viernes, 17 de junio de 2011

Las Tentaciones Del Olimpo por Arnoldo Jakob

Las tentaciones del Olimpo

En una disertación para ejecutivos, un empresario cristiano compartió sobre los peligros que tenemos los empresarios de vivir en el Olimpo.

Recordemos que la mitología griega cuenta que el Olimpo era la morada de los dioses, con privilegios que eran la envidia de los mortales que vivían en los bajos. Entre muchas otras regalías, estos dioses no tenían que rendir cuenta a nadie, eran sus propios jefes y su conducta no era cuestionada por nadie. Por un asunto de imagen de su "gremio", tenían que observar una conducta intachable cuando se mezclaban con los mortales, su pena de durísimos castigos.

Si bien hoy día este tipo de ejecutivos está en franca extinción, ya que las modernas empresas privilegian un liderazgo altamente participativo, el manejo del poder será siempre un tema delicado para los que ocupamos algún tipo de dirección.

El poder nos es intrínsecamente malvado, pero es peligroso. Y el poder aun más peligroso es aquel con apariencia de religión.

En su notable obra "Sexo, dinero, poder" Richard Foster señala:

«El poder puede ser algo extremadamente destructivo en cualquier contexto, pero cuando está al servicio de la religión, es completamente diabólico. El poder religioso puede destruir como ningún otro poder... Los que no reconocen autoridad sobre sí y que al mismo tiempo se cubren con un manto de piedad, son especialmente corruptibles. Cuando estamos convencidos de que lo que hacemos es idéntico al Reino de Dios cualquiera que se oponga a nosotros debe estar equivocado. Cuando estamos conven-cidos de que siempre usamos nuestro poder para fines nobles, entonces creemos que nunca nos podemos equivocar. Pero cuando esta menta-lidad se posesiona de nosotros, estamos tomando el poder de Dios para nuestros propios fines... Cuando el orgullo se mezcla con el poder, el resultado es genuinamente volátil. El orgullo nos hace pensar que tenemos la razón, y el poder nos da la capacidad de imponerle nuestra visión de justicia a cualquiera. La unión entre el orgullo y el poder nos lleva al borde de lo demoníaco.»

Ya en el AT el pueblo de Israel presenta la propuesta a Samuel de un monarca absoluto «como todas las naciones», olvidándose que eran un pueblo diferente. Dios nunca quiso ni en el AT ni en el NT líderes absolutos que no rinden cuenta, sino fieles administradores que si están obligados a rendir cuenta ante Dios y los hombres. JESÚS fue enfático «Los que son grandes ejercen potestad. Mas entre vosotros no será así, sino el que quiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor» (Mt. 20: 25c-26). Para mayor claridad Jesús con toalla y vasija de agua dejó como última lección el "lavado de pies " de sus discípulos, incluyendo a un Judas que lo traicionaría pocas horas después.

Las tentaciones de vivir en el Olimpo, están fuera y dentro de la iglesia. El camino angosto me ha enseñado que si queremos tener bajo control nuestra ambición y deseo de poder, el trabajo en equipo, ante el cual debo rendir cuenta de todo lo que hago, es el mejor antídoto a este peligro. El gran modelo del AT de liderazgo nos da la pauta. "Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo" (Éx. 18.17-23).

Nada es más peligroso que aislarse en el Olimpo, sin rendir cuenta a nadie, Saúl es el ejemplo más dramático de ello. El poder es tan peligroso, que no debemos enfrentarlo solos.

Los abusos de poder se dan en el mundo, pero también en la iglesia de hoy, y es allí donde el daño que ocasiona es especialmente destructor.

En alguna forma todos ejercemos poder. Nosotros escogemos si lo usamos para edificar, guiar o liderar o para manipular o destruir.

Creo que uno de los grandes peligros de un pastor, es no querer ser "oveja" (no bajarse del Olimpo).

Solamente puede ejercer autoridad, quien se somete bajo autoridad o solo puede ser confesor, el que se confiesa o solo puede entregar, el que recibe. Por algo el liderazgo múltiple en la iglesia es un principio del NT. El ministerio unipersonal (rey) es una violación de esta importante directriz. Ninguna iglesia local en el NT fue dirigida y gobernada por una sola persona. La pluralidad de los ancianos aparece como una norma. Esto significa que el ministro o pastor, como se concibe en muchas iglesias hoy día, como cabeza de la iglesia no tiene fundamento bíblico alguno.

No olvidemos que Dios nos llama, cada uno en el lugar que Él nos asigne, a representar su autoridad, nunca a sustituirla. Algunas autoridades de iglesias se comportan como "reyes" que lo saben todo sobre la iglesia y el mundo, tienen lista una opinión de todos y de todo, dispensando libremente sus enseñanzas como "Vox Dei", sin distinguir entre "Palabra de Dios" y nuestras humanas y falibles interpretaciones.

Pareciera ser que a menudo sucumbimos a la tentación de recordar y demostrar regularmente a los "mortales" que nosotros somos del Olimpo. Incluso en el hogar, hombres establecen su autoridad "bíblica".

"Jamás debemos intentar establecer nuestra propia autoridad. Cuanto más lo intentamos, menos aptos somos para ejercerla. Los que conocen a Dios pueden esperar. Si nuestros motivos son rectos, seremos reconoci-dos no sólo por el Señor sino también por la iglesia como representante suyo. La condición para ser autoridad es un sentimiento de incompetencia e indignidad. Cuanto menos presumi-dos y más humildes seamos, tanto mayor será nuestra utilidad. Siempre deberíamos sentir temor y temblor en este asunto de ser autoridad (W.Nee "La Autoridad Espiritual").

Aunque algunos son escogidos para ser autoridad en la iglesia, delante de Dios somos todos iguales.

Arnoldo Jakob es empresario y líder cristiano de Santiago, Chile. Desarrollo Cristiano Internacional, todos los derechos reservados.

Tomado de: http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=135&c=all

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