miércoles, 20 de octubre de 2010

LO EFIMERO DE LA VIDA

Hoy escribo con una profunda tristeza en mi corazón. Hace algunas horas falleció un gran amigo, una gran persona, un excelente cristiano. Joven y dinámico, dedicado a la causa del evangelio en el ministerio juvenil de nuestra región. Y es en estos momentos que no alcanzamos a entender y comprender los designios de Dios. Sabemos por la Palabra, por la experiencia y por el tiempo que tenemos de andar con el Señor que El tiene control de todo y que sabe lo que hace, sin embargo nuestros sentimientos afloran, la tristeza aflora, la sensación de vacío en nuestro corazón porque un compañero de milicia, un soldado, un general de Cristo ha partido. En estas circunstancias las palabras no salen, no sabemos qué decir, solo dar nuestro abrazo de amor y solidaridad a su familia y llorar con ellos (Romanos 12:15). Y es que la vida es efímera. Un día estamos y al otro no. ¿Quién piensa en esto?, ¿Quién piensa que de un momento a otro puede estar en una cama enfermo y a punto de morir?, ¿Quién se prepara para morir?. La respuesta parece ser: “Ninguno”. Para los cristianos existen dos realidades. La primera es la muerte, y para este suceso debemos estar preparados e irnos con el Señor y participar de la resurrección para vida eterna. La segunda es la venida del Señor, y de igual manera debemos estar listos. Seamos como las vírgenes prudentes y sabias, siempre estuvieron preparadas mientras que las insensatas se quedaron afuera. El ejemplo de Isaac es un estimulo para mí, me impulsa a dedicarme más a la obra del Señor, a buscar los espacios para servirle de manera mas eficiente y eficaz. Su trabajo incansable es un desafío para los que quedamos. Horas antes de fallecer, y a las puertas de un congreso juvenil, desde su cama en la clínica donde estaba preguntaba insistentemente por los últimos detalles de la organización del mismo. A todos ustedes les pido sus oraciones a favor de su familia y la Iglesia. Por último no dejemos de reflexionar y preguntémonos: ¿Cómo estamos viviendo?, ¿Cómo estamos actuando?, ¿Qué clase de cristianos somos?. Servir a Cristo, gastar nuestra vida por la causa del evangelio es la manera ideal de multiplicar los talentos que El nos ha dado. Mi hermano recibio cinco y entregara diez. Mateo 25:20-21.

Dios les bendiga.

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