscuridad.

En la medida en que conozco a Dios, la oscuridad se desvanece y comienza a brillar la luz verdadera. 1 de Juan 2:8.

Si afirmamos que tenemos comunión con El pero vivimos en la oscuridad mentimos y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en luz tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. 1 de Juan 1:6-7.

1 de Juan 2:11: Pero el que odia a su hermano esta en la oscuridad ye en ella vive y no sabe adonde va, por que la oscuridad no lo deja ver.

Para terminar:

El no conocer a Dios es estar en oscuridad y esa oscuridad no nos deja ver y al no ver formamos una muralla alrededor de nuestro corazón. La oscuridad es ausencia de luz. Si hay oscuridad es por que no hay conocimiento. Es posible que en nuestra vida hayamos escuchado cientos, miles de mensajes de la palabra de Dios, leído libros, asistido a congresos y seminarios y nuestro presente sea de oscuridad total. Es hora de que la oscuridad se vaya desvaneciendo y brille en nosotros la luz de Cristo, el verdadero conocimiento que nos lleve a crecer y a cumplir el propósito de Dios con nuestras vidas.

¿Qué hay en mi vida, oscuridad o luz?

Ahora que ya respondimos la pregunta. Conozco a Dios cuando guardo sus mandamientos, amo a Dios y al prójimo y la practica es producto de un corazón transformado (apariencias), cada uno respóndase a si mismo. ¿Conozco a Dios?. Si la respuesta es no, o es incompleta, desde hoy la tarea es guardar, amar y practicar.

Oración

Dios les bendiga

lunes, 17 de septiembre de 2012

Silencio: Milton Acosta, PhD

Para hablar del silencio casi hay que pedir disculpas. Pero la idea no es que hagamos votos perpetuos, sino incorporarlo a la piedad personal, la liturgia y el quehacer teológico.

Cuando en América Latina se insinúa que la vida cristiana puede enriquecerse con el silencio, la reacción a veces es que esas son ideas europeas o asiáticas; que nosotros somos alegres, festivos y bullosos; y por lo tanto así es nuestra piedad personal, la liturgia y el quehacer teológico. Estas respuestas ignoran que la Biblia y los primeros escritos de teología y de piedad cristianos (donde el silencio es parte importante) surgieron en un mundo alegre, festivo y bulloso: el Medio Oriente, África, Turquía y todo el resto del Mediterráneo. Es decir, es posible tener espacios de silencio en la piedad personal, la liturgia y el quehacer teológico en culturas festivas. El problema es reducir la vida cristiana a un aspecto de la cultura.

También se rechaza el silencio y la quietud diciendo que creemos en un Dios vivo, que de nuestro interior corren ríos de agua viva, que silencio hacen los muertos y que la Biblia manda a alabar a Dios con alegría y júbilo. El problema aquí es pensar que el gozo es incompatible con el silencio, que estar alegre es hacer ruido y que ruido es sinónimo de gozo.

Propongo tres citas para reflexionar. La primera es para los teólogos que por épocas nos sentimos impelidos a emprender cruzadas contra todo maestro que nos parece falso:
“El silencio puede ser más revelador que la palabra misma; puede incluso discernir entre la verdadera profecía y la falsa. Cuando los profetas caían en la duda de si eran víctimas de una ilusión, o cuando se veían enfrentados a otros que decían ser también profetas enviados de Yahvé, recurrían al silencio de Dios como criterio de autenticidad profética.

Profetas falsos eran los locuaces, los que siempre tenían algo que decir, los que «robaban» como ladrones la palabra profética, como se quejaba Jeremías (23, 30).”[1]

La segunda cita es para quienes creemos que cuanto más hablemos nosotros más hablará Dios: “El silencio es la otra cara de la palabra, la cara «oculta» del rostro de Dios: el rostro «visible» es representado por la palabra, el invisible por el silencio.”[2]

La tercera es para quienes pensamos que en cada encuentro con Dios tenemos que decir muchas cosas: “… el silencio es también, junto a la palabra, vehículo de la revelación divina.”[3]

Muchos personajes bíblicos experimentaron la presencia de Dios y escucharon su voz en el silencio: Moisés, Elías, Jeremías, Jesús. De modo que por el bien de todos, hagamos un poco de silencio; sobre todo en la presencia del Señor. Es cierto que en la Biblia el silencio aparece en contextos de sensación de abandono de Dios. Pero eso no es todo. Recordemos las palabras del sabio: “Cuando vayas a la casa de Dios, cuida tus pasos y acércate a escuchar en vez de ofrecer sacrificio de necios, que ni conciencia tienen del mal. No te apresures ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras.” (Ec 5:1–2; cp Sal 4:5; Pr 21:23).

Ojalá Dios no tenga que decirnos como aquella vieja canción de enamorados: “palabras, palabras, palabras; palabras, palabras, palabras; palabras tan solo palabras hay entre los dos.” O, Peor todavía, lo que sí les dijo a quienes pretendían adorar a Dios sin practicar la justicia: “No los soporto; me ofende su adoración; aunque multipliquen sus oraciones, no los escucharé” (Is 1:10–26). Seamos también devotos en silencio.

©2012Milton Acosta

[1]Julio Trebolle Barrera, Imagen y palabra de un silencio: La Biblia en su mundo (Trotta, 2008), 278.

[2]Ibid., 283.

[3]Ibid., 278.

Tomado de: http://pidolapalabra1.blogspot.com/2012/07/silencio.html

viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Que el Señor nos envíe profetas! - Leonard Ravenhill

                              
Una mirada a la iglesia hoy día nos hace pensar cuánto tardará un Dios Santo en cumplir su amenaza de vomitar esta Laodicea de su boca, pues si en algo están de acuerdo los comentaristas del Apocalipsis es que nos hallamos en la era de Laodicea en cuanto a la Iglesia.
Cristo es ahora «herido en la casa de sus amigos». El santo Libro del Dios viviente sufre más ahora de sus expositores que de sus opositores.
Sólo la Iglesia puede «poner límites al Santo de Israel» y hoy día lo hace con extraordinaria habilidad. Si hay grados en la muerte, entonces la peor muerte que conozco es predicar acerca del Espíritu Santo sin la unción del Espíritu Santo.
Debemos trazar, o sea, exponer bien la Palabra de Verdad. El texto: «He aquí yo estoy a la puerta y llamo» (Apocalipsis 3:20) no tiene nada que ver con los pecadores. Aquí encontramos el trágico retrato de nuestro Señor a la puerta de su iglesia laodicense tratando de entrar. Imagínatelo. En la mayoría de reuniones de oración el texto que más se emplea es: «Donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos»; pero con demasiada frecuencia El no está en medio, sino a la puerta. Cantamos sus alabanzas, pero rehusamos su persona.
¡Oh creyentes en bancarrota, ciegos, y todavía alabándose de sus virtudes! Estamos desnudos y no nos damos cuenta de ello; somos ricos (nunca había tenido la iglesia mejores equipos que ahora), pero somos pobres (nunca había tenido menos unción espiritual que al presente). No tenemos necesidad de ninguna cosa (y, sin embargo, nos faltan casi todas las cosas que caracterizaron a la iglesia apostólica). ¿Puede El estar «en medio de nosotros» mientras nosotros mostramos sin ninguna vergüenza nuestra desnudez espiritual?
¡Oh, cuánto necesitamos el fuego! ¿Dónde está el poder del Espíritu Santo que rinde a los pecadores?

Los grandes predicadores hacen famosos los púlpitos, los profetas hacen famosas las prisiones. ¡Que el Señor nos envíe profetas, hombres terribles que alcen la voz y no callen, lanzando ungidos ayes sobre naciones corrompidas hombres demasiado ardientes para ser aceptados, demasiado duros para ser oídos, demasiado justicieros para ser tolerados! ¡Estamos cansados de hombres adornados con vestidos suaves y suave lengua, que usan ríos de palabras con unas gotas de espiritualidad, que saben más de competencia que de consagración, y de promoción que de oración! ¡Pastores que sustituyen la propagación por propaganda y se cuidan más de la diversión de la iglesia que de su santidad!
Extraído del libro de Leonard Ravenhill "Por qué no llega el avivamiento"

Tomado de: http://blogeshoradeserreal.blogspot.com/2010/02/que-el-senor-nos-envie-profetas-leonard.html

lunes, 3 de septiembre de 2012

Todo Esta Bien, Marcos 4:36-41

 

INTRODUCCION:

Cuando comencé a escribir este mensaje vino a mi mente esta pequeña frase hecha famosa por uno de los grandes futbolistas que ha tenido Colombia, Carlos el Pibe Valderrama. Con ella siempre ha querido expresar la normalidad de las cosas y la actitud de confianza frente a las adversidades. Tomo pues esta corta frase, agregándole el verbo estar para darle titulo a esta reflexión. En este pasaje, Marcos sigue respondiendo la pregunta: ¿Quién es Jesús?. Durante los primeros tres capítulos y parte del cuarto, ya ha mostrado a Jesús de diferentes formas y haciendo diferentes tipos de milagros. Encontramos ahora a Jesús y los discípulos en medio de una gran tempestad. Tempestad en medio de la cual los discípulos no saben qué hacer. La naturaleza amenaza sus vidas y ellos sienten temor. ¿No es esta la situación de mucha gente hoy en día?. ¿No es el miedo uno de los mayores problemas de nuestra sociedad actual?. ¿No es el miedo el que nos deprime, aísla y anula?. En este caso es la naturaleza, que en el pasaje simboliza las adversidades de la vida. ¿Es posible que muchos de nosotros hoy estemos muertos de miedo?. Que nos dice el pasaje. ¿Qué hace Jesús en medio de unos discípulos temerosos?.

I. Estoy.

Marcos nos relata y nos pinta el cuadro. Salen en una barca de un lado a otro en compañía de otras barcas que les acompañaban. Viene una gran tormenta, la barca comienza a inundarse y mientras tanto Jesús descansaba. Ellos, angustiados y con miedo gritan y despiertan a Jesús y le dice: ¿Señor no te importa lo que nos está pasando?. Estamos a punto de morir y tu tan tranquilo. El Señor se levanta y calma la tempestad y todo vuelve a la normalidad.

Resonancia:

Grandes lecciones nos deja este pasaje a nosotros hoy. Nos hemos acostumbrado a un pentecostalismo y neo pentecostalismo extremo (Aclaro yo soy pentecostal pero moderado), en donde la manifestación es el principal alimento de la fe. Creo que para los discípulos no era nada diferente. Ya habían visto a Jesús sanar a la suegra de Pedro, levantar un paralitico y echar fuera demonios. Ahora y frente a una tempestad, Jesús yace acostado durmiendo y permanece pasivo ante la situación luego de semejante despliegue de señales y maravillas. Muy seguramente para los discípulos esto era un contraste muy fuerte. Del Jesús muy activo frente a la situación de la gente en general a un Jesús pasivo frente a la situación en la que se encontraban sus discípulos, sus más cercanos y quienes posiblemente se creían con mucho mas derecho de reclamar su favor. De ahí su reclamo. ¿No tienes cuidado?. ¿No te importa lo que nos está pasando?. Pregunto: ¿No es este el grito desesperado de mucha gente hoy?. ¿Cuántos de los que estamos aquí estamos gritando lo mismo en nuestro corazón?. Llenos de miedo y de incertidumbre esperamos la manifestación del poder de Dios antes que el sosiego para nuestra alma. El Señor, se levanta y ordena a la tempestad cesar. Pregunto: ¿No estaba Jesús con ellos?. Si. El problema es que ellos no sabían con quien estaban. “El hecho de que aparentemente Dios se muestre pasivo ante nuestra situación no quiere decir que nos ha abandonado, El está con nosotros y tiene el control de todas las cosas, El sabe cómo y cuándo actuar”. El temor es evidencia de que no le conocemos bien, de que no sabemos quién es El que está con nosotros”. Señor ayúdanos a conocerte de tal manera que desaparezcan nuestros miedos y angustias.

“Todo está bien por que Jesús esta aquí”.

II. Están.

Hay un hecho curioso y Marcos lo escribe creo yo con cierta intencionalidad. En el verso 36b, dice: “También lo acompañaban otras barcas”. Lo anterior nos dice que los discípulos no fueron solitarios aventureros en medio del mar. Tenían compañía. Tuvieron gente que compartió con ellos el mismo temor y los mismos miedos. Lo que paso no solo fue una lección para ellos sino también para aquellos que los acompañaban.

Resonancia:

En primer lugar tenemos la tendencia a creer que nuestro sufrimiento es el más grande. Que no hay nadie que sufra más que yo. De que si hubiera un premio al que más sufre, yo sería el ganador. ¿Y los que están a nuestro alrededor qué?. Mucha gente sufre, es más, están muy cerca de nosotros. Nos encerramos tanto en nuestra propia situación que no vemos lo que pasa a nuestro alrededor. Es posible que nuestro sufrimiento o situación sea insignificante frente a situaciones que viven vecinos, compañeros de trabajo o familiares y en las que nosotros podríamos hacer algo para ayudarlos. En segundo lugar, Los discípulos al igual que nosotros no miraron a los que estaban en igual situación que ellos y mostrando algo de egoísmo solo pidieron porque sus vidas fueran salvadas, ignorando a los que con ellos estaban cruzando el mar en otras barcas. En otras palabras, no nos interesa que los demás están mal si nosotros estamos bien. En tercer lugar, somos los únicos que merecemos el favor de Dios, y por eso le reclamamos a Dios que haga algo. Noten: Cuando Jesús calma la tempestad no solo se salvan los discípulos, se salvan todos los que iban con ellos en otras barcas. No sabemos si eran discípulos, seguidores o simpatizantes pero también fueron salvados. El Señor tiene el control de todo y aunque parezca que no hace nada El está presente y no solo eso hay una comunidad que está con nosotros y quiere compartir nuestras cargas. Pregunto: ¿Compartimos nuestras cargas con los demás?. “Sobrellevad los unos las cargas de los otros y compartid así la ley de Cristo”. Gálatas 6:2. No somos los únicos que experimentamos temor, ni es pecado sentirlo. Nuestra preocupación debe ser conocer a Jesús a tal punto que nada nos de miedo y si somos débiles en algún momento de la vida El no nos va a desechar por eso.

Todo está bien porque tenemos una comunidad que nos acompaña en medio de las situaciones difíciles de la vida y a la que debemos ayudar por amor en las suyas.

III. Este.

Luego de que Jesús calma la tempestad y disipa el miedo de los discípulos, se dirige a ellos y a todos los que estaban en las demás barcas, esto denota la universalidad de la obra de Cristo, El vino a disipar las tormentas de la humanidad entera. Les pregunta en primer lugar ¿Por qué tienen miedo?. Como ya lo mencione antes, el miedo era producto de no saber con quién estaban. Para Jesús, los discípulos debían saber a estas alturas, quien era El. Y es que no había justificación. El Mesías prometido, El Mesías tan profundamente anhelado y deseado por ellos, El Mesías de quien todos los profetas habían hablado, estaba frente a ellos y no sabían quién era. Luego les dice: ¿Todavía no tienen fe?, en otras palabras, no ha sido suficiente con lo que han visto y oído. Espantados, los discípulos se preguntan: ¿Quién es este?.

Resonancia:

La misma pregunta es para nosotros: ¿Por qué tenemos miedo?, ¿Qué es lo que nos da miedo?, ¿Todavía después de tantos años no tenemos fe?.

Algunas razones para esto: Primero, hoy en día se nos han presentado varias versiones de Jesús. Un Jesús que solo está interesado en prosperarme, un Jesús que negocia conmigo milagros, un Jesús al que solo le interesa bendecirme, un Jesús que no le importa como viva, un Jesús astral, un Jesús de la nueva era y muchas más. Mientras se persista en mostrar y enseñar versiones de Jesús que no son las correctas la humanidad seguirá con miedos, los creyentes seguirán con miedos, la gente no podrá confiar en Jesús. En cambio si enseñamos al Jesús de las Escrituras, al Hijo de Dios tal y como es sin distorsiones ni versiones convenientes la humanidad estará segura y confiada y tendremos una Iglesia libre de temores. Ellos tenían miedo por que no sabían con quien estaban. ¿Sera que tenemos miedo porque no sabemos quién es Jesús en realidad?.

En segundo lugar lo que se enseña de Dios es errado. Se presenta a Dios de manera distorsionada. Un Dios que se asemeja a lo humano, que se asemeja a los intereses mezquinos del hombre no es para nada confiable. ¿Cómo voy a confiar en un Dios que se parece a mí?. Por eso es que cuando todo está bien somos unos gigantes en fe pero cuando las cosas comienzan a ir mal nos sentimos perdidos. ¿Quién es este?. ¿Sabemos quién es El que está con nosotros?.

Todo está bien si conocemos a Jesús. Si sabemos con quien estamos estaremos libre de miedos y temores.

CONCLUSION:

¿Quien es este?. El que está aquí contigo y conmigo, El que hoy tiene una comunidad para que nos acompañe y el que nunca nos deja. ¿Quién es este?. El que lo controla todo, El que tiene mi vida bajo su total control. ¿Quién es este?. El que nos quita el temor. ¿Quién es este?. El que nos salva de la tempestad. Si preguntara hoy: ¿Cuántos sabemos quien es este?. Que responderíamos. Conocer a Jesús me da la seguridad y la confianza necesarias para enfrentar la vida. ¿Cuál es mi meta desde hoy?. Conocerle todos los días mas y mas hasta que me sumerja en El y todo se me olvide, y eso incluye mis miedos y temores.

Todo está bien si sabemos QUIEN ES EL.

Dios les bendiga

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...