martes, 25 de enero de 2011

Las Nuevas Amenazas

¿Qué justifica la lectura del libro de Apocalipsis hoy?

Salvo contadas excepciones, la iglesia de nuestros países no esta sometida a persecución. Más bien se nota lo contrario: Las iglesias están creciendo con el beneplácito de los poderes de turno. En algunos países de América Latina los cristianos evangélicos tienen hoy mucho espacio para expresarse; lo que en esta época era solo un sueño se ha vuelto realidad: Colegios cristianos, universidades cristianas, canales de televisión, capellanías, participación política, reconocimiento jurídico. ¿Dónde radica la amenaza a la iglesia hoy? Nos aventuramos a decir que quizás la mayor amenaza para la iglesia es el espíritu de la postmodernidad. Este es el modo de percibir al mundo y a la vida que predomina hoy; es una cosmovisión surgida y alimentada por lo que en el campo de la lingüística se conoció con el nombre de “de-construccionismo”.

El “de-construccionismo”, se aplico originalmente a textos literarios y luego a toda la vida, a la que se considera un texto que debe ser interpretado. Para esta corriente, el lenguaje (verbal u otro) es un sistema arbitrario y cambiante. Por esa razón, la interpretación es incierta y solo puede ser subjetiva. Esta perspectiva da como resultado la relativización, no solo de la realidad, sino del propósito de la existencia humana. Si todo es relativo, entonces el propósito de la vida no es alcanzar la verdad objetiva sino sentir “mi” verdad.

En una exposición sobre 1 de Pedro 1:3, titulada “Una esperanza viva”, el misiologo ingles Leslie Newbigin dijo a un grupo de líderes europeos que la iglesia en Europa perdió visión y vitalidad al sacrificar el mensaje del evangelio en el altar de la modernidad, Con el fin de hacer el evangelio más apetecible para los hombres y mujeres de mentalidad moderna, la iglesia europea dio supremacía al uso de la razón en el estudio bíblico y en la adoración. Newbigin nos advierte que un riesgo similar corre la iglesia en Asia, África y América Latina, que hoy crece vertiginosamente, frente a la seducción de la postmodernidad. Al tratar de hacer el mensaje más atractivo a la generación postmoderna, las iglesias se inclinan a sacrificar la esencia por la estética, la verdad por la vivencia, el mensaje por la emoción, el contenido por la intuición, la ética por la sensación.

El espíritu de la postmodernidad es una amenaza para el cristiano porque le permite vivir sensaciones sin mensaje, visión sin voz. En la espiritualidad postmoderna lo que cuenta es la sensación, no necesariamente el mensaje; no considera tan decisivo declarar quien es Dios sino sentir a Dios. Esta es la gran amenaza para la Iglesia actual, por lo cual se hace necesario prestar atención a la voz de Apocalipsis. Allí la Palabra y la Visión del Jesucristo glorificado son las que determinan la fe y la misión de la iglesia.

Si nuestro mensaje no presenta a un Jesucristo que atemoriza y también consuela, un Jesucristo que nos habla y llama al compromiso, entonces será presuntuoso y peligrosamente ingenuo tratar de enfrentar el devenir histórico, lo que está por suceder. En la batalla decisiva de la historia no es suficiente esgrimir emociones e intuición; necesitamos verdad y poder.

No Tengan Miedo

Muchos se atemorizan frente al libro de Apocalipsis. Consideran que un libro enigmático y lleno de aterradoras predicciones. Sin embrago, para quienes siguen a Jesucristo, este libro es la transcripción del mensaje de una voz que comienza diciendo: “No temas”.

Jesucristo, el de la voz como estruendo de muchas aguas, es a su vez el que extiende su mano para tocarnos. Abre su boca, no para fulminarnos sino para decirnos que no tengamos miedo. Este Señor y su mensaje provocan reverencia y a su vez producen profunda paz. Su presencia es arrolladora pero también consuela y nos acompaña en medio del sufrimiento y el abuso de los poderes.

“No temas”, es la respuesta del Señor a nuestra postración. El pone a nuestra disposición su poder, ese poder que transforma la tribulación en victoria, la muerte en vida: Vida perdurable por los siglos de los siglos.

Fragmento del libro: Apocalipsis no tengan miedo. Jesucristo tiene la última palabra. Jorge Atiencia y Ziel Machado. Editorial Certeza Unida.

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