lunes, 18 de enero de 2010

EL MOVER DEL ESPIRITU

La palabra mover en relación al Espíritu Santo o Espíritu de Dios, aparece en la Biblia una sola vez y es en relación a la creación. El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas dando orden al caos existente, poniendo cada cosa en su sitio y estructurando el nuevo mundo que Dios ordeno por su palabra se hiciera. En el tiempo del antiguo testamento, el Espíritu Santo venia sobre los siervos de Dios (Mayormente los profetas), para que la voz de Dios fuera escuchada por el pueblo en dos sentidos: Un sentido que tenía que ver con exhortar al pueblo al arrepentimiento y otro para anunciarles la venida del Mesías y por ende la llegada del Reino de Dios (Nunca la profecía fue usada con un fin diferente tal como pronosticar algo que vendría). Jesús se encarna y promete el Espíritu Santo, este es derramado el día de Pentecostés y comienza la era de la Iglesia. El verdadero significado de la venida del Espíritu Santo, al igual que al principio es en primer lugar, poner orden al caos en la vida del hombre que se arrepiente, darle un nuevo corazón, hacerlo un hombre nuevo, comenzar a formar en El a Cristo. (Romanos 8:29). En segundo lugar, el Espíritu Santo trae consigo el denuedo para predicar el Evangelio (Tal como sucedió en Pentecostés), y en tercer lugar vienen las señales (Sanidades, milagros y prodigios). La cuestión es que hoy en día se ha invertido el orden. Primero son las señales. La evidencia ahora no es una vida cambiada sino las señales, y se mira esto de manera tan subjetiva (sin parámetro de evaluación ninguno), que cualquier cosa se acepta como señal de que el Espíritu Santo se está moviendo, por ejemplo: Por ahí alguien está convirtiendo el agua en vino por medio de un truco, aduciendo que el Espíritu Santo es quien lo hace. Seguramente que ni el mismo sabe el significado de este primer milagro de Jesús (En una próxima entrega lo explicaremos), para tomar esto de manera tan folclórica (Como decimos en Colombia a algo que no se toma en serio). No importa si no hay vidas cambiadas, verdaderos discípulos, mientras haya “Milagros, señales, prodigios y hasta shows incluidos”, nadie revisa la autenticidad de los mismos y la gente ingenua pero irresponsable cree todo lo que está viendo. Al final son tan culpables los que ven como los que hacen. Si no hubiera gente tan crédula no existirían estos charlatanes. Pero, ¿Dónde está el verdadero problema? Oseas 4:6 dice: “Mi pueblo fue destruido por que le falto conocimiento”. El problema está en que se ha desplazado a las Escrituras, se ataca al estudio de la Palabra, la gente no estudia, de allí que no tenga parámetros confiables para evaluar los supuestos milagros y señales que ve. Jesús advirtió en Mateo 24: “En los postreros tiempo vendrán falsos profetas y maestros que harán señales, prodigios y maravillas, serán engañados aun los escogidos, no les crean”. (Paráfrasis y recopilación mías). Por último, necesitamos volver al orden que es en primer lugar que el Espíritu Santo se mueva en mi corazón, cambiando, transformando mi vida, ese es el verdadero mover, las señales son mi nueva conducta, mi nueva vida. ¿De qué sirve tener un auditorio de miles de personas aplaudiendo supuestos milagros cuando una mínima cantidad son verdaderos discípulos y el resto simples espectadores? La responsabilidad antes Dios es individual. Que mi oración sea como la letra de aquel coro que dice: “Muévete en mi. Muévete en mi, toma mi mente y mi corazón llena mi vida de tu amor, muévete en mi Santo Espíritu, muévete en mi”.

No hay comentarios:

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...