domingo, 8 de febrero de 2009

Los Mercaderes De La Fe

En estos días tuve la oportunidad de ver un documental reciente sobre lo que son las religiones en el mundo. Particularmente me llamo la atención, la entrevista a un líder religioso americano de por si opulento y como el entrevistador lo confronta con el estilo de vida de Jesús. Las respuestas vacías y sin sentido no se hicieron esperar y es que hoy en día, la fe de muchos de nosotros, se ha convertido en la materia prima de la que se nutren o alimentan muchos líderes de diversas corrientes religiosas (Aun movimientos alternos a alguna creencia específica), para enseñar o sugerir una serie de reglas o pasos que nos conduzcan a la prosperidad sea esta física, material o espiritual. El principio básico es: Hay que dar, y para convencer a sus oyentes o fieles recurren a toda una serie de teorías que nada tienen que ver con los fundamentos básicos de la fe (Refiriéndome a la fe cristiana). Por ejemplo, hoy en día se enseña sobre la ley de la siembra y la cosecha. Con base en lo anterior, dicen que hay que dar a Dios (Sembrar), para recibir de Dios (Cosechar). Lo que la mayoría de nosotros no sabemos es que lo anterior es una distorsión y uso de una enseñanza esoterica para justificar el pedido desmesurado de dinero. La gente da con la expectativa de recibir más (Una especie de DMG espiritual). Cosa que en la práctica no sucede por acción de Dios sino por efecto del trabajo que a diario realizamos, pues Dios está comprometido es con la mano diligente independiente a si profese una fe o no. No existe evidencia documental, ni la historia del cristianismo (Fe que la mayoría profesamos), que registre que en algún momento del transcurrir de la Iglesia Cristiana se haya utilizado tal enseñanza para justificar el pedido de dinero a los creyentes, ya que cuando se hacía era con fines específicos de ayuda a los necesitados u otras por el estilo. Todo lo contario a lo que vemos hoy pues nos damos cuenta que en la mayoría de los casos el dinero que se recibe en este tipo de reuniones, es utilizado para que los lideres vivan un estilo de vida opulento a costa del sacrificio de sus adeptos o seguidores. Las ilusiones y sueños de muchos que confían en lo que oyen quedan reducidas a una falsa expectativa, además de quedar en su mente con un concepto equivocado de Dios. Tampoco en la Biblia, hay referencia alguna a Dios como negociante o como practicante del trueque (Tu me das y Yo te doy). El Dios del cual tenemos conocimiento y del que se nos ha enseñado desde niños no es comerciante ni necesita de la ayuda de nadie para hacer algo. Entendemos que Dios es soberano, que es todopoderoso, es mas desde esta concepción ni siquiera necesita de nuestra fe para actuar y muchos somos testigos de eso pues a pesar de nuestra incredulidad hemos visto su mano en nuestras vidas y nuestras familias. Cuando Jesús vino a la tierra y murió en una cruz para salvarnos del pecado, mostro con total claridad que el interés de Dios es en mí como persona no en mi dinero. La prosperidad no se obtiene como resultado de negociar con Dios sino de ajustarse a lo que Dios dice. Hoy se le falta el respeto a Dios porque para nosotros es un medio no un fin en sí mismo. Queremos usar a Dios para conseguir todo lo que necesitamos pero en nuestro diario vivir no lo tenemos en cuenta. Un ministro sea de cualquier religión no necesita ser millonario para predicar su mensaje, ni tampoco Dios necesita de fondos multimillonarios ni de inversiones astronómicas que sirvan de respaldo económico para asegurar que su mensaje se propague por todo el mundo, Dios necesita es gente (Los invito a leer la historia de la Iglesia Cristiana del Siglo I). Por último si usted es miembro de una iglesia, comunidad o grupo cristiano, mire el estilo de vida de sus líderes y vean si están aprovechando su posición espiritual para su propio beneficio. Saque Ud sus propias conclusiones.

No hay comentarios:

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...