martes, 18 de diciembre de 2012

Todo Por Nada Jeremías 2:13

INTRODUCCION:

Hoy vamos a hablar de los males del pueblo de Dios en los tiempos de Jeremías, pero antes reflexionemos sobre algunos males del pueblo de Dios de hoy, los males de la Iglesia del siglo XXI. Tomando como base un texto del nuevo testamento (Hebreos 5:11-14). Al final veremos si son los mismos males que sufrió Israel en tiempos de Jeremías.

- Lo que nos entra por un oído nos sale por el otro.

- No practicamos lo que sabemos.

- Hace mucho tiempo estamos estancados.

- Le decimos a lo bueno malo y a lo malo bueno.

Al final veremos que el resultado es el mismo.

Dios le dijo a su pueblo en los tiempos de Jeremías que había hecho dos males: Uno que afectaba a Dios, su pueblo lo había abandonado y uno que afectaba al mismo pueblo, habían escogido mal, cambiaron a Dios, su gloria por nada.

I. Abandono

Abandonaron a Dios, Dios les dice: “Es un abandono injusto”: Jeremías 2:5.

Y Dios comienza a disertar: “Recuerdo el amor de tu juventud, cuando te enamoraste de mi, cuando me seguías y no te importaba nada”.

Recuerdo cuando estabas consagrado a mí y como yo me deleitaba contigo y te cuidaba. Jeremías 2:4-5

¿Qué injusticia vieron en mí sus antepasados que se alejaron tanto de mí? Nunca preguntaron por mí. Me olvidaron por completo.

Yo los bendije y se corrompieron.

Los teólogos, los pastores, los profetas, todos se alejaron de mí.

Por eso entrare en juicio con ustedes. Yo diré mis argumentos y ustedes se defenderán.

Resonancia:

Hoy día pasa igual. Dios se la pasa diciéndonos: Has dejado tu primer amor. Anhelo como eras cuando me conociste.

Cuanto fervor y pasión había en tu corazón. Confiabas en mí totalmente. Como fueron esos primeros días tan maravillosos. Ahora eres tan indiferente.

Te he bendecido pueblo mío y la bendición te ha alejado de mí. Has prosperado y la prosperidad te ha alejado de mí. Te he dado todo y me cambias por lo primero que te atrae. Que fácil violas mi ley.

Como eras de consagrado y hoy no tienes el mas mínimo remordimiento para fallarme.

Te has vuelto un pueblo desabrido.

Hoy nos atrae más lo temporal, lo material, lo tecnológico, lo virtual.

Hemos tomado y aceptado todo lo que nos ha ofrecido una sociedad corrupta que a lo bueno le dice malo y a lo malo bueno.

Nos hemos vuelto un pueblo vacío, insatisfecho porque hemos cambiado a Dios por lo que nada aprovecha.

Nos hemos vuelto un pueblo que poco medita, que poco reflexiona, que poco piensa en lo que Dios quiere y en su voluntad. Un pueblo que no escucha a Dios.

Nos hemos vuelto un pueblo interesado en satisfacer más nuestros deseos que los deseos de Dios.

Nos hemos vuelto un pueblo con escasas voces de alerta, con pocos atalayas, de pocos profetas verdaderos.

Y lo más grave: Nos hemos vuelto un pueblo que va a dejar poca herencia espiritual a la generación que viene. El problema de esta generación a la que Dios le estaba hablando es que no tuvieron un ejemplo en la generación anterior.

Si estamos lejos de Dios no lo podemos escuchar. que hemos abandonado a Dios en nuestro corazón todo la palabra que oímos nos entra por un oído y nos sale por otro. Nos hemos vuelto un pueblo estancado.

¿Por que todo por nada?. Porque hemos abandonado a Dios que es todo prefiriendo quedarnos sin nada aunque en apariencia creamos que lo tenemos todo.

II. Cambio

El pueblo cambio a Dios por lo que no satisfacía. Dios le dice al pueblo: Yo soy lo esencial, yo soy lo indispensable, yo doy vida, yo soy el que lleno el corazón y ustedes me cambiaron por cosas que los dejaran vacíos, sin vida y que los alejan de mí.

Tenían el corazón lleno, y pleno de mi, pero prefirieron mejor quedarse vacíos por dentro y entregarse al pecado.

Me cambiaron por el pecado, por las tradiciones, por las costumbres de la sociedad donde viven así estas no me agraden.

Miren lo que Dios les dice: Los paganos no cambian sus dioses mi pueblo sí, es decir los paganos, los incrédulos muestran más consistencia en lo que creen y hacen que mi pueblo.

Me cambiaron a mí su gloria por lo que no sirve para nada. Qué locura, que horror, dice el Señor.

Resonancia:

¿Que se ve hoy en el pueblo de Dios?. Da tristeza decirlo. Somos un pueblo en su mayoría vacío. Venimos a las reuniones pero con desgano, muchas veces por obligación o simplemente a encontrarnos con los amigos. No nos interesa adorar y mucho menos nos interesa escuchar el mensaje. ¿Por qué?: Porque nuestra realidad es que en la práctica hemos abandonado a Dios. Lo hemos cambiado por cosas que no llenan el corazón, que nos dan un deleite temporal pero nos dejan igual de vacíos. Estamos en la Iglesia de cuerpo pero la mente está en otro lado, o estamos distraídos hablando o con el celular.

Practicamos el pecado con tanta tranquilidad que asusta.

Usted dirá ese mensaje es para la Iglesia?. Si es para la Iglesia.

Los incrédulos se mantienen en lo que creen, el pueblo de Dios cambia fácilmente lo que cree.

En apariencia profesamos la fe, en la práctica no vivimos la fe.

Si no vivimos la palabra que conocemos mucho menos vamos a vivir la nueva palabra que escuchemos. Debiendo ser ya maestros tenemos necesidad de que se nos enseñe de nuevo. Eso sucede por cambiar a Dios y estar vacíos en el corazón.

¿Por qué todo por nada?. Por que dejamos a Dios que nos llena por cosas que dejan vacío nuestro corazón.

Hemos puesto nuestra confianza en lo que sabemos, en lo que tenemos, en la posición que tenemos, en el poder que ostentamos. Todo lo temporal y terrenal se puede acabar en una abrir y cerrar de ojos y que nos queda. El caso de Job.

Si todo se acaba y estamos cerca del Señor no hemos perdido nada lo tenemos todo.

Si estamos lejos de Dios y todo se acaba lo hemos perdido todo. En que o quien esta puesta nuestra confianza. Ídolos no son las cosas que nos gustan, ídolos no son las cosas que nos apasionan, ídolos son las cosas que nos alejan de Dios. ¿Qué es lo que te aleja de Dios?. Ese es el ídolo que debes derribar en tu corazón.

III. Descenso

Abandonar a Dios y cambiarlo trae como consecuencia una vida en picada.

Jerusalén de ser pueblo de Dios pasó a ser un pueblo común. Dejo a Dios quien era El que hacia la diferencia. Bajo de categoría.

Se expuso y sufrió las consecuencias de abandonar a Dios y cambiarlo por lo que nada vale.

El pueblo se quedo sin nada, el pueblo se quedo indefenso.

El pueblo fue sumido en el miedo y la incertidumbre por su propia maldad.

El Señor pregunta:

¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al Señor tu Dios mientras caminabas con Él?.

El abandonar a Dios no es algo que se produce de una vez, es algo progresivo y sin darnos cuenta. Es muy sutil.

El Señor le dice a su pueblo:

“Tu maldad te castigara y tu infidelidad te acusara”. Cuanta amargura has acumulado en tu corazón.

Reflexiona cuan malo puede ser abandonarme dice el Señor. Decidiste dejarme. Yo hice de ti un pueblo, una gran nación, ¿Cómo es que llegaste a corromperte?.

Aunque por fuera estés impecable ante mi tu maldad esta al descubierto.

¿Cómo puedes decir que no has pecado?

¿Cómo puedes decir que estas limpio?

Reconoce tu pecado. Mira lo fácil que te has olvidado de mí.

Mi pueblo ya no me respeta, ya no me reverencia. Su adoración es solo de labios pero su corazón está lejos de mí.

La consecuencia final de tu pecado será tu vergüenza.

Y con todo eso dice el Señor: Apenas les llega la desgracia o la calamidad claman a mí.

Ya no sirve siquiera que los discipline, que los corrija por qué no hace ningún efecto.

Hace mucho tiempo están tan lejos de mí, que pecan y no lo reconocen.

Por eso va a venir mi juicio contra ti por argumentar que no has pecado, por insistir en tu inocencia cuando eres culpable. Porque a pesar de todo te atreves a decir: Todo está bien con Dios cuando todo en realidad es un desastre.

Resonancia:

¿Cuantos de nosotros tenemos hoy la vida en picada?, ¿Cuántos de nosotros hoy hemos ido cayendo y cayendo y ya casi tocamos fondo?, ¿Cuántos de nosotros ya hemos tocado fondo?.

¿Cuántos de nosotros hemos pasado de ser especiales, un pueblo santo y consagrado a Dios a ser un pueblo común y corriente alejados de Dios?

¿Cuántos de nosotros estamos sufriendo las consecuencias de alejarnos de Dios?

¿Cuántos sin darnos cuenta hemos abandonado a Dios mientras caminábamos con EL?

Desafortunadamente la corrupción es normal en el pueblo de Dios.

¿No nos hemos dado cuenta del daño que nos estamos haciéndonos a nosotros mismos al abandonar y cambiar a Dios?

El Señor nos habla y no nos corregimos, somos un pueblo obstinado y terco.

Pueblo, ¿Como es que nos hemos corrompido?, ¿Cuanta amargura hay en nuestro corazón a causa de nuestro estado espiritual?.

Abandonamos a Dios y después de tenerlo todo nos quedamos sin nada.

¡Qué difícil se ha hecho para nosotros reconocer nuestro pecado!.

Dejemos de justificarnos, Dios nos invita al arrepentimiento.

Es más, nos hemos vuelto hábiles y astutos para ocultar nuestro pecado.

¿Por qué todo por nada?. Porque antes sabíamos caminar con Dios ahora decimos que caminamos con Dios cuando en realidad estamos caminando en nuestros propios caminos hacia nuestra propia desgracia. Le decimos a lo malo bueno y a lo bueno malo.

CONCLUSION:

¿Es nuestra situación la misma del pueblo de Israel en tiempos de Jeremías?.

Idéntica. Pensemos en la lucha que Dios ha sostenido con su pueblo durante toda la historia. Dios se la ha pasado luchando con su pueblo atraves de los siglos. Es hora de ser el pueblo de Dios en la práctica de los principios divinos. Es hora de ser ciudadanos del reino de los cielos teniendo como meta cada día crecer más y más en el amor y el conocimiento der Dios. Es hora de ser discípulos de verdad.

Escuchemos lo que Dios nos dice hoy:

Te hablo a ti por nombre, aunque me has abandonado, todos los días te invito a que vuelvas a mi, aunque me has abandonado, todos los días te hablo para que te arrepientas, aunque me has abandonado yo seguiré insistiendo hasta que vuelvas a mi y me des de nuevo tu corazón.

Aunque me has cambiado por nada yo no renuncio a ti, Aunque me has cambiado y ahora estas vacío yo espero por ti para llenar tu corazón.

No sigas insistiendo en tu inocencia cuando sabes que eres culpable.

Escúchame:

Reconoce tu pecado, arrepiéntete, vuelve a mi fuente de agua viva, Yo el Señor tu Dios soy el único que puede saciar tu alma y tu corazón.

Si un día me abandonaste caminando conmigo, puedes volver a mí de la misma manera, Camina conmigo otra vez. La invitación sigue en pie hasta que la aceptes.

Dios les bendiga

No hay comentarios:

Mateo El Sucio Marcos 2:13-17

Introducción: Una de las cosas más difíciles para el hombre es reconocer. Reconocer que esta equivocado, reconocer sus errores, reconocer ...