lunes, 15 de noviembre de 2010

Priscila, Aquila y Apolos

En el Nuevo Testamento encontramos a un hombre llamado Apolos. Se menciona en nueve versículos. 2 de Hechos, 6 de 1 de Corintios y uno de Tito. Pero, ¿Quién era este hombre?. Hechos 18:24 nos cuenta: “Llego entonces a Éfeso un Judío llamado Apolos, natural de Alejandría (Aunque no nació en el territorio de Israel era considerado Judío por sus padres), varón elocuente y poderoso en las Escrituras. Por ser de Alejandría, sabemos que Apolos era un hombre culto y educado. Alejandría era una ciudad que se destacaba por el vasto bagaje académico de sus ciudadanos. En ella existió la más grande biblioteca de la antigüedad. La elocuencia de Apolos consistía en que su convicción personal del evangelio y su dedicada y cuidadosa interpretación de las Escrituras, hacían su ministerio altamente efectivo. La Palabra poderoso aquí tiene el significado de importante. Apolos era un hombre poderoso en las Escrituras porque sabía interpretarlas correctamente y de igual manera comunicarla de manera que sus oyentes quedaban persuadidos de la verdad de Cristo. En Hechos 18:26, la Biblia narra que Priscila y Aquila, le escucharon y a pesar de todas estas cualidades de Apolos, encontraron algunos conceptos que Apolos debía revaluar y entender mejor. Ellos le explican y lo ubican (Mentoreo), y luego lo envían, lo promocionan. El quiso ir a Acaya y Priscila y Aquila escriben a los hermanos para que lo reciban y dice la Escritura que fue de gran provecho para los hermanos. Apolos pudo realizar una labor de educación y formación de los hermanos de Acaya y en ese proceso Priscila y Aquila fueron determinantes. Ellos vieron el don, el llamado de Apolos y lo encaminaron correctamente. En este punto hay que destacar en Apolos lo siguiente: A pesar de que era originario de una ciudad sumamente culta y de tradición académica, Apolos permitió ser ayudado y corregido por Priscila y Aquila una pareja que había llegado a Corinto al parecer procedentes de Roma y en cuya casa se reunía la Iglesia. Que provecho y que utilidad tuvo el Señor y su obra por la humildad de un hombre que se dejo guiar por otros a pesar de su origen. En 1 de Corintios no dice que Apolos se enorgulleció de lo que hacía, fue la gente de Corinto quien no entendió el ministerio de Apolos y por eso lo compararon con Pablo. En Tito 3:13, el mismo Pablo recomienda a Tito que encamine a Apolos, en otras palabras, ayúdalo y envíalo adonde sea de utilidad para la Iglesia. Pablo no considera a a Apolos una competencia ministerial, lo consideraba un hombre útil para el ministerio. Muchas veces cometemos el error de establecer algún tipo de competencias entre ministros, algunos ministros piensan o creen que están en una carrera de fórmula 1. Cuando esto sucede la Iglesia no es edificada y los ministerios desaprovechados y los ministros terminan desviándose del camino correcto y hacen un camino diferente. Por último, que bueno sería que nosotros nos dejáramos guiar, educar, explicar, enseñar, por hermanos que saben más que nosotros, que tienen más experiencia que nosotros, que conocen más las Escrituras que nosotros. El resultados seria de gran provecho para la Iglesia tal como sucedió con Apolos. Tristemente, hoy sucede lo contrario. No dejamos que nos guíen, no dejamos que nos eduquen, la soberbia y el orgullo tan alentados por muchos predicadores de hoy, impiden nuestro desarrollo y crecimiento en el ministerio. No aceptamos que hay otros hermanos que pueden ser de ayuda para nuestra vida y ministerio y metemos la cabeza en la tierra como el avestruz y al final sufrimos por no dejarnos formar. Doy gracias a Dios, porque en su misericordia coloco a mi lado a muchos Priscilas y Aquilas. Desde mi conversión tuve la gracia de contar con un maestro de la Palabra a mi disposición casi cuatro horas diarias por ocho meses. Ese tiempo marcaria mi vida para siempre. Gracias doy a Dios por el pastor Luis Sánchez (Iglesia Árbol De Vida – Cartagena de Indias – Colombia), su amor y paciencia para enseñar a un recién convertido y permitir que invadiera su espacio y tiempo de estudio. Gracias doy a Dios por el pastor Alfonso Cartagena (Hoy pastor en Envigado – Antioquia – Colombia). Nunca olvidare la primera vez que me escucho predicar. Se sentó en la primera banca de la Iglesia y mientras predicada, El anotaba en una libreta los errores que cometía y al final me los explico uno por uno. Siempre estaba evaluando y me enseño a seleccionar la buena literatura. Difícil si es pero cuanto me sirvió, y qué decir del curso prematrimonial con el hermano Juan González, la gente del Cipep, Lacho, Wilson, Alvaro y muchos otros, del día que nos sentamos con Marcos Díaz allá en el seminario de Medellín a hacer la lista de los libros con los que comenzaría la que hoy es mi biblioteca personal, de las largas conversaciones con Joaquín Madera aprendiendo de su transparencia, de los profesores de los diplomados, y así podría seguir con una lista interminable de siervos que no solo me han enseñado con su conocimiento y experiencia sino con su vida. Ellos saben quiénes son y de seguro cuando lean este artículo no sentirán ningún tipo de celos por no haberlos mencionado por nombre. No es Pablo, no es Apolos, es Dios quien da el crecimiento. Qué bueno es dejarnos formar. Qué bueno es encontrar hombres y mujeres de Dios que aporten a nuestra vida espiritual. Seguiré orando por los Priscilia y Aquila que Dios ha puesto en mi camino y orare por los que aparecerán en un futuro.
Dios les bendiga

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